Por Paulo Campos
El gremio de vestuario siempre es uno de los más especialitos de la Academia, porque no les importa el resultado crítico o taquillero de las películas a la hora de darles nominaciones; casos como las nominaciones de WE, Anonymous, Allied o The Invisible Woman -que hoy apenas recordamos- pueden presumir en su póster de tener una candidatura al Oscar. Este año además no había un grupo de películas muy de época, porque sabemos que se pirran por una enagua isabelina, resultaba curioso ver qué películas podrían meter en el grupo y si recurrían a trabajos más contemporáneos o a cine extranjero para llenar el cupo. Digamos que ha quedado un grupito de los más extraño al inicio, pero con suficiente calidad si analizamos en profundidad. Estas son las cinco películas nominadas:
Emma de Alexandra Byrne
La leyenda del año 2020 de Anya (actriz de color según Variety) Taylor-Joy empezó con esta desenfadada versión del clásico de Jane Austen, y de ahí, al infinito y más allá. Desde su estreno se presentó como una película destinada a figurar de forma segura en apartados como vestuario, diseño de producción, maquillaje o incluso guión adaptado. Al final se quedó a mitad en todo, le faltaba más mala leche para lograr su objetivo de irreverente adaptación y le faltaban unos toques originales (a la Marie Antoinette) para resultar más atrayente en su apartado técnico. Eso sí, los trajecicos son una de las cosas más a destacar de la producción, no en vano los dejaron en manos de Byrne, ganadora del Oscar por la secuela de Elizabeth y nominada otras cinco veces más; siempre por vestuarios de época con mucha pomposidad y lujo. La novedad aquí la aporta la aparente modernidad en el uso de colores y formas de los trajes de Emma, para darle un toque de desparpajo, independencia y cinismo a través de ellos. Es un trabajo que sin duda llama la atención y de los que fácilmente lleva al voto, tanto a profesionales del sector como aquellos que votan sin ser. No me importaría su victoria aunque sea un poco “más de lo mismo”. Pero si es bueno, es bueno.
Ma Rainey's Black Bottom de Ann Roth
A sus 90 añazos, Roth es una puta leyenda de la historia del cine. Debutó en 1964 con una película llamada El irresistible Henry Orient y consiguió su primera nominación al Oscar en 1984 por Places in the Heart. Su primer Oscar llegaría casi una década después por The English Patient, pero es que además de todo esto, ha hecho los trajes de Silkwood, Cómo eliminar a su jefe, Vestida para matar, Un cadáver a los postres o Midnight Cowboy. Vamos lo que decía, que aquí la buena señora aún le da al lápiz, porque tiene dos películas a estrenar. Esta, su quinta nominación, le llega 18 años después de The Hours y demuestra el virtuosismo a la hora de vestir a hombre y mujeres, para -dentro de la sobriedad- dotar de la personalidad de cada uno de ellos. Las chaquetas de cada uno de los miembros de la banda habla de ellos y de cómo son, y como no, los vaporosos trajes de Ma la dota perfectamente del carácter que identificamos en esa racial fémina que es la reina del lugar que pisa. Unos trajes aparentemente sencillos, como suele ser marca de la casa, pero que en realidad se adaptan a los deseos de cualquier director, que no roben protagonismo a la historia ni a los actores. Puede que a la vez, de cara al votante medio esto sea un arma de doble filo, no llaman la atención, cumplen y son sobrios. Para mí es un punto muy a favor.
Mank de Trish Summerville
De una leyenda a una debutante por la puerta grande en esto de las nominaciones. Que te elija Fincher para vestir a sus actores en una película del Hollywood clásico de los años 40 es tanta responsabilidad como regalo. Summerville sale victoriosa en acercarse a aquellos años de oro donde hasta en la casa para tomar un clarete los trajes eran de relumbrón. Aquí el reto era conseguir que los hombres, siempre más acotados a la hora de vestirse como para llamar la atención, tuvieran una variedad de esos trajes de rayas, unas lentejuelas aquí, un brillo allá, más un amplio aspecto de corbatas y ya me da a un Gary (ni amago hizo este año de ser amable) Oldman. Eso sí, todo es orégano cuando toca vestir a Amanda (quien te iba a decir nominada) Seyfried, trajes abiertos, vuelos, rasos, plumas, gorros; pero respetando el blanco y negro del conjunto, que siempre es un trabajo extra, porque somos nosotros los que vemos colores impresionantes en trajes que ni sabemos qué color tienen, pero que hacen lucir espléndida a una mujer en medio de esos oscuros trajes varoniles y sombreros perennes. Grandísimo trabajo.
Mulan de Bina Daigeler
Aquí nos da alegría doble encontrarnos con Daigeler nominada, más que nada porque, aunque de nacimiento alemán, desarrolla su vida en Zaragoza y es una de las diseñadoras más recurrentes en nuestro cine español, así lo atestiguan sus cuatro nominaciones a los Goya (Volver, Todo sobre mi madre, Princesas e Inconscientes). Así pues, siempre es una alegría que un talento de la casa llegue a la nominación al Oscar. Lo hace por la película que abrió la caja de Pandora de Disney contra los distribuidores y dueños de salas, la película en la que se habían depositado esperanzas de devolver a los espectadores a las salas, pero que al final ni salas ni salos, Disney abrió la guerra estrenándola en su plataforma y sería la primera de muchas -y las que te rondaré morena- que causaron ansias de muerte en los pobres exhibidores, que digo yo matar a quién a Walt, que buena, ya lo pillamos un poco frío de más o a Mickey Mouse. En todo caso ganas de muerte de alguien.
Pero voy a la película, que al final resultó más regulera de lo previsto y desde luego lejos de ser un boom ni siquiera en la plataforma, o en China, donde si llegó a salas, pero pasó un poco desapercibida. Sí es verdad que quizá más por innecesaria que por propia calidad, porque no deja de ser una adaptación fiel como todas estas mierdas de pasar la animación a acción real que le dio por hacer a Disney. El trabajo de Daigeler es dar vida real a los trajes de rango tan diferente como princesa china del año catapún y armaduras chics, ¡ah! Y vuelos, muchos vuelos; para que cuando den una voltereta en el aire aquello quede como un pelo Pantene hecho batón. Un trabajo más espectacular que con sentido, pero para eso están hechas estas películas, mucha mezcla de colores oscuros los malos y mucho rojo y violeta los buenos, pero siempre con un derroche de medios espectacular. Un trabajo digno pero poco recordable.
Pinocchio de Massimo Cantini Parrini
Sin duda la gran sorpresa de las nominaciones fue la búsqueda en el extranjero de huecos para llenar el vacío de trabajos espectaculares en este apartado. La verdad, no pudieron lanzar mejor el dardo porque el trabajo de Cantini es excelente y ahora que lo vemos en liza, todos decimos, si es que estaba claro. Es un diseño brutal de vestuario. Cantini Parrini es el diseñador habitual de Garrone y se enfrentaba aquí a uno de sus mayores retos, ya en la irregular Il racconto dei racconti demostraba que imaginación tenía un rato y destacó muchísimo con aquellos trajes. Ahora el reto estaba en no sólo vestir de forma paupérrima a ese Gepeto y a muchos de los ciudadanos vecinos, sino de dotar a todos los personajes “animalados” del Teatro Circo que dotan a la película de riqueza visual inmensa y una maravilla en la categoría. Un trabajo que recomiendo mucho, sólo por ello merece verse la película, obviando muchos de los fallos que tiene, para mí el primero y más grave el propio Pinocchio; pero que a través de la creación de vestuario y maquillaje desmonta un poco el cuento de Collodi para acercarlo a un Guillermo del Toro, con todo lo que ello conlleva. Es decir, quitar protagonismo a la historia para hacer un ¡Wowww! a un personaje, vestuario, maquillaje que no te va a aportar nada más. Creo que me estoy explicando, pero no estoy muy seguro, mis artículos debería ser más como pelis de Del Toro, argumento en tres palabras y ya.
Debería ganar: Pues me encuentro en bastante dificultad para elegir una, quizá por sobriedad Mank
Mis nominaciones:
Emma
Judas and the Black Messiah
Mank
The Personal History of David Copperfield
Pinocchio
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