Crónicas: Festival Toronto 2020 (VII)

 Por Paulo Campos

Shorta (Frederik Louis Hviid, Anders Ølholm. Dinamarca, 2020)

El síndrome Amenábar cuando vio El sexto sentido es lo que les ha entrado a estos dos pobres directores. Imaginaos que trabajáis intensamente en buscar financiación para un guión del que lleváis años enganchados y justo cuando lo consigues y estás rodando llegue una película francesa llamada Les Miserables y arrase entre la crítica, en Cannes y en taquilla francesa contando exactamente lo mismo que estás rodando, incluso de forma muy similar.

Hechas las presentaciones diré que Shorta, que es película danesa, tiene el mismo argumento que la de Ladj ly, unos policías con un comportamiento no del todo intachable se ven envueltos en medio de los disturbios raciales ocasionados por un caso mediático de abuso policial. Es que es lo mismo mismito. Y claro, por muchas bondades que tenga la película, que las tiene y es super entretenida de ver, no dejas de pensar que es la adaptación al país de la historia francesa.

A pesar de alguna decisión de guión algo cuestionable y un poco “porque sí” que me viene bien para la trama, la película tiene pulso, las secuencias de violencia múltiple son meritorias y el reparto cumple perfectamente. La peli necesita algún refuerzo más que el haber aparecido en la Semana de la crítica de Venecia y más aún cuando el reclamo para verla es que sea un remake involuntario de una película francesa.

Here We Are (Nir Bergman. Israel, 2020)

Turno ahora de una película israelí de un tipo que se volvió rico, seguro, vendiendo su serie a televisiones de todo el mundo. Por supuesto al versión más famosa no es la hebrea, sino la serie americana In Treatment -protagonizada por Gabriel Byrne-, que incluso se vio aquí en España. Por eso, quieras que no, ya puede introducirse mucho más fácilmente entre los distribuidores norteamericanos, porque ya tiene un nombrecito hecho.

La película que aquí comento es ya su cuarta película como director, aunque la verdad es que no ha hecho mucho ruido con su cine; y con esta película tampoco creo yo que se gane una estrella en el paseo de la fama de Hollywood. Esta Here We Are nos cuenta la relación entre un padre entregadísimo hacia su hijo, que sufre de autismo, y que como el chaval ya va teniendo una edad debe de dar el paso de dejar que su hijo pase a un programa que facilite su independencia. La primera medida es que viva ya sólo en un piso tutelado por la organización, pero padre e hijo no se muestran dispuestos a ello.

Vamos, que el colmo de la originalidad no es, más bien hemos visto varias decenas de pelis de tarde (que es un eufemismo por no llamarles telefilmes, así con la "e" sonando bien) y su tratamiento técnico tampoco la hace muy remarcable; porque parece estar rodada con piloto automático, a pesar de cuatro o cinco momentos que funcionen en cámara, casi más cómicos por “reírse” de comportamientos del chaval que por contenido para el argumento.

Lo mejor, la relación padre e hijo y las interpretaciones, tanto del padre Shai Avivi (que son dos días, tachánnnnnnn) que le da un carácter pausado, empático y hasta achuchable; como de Noam Imber en el papel del chico autista que, pese a ser un cliché andante, sí cree en lo que hace y compone un buen personaje.

Película para echar un rato, inofensiva y un poquito fuera de moda desde el momento de su planteamiento, que digo yo que habrán valido los dólares de su serie para convencer a productores de la necesidad de rodar esta película.