Loro (Italia, 2018).
Dirección: Paolo Sorrentino.
Intérpretes: Toni Servillo, Elena Sofia Ricci, Riccardo Scamarcio, Kasia
Smutniak, Euridice Axén, Fabricio Bentivoglio.
Guión: Paolo Sorrentino y Umberto Contarello.
Música original: Lele Marchitelli.
Fotografía: Luca Bigazzi.
Montaje: Cristiano Travaglioli.
Idioma: Italiano.
Duración: 150 minutos.
Caricaturizando
la caricatura
Por David Sancho
Silvio Berlusconi es uno de los políticos más “peculiares” de
Europa. Presidente de Italia y empresario de éxito, Berlusconi es un personaje
icónico dentro de la historia reciente europea. Sorrentino se centra en el
momento en el que Berlusconi deja el cargo de presidente y tiene que afrontar
varios procesos judiciales abiertos en su contra. Pero no se trata de un
biopic, ya que gran parte de lo que se nos cuenta, y de los personajes que
aparecen, es ficticio.
Sorrentino tiene un estilo narrativo y visual muy peculiar,
un sello de identidad que ha ido perfeccionando con los años hasta conseguir
ser reconocido con un simple plano. La cuestión es cuando parar. No es siempre
necesario ir siempre un paso más allá. Hay veces en las que es preferible darle mayor
importancia a la historia y no centrarse tanto en dejar clara la firma de
autor, puesto que el resultado fácilmente puede ser grotesco.
La visión que da Sorrentino de Berlusconi es caricaturesca, y
si tenemos en cuenta que el personaje es casi una caricatura de lo que debería
ser un político, el resultado se torna excesivamente carnavalesco. Lo que en
The Young Pope quedaba intenso y atractivo, en esta película resulta excesivo y
vergonzante. La película es narrativamente caótica y en demasiadas ocasiones no
es más que una sucesión de imágenes muy
bonitas pero con muy poco fondo.
Por otro lado, la interpretación de Toni Servillo es
correcta, caricaturesca como la película, pero no impacta. El personaje daba
sin duda para mucho más.
Silvio (y los otros) parece más una película para que
Sorrentino pueda desmadrarse a sus anchas que una película sobre Silvio
Berlusconi. Lo que sí que consigue retratar a la perfección es la decadencia
del sistema democrático europeo, especialmente en los países del mediterráneo.
Me imagino perfectamente una película similar centrada en la mayoría de los
políticos recientes de la Comunidad Valenciana, por poner solamente un ejemplo.
Por lo tanto, la película es una oportunidad fallida de contar
la historia de una de las lacras más sonrojantes de la política europea
reciente y deja cada vez más claro que Sorrentino está pasando de autor a mero
provocador a pasos agigantados.
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