Filmada con frescura, nervio y una capacidad narrativa innovadora —sus episodios se pueden ver tanto del derecho como del revés—, nos sumerge en los alocados y revolucionarios años del Bacalao. Y lo hace con un reparto harto televisivo (los Àlex Monner, Elisabet Casanovas, Claudia Salas, Guillem Barbosa y Ricardo Gómez a los que hemos visto crecer), y que nos sirven en bandeja de plata las debilidades y fortalezas; degeneraciones y virtuosidades, de unos años en los que por el Levante, se abrían discotecas en mitad de bancales a la misma velocidad que mentes inocentes se abrían al caos, para olvidarlo a base de rayas de coca, música, y mucha fiesta.
Pero La Ruta no solo es eso; este producto redondo, y cocido con tiempo, se detiene en la vida de seis jóvenes, seis arquetipos que son todo la fauna que las discotecas abrazaban, encumbraban y revolcaban. Por eso hay que verla.
¡Vamos!
Por Víctor Garijo Serrano
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