Gladiator II (Estados Unidos-Reino Unido, 2024)
Dirección: Ridley Scott.
Intérpretes: Paul Mescal Paul Mescal, Connie Nielsen, Denzel Washington, Joseph Quinn, Derek Jacobi.
Guion: David Scarpa.
Música original: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: John Mathieson.
Montaje: Sam Restivo, Claire Simpson
Idioma: Inglés.
Duración: 148 minutos.
Maximus Delirium
Era el esperpento un genéro literario creado por el maestro Ramón María del Valle Inclán. Algo que podemos sin licencia alguna extrapolar a diferentes artes, como el cine o incluso a una conversación que nos resulta del todo inverosimil.
Aquí hablamos de una película, una secuela en concreto, de una película péplum, una cinta que encumbró el cine épico hasta cotas poco antes imaginadas, una película que consiguió el favor del público, y por qué no, de la crítica. Aunque tampoco sea tan comprensible.
Gladiator, la película original contaba con un guion más que correcto, una dirección acorde a lo que se quería contar y tenía alma. Sus personajes tenían fuerza y nos interesaban, en esta segunda parte, el director británico ha decidido pasarse cualquier atisbo de rigor historíco por el arco del triunfo, en pro de una fiesta o sangría de violencia y venganza, donde caben incluso tiburones.
Que veas una película sobre gladiadores del circo romano y veas dentro del coliseum una especie de sharknado, a mis alumnos no se lo permitiría. Pero resulta que detrás de todo esta infamia está Ridley Scott.
Si analizamos la película desde la dirección, no tiene la fuerza de otras muchas cintas de Ridley.
Si la analizamos desde la interpretación, puede que Paul Mescal tenga algo especial que lo relacione con la química de Russell Crowe en Gladiator, pero no, Pedro Pascal o Denzel Washington no llegan para nada a lo conseguido por Joaquin Phoenix.
Si la analizamos desde el guion, yo creo que podremos suicidarnos directamente. Por favor, que no se nos ocurra analizarlo desde un punto de vista histórico.
Si la analizamos desde el punto de visto técnico, la película (menos momento tiburón aparte) hace gala de una buena estética al sevicio de un presupuesto desorbitado que habría que pensar en qué mente enferma se permite gastar millones y millones de euros en engendrar tamaño producto.
Lo mejor quizás de la película, es que se termina. Lo mejor es la película que consigues hacerte tú en tu cabeza, para no haber visionado tal engendro. Lo mejor es que si ves Gladiator II en pantalla grande te conviertes en director de cine sin pasar por ninguna escuela, sin pasar por ningún cortometraje. Lo mejor, es quizás, que todos podríamos haberlo hecho mejor.
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