Por Paulo Campos
Si fuera uno de esos críticos veteranos de los que tanto me gusta hablar estaría a estas horas protestando por todo lo relacionado con el festival. Pero como pertenezco a la nueva ola de críticos, esos a los que nadie hace caso de nada, pues diré que para mí es un auténtico privilegio pasearme por unos cines espléndidos, con un ambiente de cine genial y conociendo cines de otras culturas que en mi casiña jamás tendría la oportunidad. Soy consciente de que muchas de las personas que leen, se informan, se preocupan y hacen del cine un modo de vida les gustaría tener la oportunidad de vivir lo que yo vivo y es por ellos, y por respeto a mí mismo, que soy una de esas personas que lo que intento transmitir en todas mis crónicas es el honor que me produce estar por aquí.
Introducciones épicas aparte, llega el Festival a su tercera jornada. Mucha, mucha gente por el Lido, se acerca el fin de semana y la población aumenta y más que nada porque el sábado se proyecta Joker, y vamos, que no me extrañaría ver la cola desde hoy. Pero eso será otro día, porque hoy es el cara a cara más esperado. Polanski estrena, no sé si a este país puede venir sin que lo detengan para soltarlo a los diez minutos, esto es Italia, no creo, ¿no? Sabemos que Lucrecia Martel verá la peli con el populacho periodístico, pero vamos, nada que no haya hecho el pasado año todo el Jurado, porque os recuerdo que diez minutos más y pido matrimonio a Naomi Watts hace justo un año. También vendrá Kristen Stewart para ser Seberg, y supongo deslumbrar en una alfombra roja en la que los fans ya se apuestan a eso de las 7 de la mañana para esperar 12 horas por un autógrafo (luego yo soy el friki).