Por Paulo Campos
Como si de Memento fuera, diré que esta noche acabó a las 5.15 de la mañana con la sorprendente victoria de 1917 y Sam Mendes con sendos Globos de Oro a peli y dirección. La tercera vía -o cuarta, o quinta, vete a saber- de victoria en los próximos Oscar utilizaba sus mejores armas (nunca mejor dicho). En este caso, su estreno tardío, ya sabemos que los votantes de la Hollywood Foreign Press Association no andan fuertes de memoria ni de objetividad (ojo, que no es una crítica a la gran película de Mendes). Sí sorprende más ver a Mendes batir a Scorsese (que el pobre se fue de vacío en premios), Joon-Ho o Tarantino, que son más mediáticos que el inglés y se hablaría más de ello; poca visión aquí de los ancianos votantes.
Un comienzo tan brutal nos dejó ya con ganas de más Gervais. Y mientras tanto, repartieron a toda leche los premios de televisión más prescindibles: como el de Russell Crowe que “no pudo ir por estar protegiendo a su familia de los incendios que asolan Australia” (sic.), supongo que poniéndose en un cruce de cortafuegos. Aplaudía la mesa de The Irishman, que bastante tienen con respirar por ellos mismos, y el look gitano de Triana de Pacino. Stellan Skarsgard gana su premio y dice que sí, guay, pero que ni un productor se acuerda de su cara; para inmediatamente salir Annette Bening vestida como Judith Andersson en Rebecca para hacerme saltar del sofá del susto. Después, la gente tenía ganas de levantarse a por un clarete, y de paso aplaudir a rabiar a Elton John y Bernie Taupin que salieron juntos a presentar Rocketman, claro. Los premios de tele de este primer bloque se cerraron con el de Phoebe Waller-Bridge y Succession como si fueran votados por Twitter.
Gervais seguía a lo suyo, y para dar paso al Presidente de la Asociación, decía que la comida de la noche eran vegetales, como los miembros de la HFPA. Luego el presi, una especie de hermano malo de Guillermo de Mulder, bromeaba con que dejara firmado que verdaderamente era su última vez. Este segundo bloque se lo llevó Bong Joon-ho, que al recibir el premio a peli extranjera para Parasite dijo “cuando superen esa barrera de un centímetro de alto que son los subtítulos, podrán disfrutar de mucho más cine”. Y por supuesto el momentazo de Miss Golden Globe, que fue apartado por anticuado, carca y patético (¿¿¿¿¿¿¿¿¿en seriooooooo?????????). Ahora es lo mismo, aunque se disfraza de cosa moderna. Pero vamos, que salió Pierce Brosnan a presentar a sus hijos, con cara de perpetrar atentados múltiples, a ver si los podía colar en algún sitio.
El momento II premio Carol Burnett llegó, el I fue para Carol Burnett en un sorprendente giro de la realidad. El segundo fue para Ellen Degeneres, que presentó de forma impecable Kate McKinnon diciendo que “estaba haciendo pesas en mi sótano viendo a Ellen y me pregunté si sería lesbiana. Lo era, lo soy y lo seré”, y citó como referente a la presentadora. Un premio merecido a toda una show woman de primera.
Ana de Armas, que desde luego tiene hambre de Hollywood y llegó para quedarse, sale a presentar el clip de su peli. Luego, alegrón por ver a Brian Cox con un premio tras 40 años de carrera. Todo ello como entradilla para los zapatos de Ewan McGregor, estrellas de la noche que eclipsan el premio que con alborozo otorga Margot Robbie a mejor guión, que fue para Tarantino y su Once Upon a Time in Hollywood y se encarga de recordar en forma de homenaje que se lo lleva por delante de Steve Zaillian (guionista de The Irishman).
Otra de las grandes sorpresas de la noche se produjo en la categoría de animación, y no porque saliera Taylor Swift a presentarlo y demostrar que es lo suficientemente valiente como para salir a la calle después de haber estrenado Cats (¿dónde está la Audicencia Nacional cuando se la necesita?). La acompaña Amy Phoeler con cara de “a la mínima te meto el chistecito eh, monina" o más bien minina, añado (boooommmm, ejemm). Y en la tónica de mis ex, no hay nada como cambiar, dar una imagen tuya diferente y afable, colorida y luminosa, no aparecer como el oscuro ser de profundas abstracciones, eso aplicado a Laika, que ha visto como su película más impersonal se lleva el galardón. Aún así, la muy estimable Missing Link (que alguna traducción de mierda tendrá en España). Después llegó el momento aumento de natalidad, cuando DiCaprio y Pitt presentan el clip de su peli y de paso preñan a medio planeta. Para justo después, en el movimiento más inteligente de los Globos de Oro después de nominar a The Tourist, sale a escena ...¿quién?... ¡tachán! Gwyneth Paltrow, ex de Pitt y actual loca de los gatos de los Simpson, que da el Globo a mejor secundaria. Se lo lleva Laura “diosa” Dern, como todos sabíamos y como todos celebramos. Nada mal para la Miss Golden Globe 1982, que celebra con un discurso como quien gana el premio por quinta vez y está en su puta casa.
Llegan los momentos de presentar la nueva hornada, porque uno de los Jonas -el que queráis- y Priyanka Chopra (no voy a buscar si lo escribo bien, la verdad) premian a Fleabag como comedia televisiva del año. Y luego Ansel Elgort, que hundió la adaptación al cine de uno de mis libros favoritos de los últimos años The Goldfinch, se pone a cantar dando vergüenza ajena a todos en la platea. Vaya nuevo Hollywood, cuidao Spielberg que este te hunde el West side Story en dos secuencias. Bueno, que el chorbo cantó para presentar el premio a mejor canción...ostras como hilan, y gana la canción de Rocketman, que bueno, se deja escuchar como curiosidad, pero vamos... lo bueno es que el autodenominado matrimonio de John y Taupin celebran con el público su primer premio de siempre, no sé yo.
Sacha Baron Cohen da el zascón de la noche cuando presentando el clip de Jojo Rabbit dice que “trata de un tipo desorientado y confuso que ayuda a dar propaganda nazi y se llama Mark Zuckerberg”. Mis dieses. Prólogo del ya tradicional Globo de Oro anual a Patricia Arquette (hay que ver lo bien que le sentó Boyhood), que mejor que no le hiciera soplar la Guardia Civil, pero que da como siempre mejores discursos que looks; porque dice muy claro que el mundo es una mierda y más por el que manda en su país, que ya saben a quien no votar en noviembre. A Clint Eastwood no le gusta esto.Y de un discurso modélico pasamos a la improvisación absurda en el discurso de agradecimiento de Olivia “viva el vino” Colman, que gana por sorpresa a Jennifer Anniston (¿qué clase de mundo permite esto en los Globos de Oro? ¿En qué nos hemos convertido?)
Saltamos al homenaje a Tom Hanks (que a ver si consigue romper su racha de no nominaciones al Oscar desde 2002) que entrega Charlize “no, es imposible que sea de este planeta” Theron, cuya carrera empezó con Hanks y su oportunidad en The Wonders, hasta va a tener ojo también. Repaso a su carrera con entradilla de Vacaciones en el mar, que luego se indigna al mandar levantar la mano a todos los que también la tenga y siendo el único de la sala. Qué vergüenza. Agradece el premio haciendo un repaso a todos y todas, dejando claro que si le da la gana de presentarse a Presidente de USA gana de calle.
Lo mejor de que Sam Mendes (este se follaba a Kate Winslet) gane, es que se reconozca como el fantástico director que es y después que digas que todos los directores de la sala, no, del mundo, están a la sombra de Martin Scorsese. Eso es señorío y no Sergio Ramos rompiendo tobillos, pero vestido con el traje del Madrid. Y otro acierto es que sean Helen Mirren y Antonio Banderas (que debe tener el culito más apretado que el corsé de Scarlett Johansson esperando las nominaciones Oscar y saber si vivir a base de canapés los cuatro últimos meses valió para algo). Para calmar la cosa sale Cate Blanchett a agradecer a voluntarios que luchan contra el fuego en Australia y presentar el clip de Joker (no sé muy bien la conexión, pero se ve que no tenían a nadie más)
Que presenten tu premio Tiffany Haddish y Salma Hayek ya mola por lo bizarro. Pero que te marques el discurso de la noche cuando ganas por Fosse/Verdon, sólo lo puede hacer alguien como Michelle Williams, que ya fue noticia cuando cobró mucho menos que Mark Wahlberg en All the Money in the World. Y que ahora sale y se marca el discurso más feminista y necesario de 2020 (y van 6 días), llamando a las mujeres a unirse y que voten por su propio interés, como hemos hecho los hombres de siempre, y ahora estamos donde estamos. Grande Michelle y más Oscars, Globos y todo para ella. La pequeña puya de Jared Harris al ganar por Chernobyl diciendo que “no todo va a ser Netflix” quedó sepultada por el eco Williams, pero no estuvo mal del todo,
Dos parejas salen a presentar, dos olvidados y merecedores de nominaciones por Dolemite is My Mame, Da'vine Joy Ramdolh y -directamente de la cárcel del condado- Wesley Snipes presentan su peli. Y Paul “gemini man” Rudd y un regalo de navidad con la cara de Jennifer Lopez (en los 90 hubiera ganado esta pantomima de los Globos de Oro seguro) dan el premio a la compositora (sí, habéis leído bien, la compositora) de Joker: Hildur Guðnadóttir, no es mi música favorita del año, pero que se abra camino no está nada mal, que parece que para poner música a una película necesitas un nabo como batuta, ¡coño ya!
Estando en la platea Gwyneth, Jennifer, y qué pena la falta de Angelina, mola ver a Brad Pitt recoger su Globo de Oro (segundo, ja,ja,ja) a mejor actor secundario. No es el mejor actor, seguro, pero sí uno de los mejores personajes del año, es todo carisma, arrollador carisma y es su momento, Hollywood se lo debe y Hollywood no suele fallar. Agradece a Tarantino y asegura que él si dejaría un sitio en la tabla a Leo, ¡qué bonito, joder! A ver, es una estrellaza y él es el primero en saberlo, y cualquier premio que gane es mucha y buena publicidad para quien se lo da. Y que se marche del escenario con un “si veis por ahí un baño decídmelo, lo necesito” es de ser cool de cojones. Algun@s hubieran matado por acompañarlo. Suerte que Joe Pesci pase completamente de todo cristo y ni se haya molestado en salir de su puta casa, porque si esto fuera de verdad justo no se le escaparía ni un solo premio a mejor secundario.
Scarlett y Chris Evans -que han follao fijo, fijísimo- presentan el premio al mejor actor de comedia. Ni DiCaprio, ni Murphy, … lo gana Taron Egerton, que lleva haciendo campaña por ello un puñetero año, y que hace poco invitó a 90 miembros de la asociación a su cumpleaños, supongo que con derecho a que le tocaran la piñata por turnos. No le quito mérito, porque su interpretación no es mala, y tampoco es malo parecer desesperado por ganar un Globo de Oro o un Oscar y más por ser alguien; pero mira, el chaval se lo ha currado y debe tener los huevos en carne viva después de arrastrarlos por todas las alfombras de la temporada. Aprovechando un descanso físico entre Johansson y Evans le dan el premio a mejor actriz de comedia a Awkwafina “el agua que necesitas”, que se lo quita a una Ana de Armas convencida de que era de ella, La actriz americana brilla en The Farewell y es de lo mejor de la película, pero vamos, que competencia en esta categoría había cero. Lo mejor es que le dedicó a su padre el premio diciendo que mirara, que tenía trabajo. Aprovéchalo, no vaya a ser que no dure mucho más que Crazy Rich Asians 2.
Pierce Brosnan y Will Ferrell (soy muy, mucho, muchísimo de Ferrell) presentan entre loas del segundo al primero sobre su belleza, su olor y su barba de mosquetero, mejor película de comedia. No hay mucha sorpresa porque gana Once Upon a Time in Hollywood y Tarantino se marca un tanto humilde a dar todo el protagonismo en el discurso al productor. Sin duda, un buen año para el cine y la de Quentin es un claro exponente del buen cine que se ha hecho este año. Sus tres Globos de Oro le sirven para reforzarse de cara a los Oscars.
Los tres últimos premios son los de actor, actriz y película. Glenn Close abría fuego otorgando el premio a mejor actor del año a Joaquin Phoenix por dar un nuevo sentido al Joker, era esperado, merecido. Pero pobres Banderas, Driver o De Niro que se quedan sin uno mereciéndolo. Probablemente pensaréis, si lo habéis visto, que el discurso de Phoenix fue más propio de un borracho. Pero no, cuando en 2043 se descubra una piedra Roseta Phoenix comprenderemos que ha sido el mejor discurso jamás dado, mientras yo también pensaré que ha sido bochornoso tener que ver titubear etílicamente al mejor actor del año al que LE PONEN LA MÚSICA PARA QUE SE PIRE. Esto no, eh. Esto no
Rami Malek, el mejor actor del pasado año (no puedo escribir esto sin descojonarme de risa) resucita del mundo de los muertos y del contenedor de los plásticos a Renée Zellweger, que se hace con el premio por delante de Scarlett, por su papel en Judy. Favorita desde el inicio de carrera parecía algo decaída en las apuestas, pero va recuperado su favoritsmo. Zellweger, que no es mala actriz en absoluto, consigue así resarcirse de más de 10 años de ostracismo cirujano y demostrar que aún puede dar mucho más. Vale que su cara es un cuadro de comedor y que su discurso aburrió hasta las ovejas y no interesó ni a su familia, pero ahí está, de nuevo luchando por papeles buenos. Y bueno, el colmo, le ponen la música. LOS PUTOS GLOBOS DE ORO PONEN MÚSICA PARA ECHAR DEL ESCENARIO AL MEJOR ACTOR Y ACTRIZ DEL AÑO. Sacrílegos, ateos.
Gervais metió un último gancho al presentar a Sandra Bullock para dar el premio a 1917, dijo que era la estrella de Bird Box (A ciegas), donde la gente sobrevive haciendo como si no vieran nada, igual que los que trabajaron con Harvey Wenstein. ¡Zasca! El resto ya es historia, sobre con el nombre de la peli de Mendes, cero para The Irishman y al día siguiente se cerraban las votaciones Oscar. Sin duda, un gran año de cine que además es un año inusual en premios, más corto y más competido entre películas que lo merecen.
Y hasta aquí lo que dio la noche de sí, como supongo que finalmente daría de si la chaqueta que guardaba los secretos de Kerry Washigton y acabara marcándose un Janet Jackson, que celebro encarecidamente. Bueno, que se me va, hasta prontito niños y niñas.
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