Under the Silver Lake (Estados Unidos, 2018).
Dirección y guión: David Robert Mitchell.
Intérpretes: Andrew Garfield, Riley Keough, Callie Hernández, Topher Grace,
Jimmi Simpson, Riki Lindhome, Summer Bishil, Zosia Mamet, Patrick Fischer.
Música original: Rich Vreeland.
Fotografía: Mike Gioulakis.
Montaje: Julio Pérez IV.
Idioma: Inglés.
Duración: 139 minutos.
Lo que esconden las buenas intenciones
Por David Sancho
Tras el éxito, más de crítica que de público, que cosechó
David Robert Mitchell con It Follows, había interés por saber como iba a ser su
nuevo proyecto. Ya de primeras se aleja del terror, pues se trata de cine negro
del siglo XXI, pero no cine negro al uso, sino un cine negro desquiciado.
La cinta supone un paso adelante en su carrera, un trabajo de autor que se
aleja de cualquier intención de agradar al gran público, una película muy
personal que parece una mezcla de El gran Lebowski, Puro vicio y David Lynch.
La trama avanza basándose en el absurdo. No es uno de esos thriller que
requieren de lógica para mantener al espectador, el guión de Mitchell es un
espíritu libre del que hay que disfrutar dejando de lado la razón y dejarse
llevar por la locura de su personaje principal, muy bien interpretado por
Andrew Garfield.
El problema de las películas como esta, es que si no consigues conectar con
ella, como fue mi caso, puede convertirse en un sufrimiento de 140 minutos de
duración. Personalmente le valoro el riesgo y entiendo lo que pretende su
director, pero nunca llega a engancharme o hacerme demasiada gracia, por lo que
lo que podría haber sido una experiencia de lo más estimulante, se convirtió en
una gran decepción cinematográfica, puesto que tras It follows, como ya he
dicho, se esperaba mucho de Mitchell y a mí personalmente me ha decepcionado.
Pero lo grande de esta película es que aunque yo no la haya disfrutado en
absoluto, no tendría el más mínimo reparo en recomendarla, incluso lo haría con
insistencia, ya que se trata de un tipo de producto cinematográfico raro de ver
en el cine actual al que merece la pena darle una oportunidad.
Por lo tanto se trata de cine arriesgado, del que puede salir
muy bien o muy mal, o ninguna de las dos, pues en gran medida depende del
espectador. Así que hay que verla y juzgar por uno mismo, principalmente para
que sigan haciéndose películas como esta, cine nada acomodado, que no sigue
modas o estructuras predefinidas, algo por lo que merece la pena arriesgar
nuestro tiempo y dinero.
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