"Quería que no necesitases conocer a la banda para disfrutar de la película"
Tras 25 años de actividad, la banda navarra Berri Txarrak anunció un parón indefinido que iría acompañado de una gira mundial de despedida a lo largo de 2019. Ante la respuesta apabullante del público, el grupo pensó en la directora Marina Lameiro para plasmar esos últimos conciertos en imágenes. Pero lejos de ser la típica película centrada en los entresijos de los músicos, se centra en la experiencia del fan. Tras su potente debut en el largometraje con Young & Beautiful (2018), la directora vuelve a mostrar con Dardara (2021) que es una de las voces de la no ficción española a tener más en cuenta. Tuvimos el placer de charlar con ella con motivo del estreno del film.
-Fue el grupo el que contactó contigo para
proponerte ser la directora. ¿Qué sentiste con esa llamada? Supongo que debe
ser un halago que Berri Txarrak confíe en ti para hacer una película sobre un
momento vital tan importante para ellos.
Sí que fue un halago. Pero no recuerdo bien qué sentí. Fue todo muy rápido y enseguida ya nos pusimos a hablar y a buscar productora. Así que lo que sentí fueron los nervios de si salía o no.
-Una de las cosas que más me gusta de la
película es que se centre tanto en la experiencia del fan, algo que he leído
fue idea del mismo grupo. Quería saber si para ti, a priori, también era un
enfoque más atractivo que cualquier otro que te hubieran propuesto.
Sí, esa fue una de las razones por las que
acepté el encargo. Me parecía interesante que la película no tratase tanto
sobre el grupo, sino sobre los fans. Era algo que no había visto. Obviamente,
no digo que no se hubiera hecho, pero yo no lo había visto.
-Es un grupo que escuchabas siendo
adolescente, pero que luego dejaste de escuchar. ¿Cómo ha sido el reencuentro
con su música?
Los volví a escuchar y me sorprendió cuanto
habían evolucionado. Los recordaba con un estilo y ahora tenían otro, como es
normal después de tantos años. A la hora de grabar los directos, sobre todo los
primeros conciertos, fue curioso. Yo grababa sin mirar el set list, más
pendiente de otras cosas. Y de repente empezaba una canción que hacía muchos
años que no escuchaba, entonces se me removían cosas dentro.
-Lo que más me gusta es cómo reflejas esa
comunión fan/grupo en los conciertos. Y creo que se debe mucho a la manera en
la que filmas esos momentos. ¿Cómo llegaste a esa forma de rodar?
Partía de dos películas que me marcaron
mucho por donde quería ir. Una es Ten Minutes Older, el corto de 1978,
que muestra el rostro de un niño durante diez minutos mientras ve una obra de
teatro, y cómo surgen diferentes emociones en su rostro. La otra era A Spell
to Ward Off the Darkness, de Ben Rivers y Ben Russell. Es una película que
tienes tres partes y la tercera es un concierto de death metal. La vi en Punto
de Vista y me impresionó mucho esa secuencia. Son unos 20 minutos grabados en
uno o dos planos con una steadycam y me gustó mucho.
Luego, a la hora de grabar hice diferentes pruebas, ya que era la primera vez que iba a un concierto a mirar al público. La que más me gustó fue la de estos planos largos, donde las cosas empiezan a suceder. En videoclips o conciertos estamos acostumbrados a montajes con planos de un segundo o incluso menos. Si dejas mucho más tiempo empiezan a aparecer cosas y proyectas sobre la persona que estás viendo. Al final esa persona funciona como en espejo para ti.
-Yo no conocía al grupo, y la película me
ha llegado mucho, emocionándome en varios momentos. Es otra de las cosas
buenas, que puede gustar a cualquiera.
Era algo que tenía en mente desde el
principio. Aunque estaba el respeto a los fans, quería que no necesitases
conocer a la banda para disfrutar de la película, que hablara de otra cosa.
Estos días hay mucha gente diciendo que han disfrutado mucho la película,
aunque la banda no les interesara especialmente. Incluso gente que se ha hecho
fan de ellos.
-Por otro lado, también has dicho que te
daba miedo defraudar a los fans. ¿Has podido tener feedback de ellos? ¿Qué te
dicen?
Me ha escrito bastante gente dándome las
gracias, diciendo que han disfrutado mucho la película, que ha sido un regalo.
Sí que me ha llegado también el mensaje de una persona que no le había gustado
porque las historias no le parecían interesantes, y que echaba de menos que el
grupo hablase más. Creo que era una de esas personas que esperaba otro tipo de
películas, con entrevistas del grupo e imágenes de la gira. Es el tipo de
película de la que quería huir desde el primer momento. Tengo cero grabado en
ese sentido. Aunque hubiese querido recuperar esa película en montaje, no la
podía haber tenido.
-Una curiosidad personal. ¿Algún grupo que
te haga, o te haya hecho, sentir como se sienten los fans a los que filmas?
Creo que el sentimiento podría ser
diferente. Esta sensación de dejarte llevar por la música lo he sentido más con
la música tecno o electrónica. Un concierto que me haya emocionado tanto,
podría ser el de Leonard Cohen. Pero no sé si es lo mismo. No es la misma
experiencia que estar en primera fila de un concierto de rock. Es diferente,
pero podría ser algo así.
-¿Cómo fue el proceso de selección de los fans que aparecen? ¿Hubo más candidatos?
Sí, hay varias personas que grabé y se han quedado fuera. Luego, cada una tiene su historia. A la chica alemana y el fotógrafo japonés los conocía la banda y me hablaron de ellos. La gente que grabo en Euskal Herria la encontré en los conciertos, a los mexicanos también. Otras personas las encontré mirando en redes sociales.
-¿Cómo fue con la gente que encontrabas en
los conciertos¿ ¿Te ponías a hablar directamente con ellos?
Primero les grababa. Menos a Jare y Ziortza
(que son la madre y la hija), que sí les pregunté primero. Pero al resto, les
dejaba estar durante el concierto, y cuando terminaba, les preguntaba si
querían participar en el documental. Y a todo el mundo le hacía muchísimas ilusión.
-En Young & Beautiful trabajaste
con gente de tu entorno, la mayoría muy cercanos a ti. Mientras, aquí lo haces
con gente que al principio era desconocida. Supongo que fue distinto, ¿cómo
cambia la forma de aproximarse a ellos?
Sí, ha sido diferente. Yo quería llegar a
tener la misma conexión o confianza. Desde el principio intentaba que la gente
se sintiera muy cómoda, para mí era muy importante. Que supieran que podíamos
parar de grabar cuando quisieran, o que me dijeran si había algo que les incomodara.
Partiendo de ahí, también es diferente. Porque con mis amigos hablábamos de
nuestra intimidad, de la que yo también era parte. En este caso no era la mía,
estaba grabando la intimidad de otras personas. Aunque sea muy diferente, luego
ha sido bastante similar. Hemos llegado a un punto de conexión con el que estoy
muy contenta, para el tiempo que hemos tenido de grabación.
-¿Y cómo ha sido el proceso con Gorka
Urbizu y el resto del grupo? Tengo entendido que ellos en principio no querían
aparecer, y que ni siquiera lo hiciera su música. ¿Puso muchas reticencias?
La relación con ellos fue siempre muy
buena, son gente muy amable y agradable. Durante la gira no tenían problema con
que grabase, porque tampoco la película iba a ser un making of de la gira
en el que muestras los entresijos. Yo también creo que respeté mucho su
trabajo, y cuando veía que podía ser demasiado, cogía mis cosas y me iba.
Me costó un poco más convencer a Gorka para que saliera él y sus reflexiones en
torno a la banda. Pero a mitad del proceso, Itziar García Zubiri (la
productora) y yo, nos dimos cuenta de que necesitábamos un hilo conductor. Y lo
que unía a todas las historias era Gorka Urbizu y Berri Txarrak. Entonces ya lo
convencimos, y todo bien.
-Hay que hablar también del montaje, que
has destacado mucho. ¿Cómo te ayudó Diana Toucedo a darle forma a todo ese
material?
La verdad es que es un gusto trabajar con
ella. Yo había estado trabajando mucho tiempo el material, pero estaba más
apegada al orden cronológico de las cosas, y me faltaba la perspectiva. Que
entrara Diana, que no conocía la banda y no había estado en la gira,fue muy
bueno para la película. Ahí pudimos sacar la estructura de la película, un
ritmo...todo. El trabajo con ella fue estupendo.
-Otra cosa que debió ser complicada es la
logística, con el tema de los viajes. ¿Cómo se organizaba el trabajo, cuánta
gente viajaba?
Sí fue bastante complicada y ahí me
gustaría reconocer el trabajo de producción que hicieron desde Arena
Comunicación, que es muy importante y muchas veces no tiene su reconocimiento.
Siempre íbamos fuera, había una persona de producción, una de sonido y yo.
-También he leído que hay cosas que se
filmaron en 2020, ya con la gira terminada. ¿Cuáles fueron esos momentos?
Algunos de los planos de Gorka, en la
creación de la canción que está componiendo a lo largo de la película. Y la
historia de Xabi, el chico de Bilbao. Es un viejo conocido de la banda y
apareció cuando Gorka estaba presentando el libro de fotografías de la gira en
la feria de Durango. Ahí se encontraron y le contó que estaba en tránsito en
ese momento y que quería hacerse el tatuaje. Me pareció una historia muy
potente y decidimos meterla en la película, aunque no tuviésemos imágenes de él
durante la gira.
-La película se estrena ahora, cuando ya
llevamos un año de pandemia. ¿Qué sientes al ver esas imágenes de conciertos
llenos de gente?
Da bastante vértigo. La película ha cogido
una capa que un principio no tenía. Cuando la estaba montando, durante el
estado de alarma, pensaba que esto iba a pasar rápido. Pero ahora que veo que
no, sí que me da algo de vértigo ver esas imágenes.
-Me encantan tus dos largometrajes. Y tengo
curiosidad por saber cuándo te diste cuenta que querías hacer este tipo de
cine, cuáles son tus referentes.
No sabría decirte en qué momento. Ni
decirte referentes muy claros sin ampezar a decir decenas. Algo que me ha
marcado mucho, aunque ya quería ir en esa dirección, es el Master en Documental
de Creación. Y luego también el Festival Punto de Vista, como lugar donde
encontrar películas y descubrir muchos cineastas.
-También me interesa saber qué proyectos
tienes a la vista.
Ahora estoy codirigiendo un corto con Maddi
Barber, que vamos a empezar a rodar pronto en 16 mm. También estoy
desarrollando un guion para un largometraje de no ficción, un ensayo.
Hay momentos y situaciones que todo funciona es un buen trabajo para disfrutarse
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