Ya va siendo hora de que me ponga manos a la obra, que os tengo en ascuas por saber quienes serán los actores que pisarán con garbo y salero las alfombras multicolores de los premios que en menos de un mes se empiezan a conceder en EEUU. Siempre me llamará la atención eso de premiar lo mejor del año en el mes de noviembre. Pero ya se sabe, aquí o corres, o te quedas para vestir santos; como estamos viendo en todas las pelis cuyo estreno se deja para los últimos días del año, fechas antes codiciadísimas, hoy destinadas a ver como películas con ínfulas se estrellan en taquilla y nadie se acuerda de ellas. Son las películas llamadas Labor Day. Y hablando de alfombras rojas, qué pena que no le den un papelón a Ezra Miller, porque como este año la Gaga quiere parecer normal, al mundo no le queda nadie cuyo mamarrachismo se convierta en divinidad absoluta, si no es Miller. Y para muestra, sus trajes presentando Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald.
Desvelado ya que Miller no creo que opte mucha cosa este año, Toronto y Venecia, como no, nos dejaron un puñado de nombres para ir haciéndonos nuestras quinielas en los apartados de actor y actor secundario. También nos dejaron claro que, desde el inicio de la vida de una peli, ya se opta por hacer fraude de categorías sin rubor alguno; como la de Chalamet o Ali, que ni una oportunidad tuvieron de ser los protagonistas de sus películas a nivel de premios, aun siendo los protagonistas de sus películas a nivel real. Por lo demás, una carrera más abierta que otros años, porque al entrar tanta “peñuza” en la Academia -no como era antes con gente que vivía en el mundo real como lo hacían los 6000 señores blancos, judíos, millonarios y nacidos antes de 1875, que eran los que votaban hace tres días- no sabemos muy bien cómo va a ser el sentido del voto y si se colarán los de siempre o se abrirá el mercado para que a los americanos se les diga por primera vez que fuera de USA se hace cine; aunque me da que no será esta la categoría que lo haga este año.
ACTOR PROTAGONISTA
Estos son los señores que más suenan para ocupar las cinco plazas de nominados
-Bradley Cooper por A Star Is Born
Dirige y actúa, y nada como eso para saber regalarte lo mejor de una película, que luego lo vendes como que le hiciste un favor a Lady Gaga por darle un empujón a su carrera en el cine. Pero ¡ay!, este chico es “Made in Hollywood”, sabe que si no tira de sí mismo, algún Christopher Plummer de turno vendrá y te borrará la cara digitalmente de un plumazo. Así que complejos fuera, el bueno de Cooper se enfundó en un traje de estrella del country, con una voz rocosa nueva, con un brazo machacado en gym para poder aguantar la botella de ron y con esa cara rosa que se les pone a todos los cantantes del medio oeste americano, para lucirse bien lucido en todas las escenas que puede y saca partido. Su paseo por los infiernos, la decadencia física y psicológica de su personaje quedan reflejados perfectamente. Vamos a ver, siendo claros su interpretación es, de lejos, lo mejor de la película, que ya está a un nivel de sobrevaloración bastante aceptable como para que gane premios. Si gana este, no será yo quien se queje.
-Willem Dafoe por At Eternity's Gate
Como ya dije en Venecia, creo que a nadie le hacía falta un biopic de Van Gogh, pero quizá me equivoqué y sí le hacía falta a Dafoe para que se le diera el Oscar. Ya el pasado año parecía que por fin le llegaría la estatuilla con The Florida Project, pero Sam Rockwell le ganó en el sprint final. Podríamos pensar que los votantes sabían que tenían la oportunidad de premiarle un año después en la categoría reina; pero no lo pensamos porque sabemos que los votantes no se acuerdan de las pelis estrenadas en septiembre, se van a acordar de algo que pasó hace un año, ¡ja! Si la película la ve alguien más que Schnabel se dará cuenta que todo en ella es Dafoe, que recrea a un torturado Van Gogh (como si no) de forma impecable, convirtiendo su creación de personaje en la mejor parte del guión de la película. Una interpretación excelsa que habrá que promocionar mucho en los premios de la crítica para que no se olviden de ella; eso es pasta y la película hacer, no va a hacer mucha, ya lo digo.
-Rami Malek por Bohemian Rhapsody
Desde que se anunció el proyecto el prota de Mr. Robot sonó para la nominación por la dificultad de encarnar a un personaje tan “diferente” como es Mercury; luego se presentó la peli a un puñado de críticos que la pusieron a parir, la nominación entró en absoluto peligro y sólo una asistencia masiva a las salas para ver la peli podría resucitar la potencialidad de nominación para Malek. El público le ha dicho un “tú sí que vales” en letras doradas, porque está yendo en masa a ver “la peli de Queen” (que es como debería de haberse titulado en España, porque es así como la llama todo el mundo). Por lo tanto, sí, ponemos a Malek como uno de los aspirantes al Oscar este año, no sé si tanto por el premio como por la nominación. Desde luego nadie le va a negar que se estudió a fondo el papel, porque gestos matemáticamente calcados los tiene, cosa que a mí no es que me haga demasiada gracia en cuanto a premiar una interpretación. Pero si Gary Oldman ganó por su episodio de “La hora chanante” presentado por Wiston Churchill, Malek puede hacer lo mismo.
-Viggo Mortensen por Green Book
Grandes críticas, la peli crowdpleaser del momento, un papel muy diferente a todo lo que le hemos visto hasta ahora, un actor que se lo ha currado, que tiene una carrera detrás y parece que por fin le llega la hora. Todo esto era Mortensen hasta que hace dos días va y dice la palabra “nigger” en televisión. Pues ale, Oscar tirado a la basura y déjate ver si también la nominación. Luego claro, llegaron las disculpas, el que “yo no quería, me equivocado, no volverá a ocurrir”. Pero no sé si a estas alturas eso es suficiente para seguir siendo considerado un persona.
Esto es lo que ocurrió esta semana con Mortensen, aunque aquí no haya trascendido, sí lo ha hecho en USA, y por eso está ahora en duda su nominación. No por su valía o el papel, que siguen fuera de toda duda, o incluso por la peli, que va creciendo en favoritismo a medida que nos acercamos a la temporada de premios. Esto es en lo que se ha convertido la campaña por el Oscar, que no puedas cometer un resbalón porque las baldosas amarillas se abren y de pronto te encuentras en una habitación para recluidos donde Kevin Spacey está cantándole el “pasa pasa culito de rana” al oído de Harvey Weinstein. Esperemos que haya aprendido la lección de que hay cosas con las que es mejor no bromear si lo que quiere, le interesa o le mandan es hacer campaña por el premio.
¡Ah! Que se me olvidaba comentar algo sin importancia, hace en la peli de un chófer de ascendencia italiana, socarrón, liante y divertido. Y lleva en la parte de atrás, del coche, a Mahershala Ali. Por si a alguien le interesa esto más que todo lo que suene a polémica en Twitter.
-Christian Bale por Vice
Que Bale es un actor que se curra los personajes está claro, es capaz de engordar y adelgazar según convenga que ni el currículum público de Albert Rivera. En esta película, del mismo director de The Big Short -su anterior nominación al Oscar- se mete en la piel y la papada de Dick Cheney, uno de esos políticos comemazorcas americanos bajo cuya vicepresidencia (época Bush Jr.) se llevó a cabo la guerra de Irak bajo mentiras y falsas “guerras santas”. Vistas las primeras imágenes no me extrañaría ver en Bale la auténtica alternativa a día de hoy al Oscar de Bradley Cooper y ya si la película funciona pues mucho más. La duda me asalta si tamaño gañán de persona, Cheney, que no Bale, merece tener una película, aunque recordando que disparó “accidentalmente” a un tipo durante un día de caza, quizá he de decir que por supuesto, que a su servicio.
-Ryan Gosling por First Man
La película de Chazelle, mucho mejor que sus dos anteriores, no ha terminado de cuajar. Bueno, más bien se ha dado un hostión en taquilla que ni caída desde la luna, por lo que las opciones de la película se quedan ahora en cuarentena. Y es una pena, porque es un acercamiento maravilloso a la biografía de Neil Armstrong. Gosling no es que sea el actor más expresivo del mundo, pero sí dota de una sobriedad calculada a todos sus personajes y quizá aquí con el astronauta más cool del mundo llega a la cumbre interpretativa de este tipo de personajes. La película va sobre sus hombros y asistimos empáticamente a cómo la luna es un deseo que va más allá de su vida, pero que sin embargo si somos conscientes en todo momento de cuáles son las motivaciones y las dudas que generan en su ya de por sí difícil vida matrimonial y familiar. A mí me parecería justísima una nominación, pero vamos, que tiene pinta de que First Man se va a quedar en un plató de televisión dirigido por Kubrick.
-Ethan Hawke por First Reformed
Aquí está el rescatado de un olvido absoluto por la crítica más tempranera y no puede haber nadie mejor que él este año para reivindicar esas pelis estrenadas de tapadillo, con presencia en festivales y de las que puede pasar todo el mundo como si de un guión de Shyamalan se tratara. Hawke está absolutamente espléndido en esta película de Schrader (muy gafapasta todo para la vieja Academia) como un cura un tanto dubitativo. Hawke estuvo nominado dos veces, pero vamos, que no olió ni de cerca el premio. Ahora tampoco lo parece, pero qué alegría sería para el cine poner en primera línea personajes y películas de estos que parecen sencillitos y no se esconden ni en caretas de plasticorro ni bajo gritos de los que te dice tu padre “bájale a eso que hay gente durmiendo” a las cinco de la tarde.
-Robert Redford por The Old Man and the Gun
El personaje es lo de menos, un atracador con más encanto que un gato con esmoquin. Ante todo es él, Redford, en la que puede ser la última oportunidad para ponerle entre los candidatos a un Oscar a mejor actor. Sólo lo ha estado una vez por El golpe en el 73 y ahora a nada del retiro no estaría mal verle subir al escenario para que la foto Glenn Close y Robert Redford adornara pósters entre los cinéfilos de más de 60 años (si es que eso existe). Aunque claro, dos Oscars honoríficos disfrazados de competitivos (o al revés) quizá fueran demasiados. Ya puestos quedaría el de Dick Van Dyke en secundario y el de Judi Dench por lo que sea que haya hecho este año.
Lucas Hedges por Boy Erased
El que parecía que iba a estar sí o sí a mediados de verano era Hedges. El nominado por Manchester by the Sea tenía dos pelis potentes para este año: Boy Erased, donde da vida a un homosexual enviado a no de esos campamentos para “hacerlo un hombre de bien”, como John Travolta, Mariano Rajoy o Pedro J. Ramírez, por citar tres nombres al azar. O también tenía la oportunidad por Ben is Back, donde no sé de lo que hace, pero le da la réplica a Julia Roberts, con lo que ya es suficiente. Pues entre que la primera no ha llamado mucho la atención y que la segunda no sabemos gran cosa, puede ser que el mejor actor joven -sin contar con Chalamet u otro cualquiera que salga nuevo en esta semana o el que salió el mes pasado- se quede en nominado a los Satellites Awards.
A priori, estos son los nombres que suenan más potentes en esta categoría pero aun hay nombres que se pueden colar; como Joaquin Phoenix por You Were Never Really Here, que fue premio en Cannes y que los primeros premios del año también han revitalizado, John David Washington si “Blackkklandsman” remonta un poco el vuelo y el chaval tiene la misma flor en el culo para las nominaciones que su padre, Clint Eastwood si The Mule es buena y hay ganas de seguir haciendo homenajes a señores que no les queda mucho en la interpretación, ni supongo que en este mundo. Por lo pronto, nos quedamos con estos señores que dan para hablar un ratico, de otros hablaremos en actor secundario que da para echar otra tarde.
Paulo Campos
@opaulocampos
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