Manuel Barrero y Paulo Campos. Ceremonia Premios Feroz 2019. |
Su colaboración con esta web comenzó en 2014, cuando publicamos su crónica de la ceremonia de los Oscar de aquel año. Esa crónica era ya tradición en el foro de cine gracias al cual nos conocimos. Eso fue hace mucho tiempo, antes de que llegaran Facebook o Twitter a nuestras vidas.
Resulta que cada año compartía en ese foro una crónica a tiempo real de la gala. Sí, escrita sobre la marcha. Crónicas brillantes y muy, muy divertidas. Aquel foro terminó muriendo. No lo pensé ni medio segundo, y le propuse publicar sus crónicas en esta web. De hecho, le dije que tenía total libertad para cubrir la temporada de premios con todos los artículos que quisiera. O quizás me lo propusiera él. El caso es que los dos estábamos encantados y desde entonces se convirtió en el encargado "oficial" de escribir sobre premios en Tierra Filme.Nunca se lo dije, pero debo reconocer que recibir sus artículos tenía su momento de pavor, ya que en ocasiones la corrección se volvía en una tarea laboriosa. Pero compensaba, vaya si compensaba. Y es que ahí estaba gran parte de su encanto. La escritura de Paulo era tan especial gracias a su espontaneidad y frescura. Lo mínimo que puedo decir es que era un auténtico honor tener aquí sus textos. Un orgullo. Se lo dije varias veces, pero aún me parecen pocas. Siempre le daba las gracias por poner su enorme talento a disposición de este sitio. Se las daba personalmente, pero también quiero hacerlo ahora en público. Y es que nunca podré agradecer lo suficiente todo lo que hizo por Tierra Filme.
Porque no quedó ahí la cosa. En los últimos años además cubrió varios festivales para la web. Tanto en 2018 como en 2019 estuvo en Valladolid y Venecia. La racha se rompió en 2020 por culpa de la pandemia, aunque también disfrutamos con sus crónicas de la versión on-line del festival de Toronto. Fueron años difíciles para él, porque ya llevaba un tiempo conviviendo con el cáncer, pero sé a ciencia cierta que disfrutó mucho de esas experiencias. Especialmente de sus dos viajes a Venecia, viviendo uno de los eventos cinematográficos más importantes del mundo. Él fue feliz y nosotros tuvimos sus magníficas crónicas.
Pero más que compañero, a Paulo lo consideraba un amigo. Y eso que en persona no nos vimos más de una decena de veces. Es lo bueno de la época que vivimos, se pueden construir y mantener grandes relaciones en la distancia. Como decía antes, coincidimos en un foro de cine. No recuerdo exactamente desde cuándo, pero debía ser principios de siglo. Y sin conocerlo en persona ya me caía bien, de esos foreros con los que sentías una gran afinidad. Fue en 2007 cuando nos vimos las caras por primera vez. Ahí, y en todos nuestros sucesivos encuentros, pude corroborar lo que ya intuía en lo virtual: era un encanto. Era una de esas pocas personas que, desde el principio, consiguió hacerme sentir totalmente cómodo en su presencia. Los que me conocen saben lo difícil que es eso, pero estar junto a él era muy fácil.
Hablar bien de alguien cuando ha muerto es fácil. Hacerlo de Paulo es una obligación. Lo sabéis bien todos los que lo conocisteis. Los que no, solo tenéis que preguntar. Personalmente, había muchas cosas que me gustaban de él. La pasión con la que vivía todas las cosas que le gustaban. El cine entre ellas, claro. Al fin y al cabo, fue lo que nos unió. También había mucha afinidad en lo político y eso por supuesto que influyó en lo cercano que me sentía a él. Terminó de conquistarme gracias a su afiladísimo sentido del humor, me encantaba. Y tengo que hablar de su inmensa generosidad. Los amigos del foro siempre bromeábamos sobre lo altas que eran sus puntuaciones en FilmAffinity. Estoy convencido de que era una persona muy benévola con la mediocridad. Y creo que esto era un reflejo de lo humilde que era. Una humildad maravillosa y auténtica. Por eso creo que nunca se cebaba con lo mediocre. Sin embargo, con la maldad era implacable. Pero lo era desde esa retranca gallega que tan bien dominaba. Cómo no adorarlo.
Sí, Paulo se hacía querer. En los últimos años atesoro dos bonitos recuerdos que siempre llevaré conmigo. En 2018 al fin se hizo socio de la AICE (la de veces que le insistí), y en enero de 2019 asistimos juntos a la gala de los Premios Feroz en Bilbao. Compartir aquel día con él fue precioso. Vivir una entrega de premios al lado de Paulo Campos, ¿qué más se puede pedir?. Un año después repetimos en la ceremonia de 2020. Sería la última vez que nos viésemos, un par de meses antes de que el mundo cambiara por completo. El año pasado no fuimos ninguno de los dos, y siempre me quedará esa sensación de "ojalá nos hubiésemos visto más", "ojalá hubiésemos hablado más"...
Pero como se suele decir, hay que quedarse con lo bueno, que fue mucho. Vaya desde aquí este pequeño homenaje y un fuerte abrazo para todos sus seres queridos. A mí solo me queda dar las gracias por haber hecho de mi vida un lugar más agradable. El mundo necesita más gente como Paulo Campos. Mucha más.
Manuel Barrero Iglesias
Un gran homenaje Manu.
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