Por Paulo Campos
Con la democratización de contenidos audiovisuales, un campo que antes parecía vedado a espectadores de medio mundo se ha abierto y en numerosas plataformas podemos ver largos y cortos documentales. Sin duda, un género en alza y un descubrimiento para aquellos que asocian la visión de documentales a ver como el león famélico se papa a la gacela más tonta de la manada. Da gusto, así podemos ver documentales de muchas nacionalidades, confirmando que es un género que interesa y que puede ser el arma cinematográfica para conocer distintas realidades. Tanto de cómo se hace cine en esos países, como de lo que está pasando según la versión de quién lo cuente, porque ya la realidad creo que es una entelequia más grande que una película de Nolan inteligible.
Pero claro, ves los cinco nominados finales y ves que están los que deben de estar, porque hay nivelazo. Empezamos:
American Factory (Steven Bognar y Julia Reichert)
Hace exáctamente 10 años esta pareja de directores ya se paseó por la alfombra roja con un corto documental situado prácticamente en las mismas circunstancias que este. Un Ohio sumido en la depresión económica que supone ver como la todopoderosa General Motors cierra su factoría. En esta circunstancia aparece uno de los personajes más siniestros del cine de 2019. Es el millonario chino Fuyao. En cuanto aparece, no dejas de sorprenderte como tamaño mendrugo es uno de los empresarios más poderosos del planeta. Fuyao adquiere la fábrica y dota de esperanza a la comunidad de Dayton, devolviéndoles los empleos. Pero lo que empieza como una buena noticia, acaba peor. Porque el choque cultural, al principio gracioso, resquebraja las relaciones entre estadounidenses y chinos. La concepción diferente del trabajo, las horas laborales -los derechos laborales, en definitiva- son, para unos, una realidad y, para otros, unicornios rosas con purpurina. Aderezada con un puntito de xenofobia, la verdad, el docu finaliza como una llamada a la sindicación para defenderse del empresariado terrorista, y abrir los ojos a cómo esta gentuza está penetrando en todos los países para hacer cambiar a su antojo derechos conseguidos con sangre, sudor y lágrimas por nuestros antepasados. Vamos, que no nos quitarán la ¡LIBERTAAAAAAAAADDDDDDDD! O lo que nos queda de ella.
The Cave (Feras Fayyad)
A Fayyad no le es extraña Siria, hace un par de temporadas nominado estuvo por su documental Last Men in Aleppo, y vuelve ahora con un trabajo un poquita más vitalista y esperanzador. El paraje no es mucho mejor, desde luego, un grupo de mujeres médicas que atienden a heridos en bombardeos, que además de luchar contra lo obvio se ven rechazadas por su condición de mujer. Cinematográficamente está filmada con tino, pero a veces no deja de resultar un tanto redundante y descorazonadora por el contenido. Necesaria para comprobar lo afortunados que somos al nacer donde hemos nacido y que nuestra mayor preocupación sea gritar “Estefanía” para hacernos los guays. Tiene la mala suerte de coincidir con For Sama, con quien hace un díptico sobre Siria, pero de la que sale perdiendo.
Democracia em vertigem (The Edge of Democracy) (Petra Costa)
La periodista brasileña explica, enlazando su vida familiar con imágenes de archivo o de su propio trabajo de periodista, lo sucedido desde 2002 en Brasil, cuando la izquierda encabezada por Lula ganó las elecciones, situación que no perdonaron países capitalistas (EEUU al frente, como no) e hicieron todo lo posible por bombardear (metafóricamente, porque no hubo oportunidad, que si no...) el desarrollo de esos gobiernos, primero con el propio Lula y después con Dilma Rousseff. La película explica sin dejar detalle la historia de estas elecciones y del nacimiento de esperanza de los más deprimidos del país, que vieron cómo convertían su nación en un ensayo de lo que sería el mundo tres o cuatro años después. Prensa manipulada soltando fake news, crítica despiadada donde no tenía sentido hacerla y auge de figuras que parecían ya superadas. Resultado: la ultraderecha gobernando el país, derechos perdidos, pobres más pobres y racismo, xenofobia, homofobia y Trumps, Vox, Macri, Salvini, Farage, Johnson y demás mierda trasnochada. De visión recomendada, sin duda.
For Sama (Waad Al-Kateab y Edward Watts)
Lo que diré desde el principio es, por favor ved los documentales nominados este año. Pero especialmente ved este y Honeyland, porque no los vais a olvidar. Este documental biográfico de Al-Kateab es absolutamente brutal, aviso que lo más criticable es que no evita imágenes escabrosas de heridos y muertos en los bombardeos. Tampoco evita el tomar partido en contra de Al Assad ni del ejército ruso, causante de los bombardeos y finalmente de su exilio forzado. El hilo conductor es cómo le cuenta a su hija los trances por los que pasaron y pasarán, y si todo ese sufrimiento ha merecido la pena. Perder amigos en bombardeos, tener una vida familiar dentro del hospital donde trabaja el marido y contar momentos de humor en un entorno tan oscuro. Y una secuencia, aquella en la que una mujer, prácticamente adolescente, llega inconsciente al hospital, embarazada de nueve meses y de cómo tienen que recurrir a una cesárea de urgencia para tratar de revivir al inerte bebé. Espectacular, durísima y un documental de los que marcan,
Honeyland (Tamara Kotevska y Ljubomir Stefanov)
Hatidze es para mí la persona del año. Una mujer de mediana edad, de la Macedonia más rural que te puedas imaginar, que desarrolla su vida en una “casa” con su madre dependiente y que se dedica a recolectar la miel que de sus panales naturales consigue. Pero, “la mitad para mí, la mitad para ellas” es el late motiv de su vida que se rompe cuando una familia numerosísima de gitanos okupa los terrenos vecinos. La ambición del padre de familia hará peligrar la vida tal y como Hatidze la conoce. Es una de las películas del año, tierna, dura, emotiva y real. Una visión a un mundo que creíamos desaparecido en 2019, pero que se da en muchas zonas de la moderna Europa. Miseria, personas ancladas en una vida de generaciones pasadas y un corazón puro que es tan difícil de ver hoy en día. Una maravilla, que además, sin duda, tiene uno de los trabajos de fotografía mejores del año y que, además de ver y admirar, lo que tenéis que hacer es ir a la web oficial, dar unos cuantos euros y conseguir un poquito de la miel que las abejas de Hatidze producen, porque así además, ayudamos a que la mujer prospere. En Valladolid dijeron que al fin iban a poder darle una casa con electricidad y agua corriente (2020). Flipante. Cuando la vi ya dije, quien vea Honeyland va a votar por ella en todas las categorías que pueda. Pues mira, doblete histórico. Olé.
Debería ganar: Honeyland
Mis nominaciones:
-American Factory
-Apollo 11
-The Edge of Democracy
-For Sama
-Honeyland
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