8/10
Dirección: Carla Simón.
Intérpretes: Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós, Berta Pipó.
Guión: Carla Simón y Arnau Vilaró.
Música original: Andrea Koch.
Fotografía: Daniela Cajías.
Montaje: Ana Pfaf.
Idioma: Catalán.
Duración: 120 minutos.
Alcarràs contra el mundo
Por David Sancho
Son tiempos convulsos en lo cinematográfico. El estreno hace un par de semanas de El hombre de norte fue recibido por la prensa especializada, y parte de la profesión, como una piedra de toque sobre el estado de la industria cinematográfica. Su fracaso en taquilla fue visto como un síntoma claro de las nuevas tendencias, y se interpretó como que ya solamente funcionan proyectos basados en propiedad intelectual. Ahora, el estreno de Alcarràs, ganadora del Oso de Oro en Berlín, es también visto como un evento en el que están puestas todas las esperanzas del cine español. De su éxito o fracaso en taquilla parece depender el futuro de nuestro cine. ¿Triunfará el cine artesano, el que está hecho de manera independiente, con pocos medios pero mucha pasión, o por el contrario se impondrán los grandes estudios y, por ende, el capitalismo?
Este debate actual sobre el mundo del cine y las plataformas se enlaza perfectamente con la trama de la película. En Alcarràs se nos cuenta la historia de una familia de agricultores de Lérida que ven peligrar su forma de ganarse la vida, una actividad laboral que va más allá de una forma de obtener dinero, si no que se trata de una forma de ver la vida. La lucha de lo tradicional contra lo nuevo, lo que está hecho con cariño contra lo que está hecho en serie, lo que no es rentable económicamente contra la mano invisible que todo lo domina.
Porque Alcarràs es una película que nos cuenta la vida de esta familia que ve como todo a su alrededor se tambalea, pero también es muchísimo más. Es un análisis socioeconómico de un sector en crisis, un análisis de la condición humana, pero sobre todo es una muy buena película.
Carla Simón opta por un punto de vista realista a la hora de narrar esta historia, haciendo uso de una fotografía muy naturalista y de actores no profesionales. Cada decisión que toma a lo largo del metraje parece ser la acertada. No se trata de un proyecto sencillo, pero sin duda el resultado es más que satisfactorio. Parece imposible que haya podido condensar en menos de dos horas este relato sobre cuatro generaciones distintas y además aportar tanto contexto de una forma tan certera.
No creo que Alcarràs venga a salvar el cine español, probablemente ni tenga éxito en taquilla. Al igual que en la película, el debate debería ser si merece la pena proteger este tipo de producto a pesar de que no sea rentable, si la calidad está por encima del beneficio económico. Carla Simón no nos da respuestas a estas preguntas, y esto hace que sea aun mejor película. Pase lo que pase, estamos antes una gran película, y eso es por lo único por lo que deberíamos juzgarla.
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