Por Paulo Campos
Dragged Across Concrete (S. Craig Zahler. Canadá-Estados Unidos, 2018)
Fuera de concurso
Es para mí la gran sorpresa del Festival. Vale que podía haber precedentes con el dire de Bone Tomahawk, pero no esperaba encontrarme con una de las mejores películas que se ha exhibido este año en el Lido. Y la verdad, así sabe mejor, cuando no te esperas encontrarte un peliculón.
Primero, ¿qué es? Pues una historia sobre dos polis (malos) que deciden “aprovechar” sus días de suspensión de empleo y sueldo para ir a su aire detrás de un trabajito del que reciben un soplo. Esto es a grandes rasgos, hay mucho más. Hay dos buenos actores como son Mel Gibson -del que hacía tiempo que no veía lo que podía hacer- y Vince Vaughn, brutal en ese papel, lo mejor que hecho. Metamos esos dos ingredientes en la coctelera y mezclemos con un poco de Tarantino en su estado de reposo, con un toque Bresson y pongámosle lo guay que se cree el director. Nos sale un film negro, donde todos son malos, donde el guión prima por encima de la acción y donde nos hacen pasar un ratazo (porque si algo malo tiene la peli es su duración, cerca de las dos horas y media)
Presentada fuera de competición, ha sido uno de los aciertos de la programación, porque no se esperaba una película americana tan arriesgada en cuanto al contenido. Formalmente Zahler se gusta a sí mismo y deja claro que es bueno, pero que tiene que mejorar esos ataques de ego porque hay veces que está punto de echar al traste la propuesta.
Me queda la grandísima duda de cómo puede funcionar esto en la taquilla estadounidense, porque no es fácil vender una peli tan larga y con protagonistas tan poco apetecibles, pero ojalá la crítica haga su trabajo y le dé visibilidad
Yom Adaatou Zouli (Soudade Kaadan. Siria-Líbano-Francia-Qatar, 2018)
Orizzonti
Traía consigo el punto favorable de ser una película siria en la sección Orizonti, que ahonda en el actual conflicto que se agudiza cada vez más en el país. Así, a su llegada, tanto directora como intérpretes principales fueron cálidamente ovacionadas. Luego ya la película es otra cosa: partiendo de un pequeño conflicto, como es el de quedarse sin butano en una ciudad como Damasco, las dos chicas -junto con el hermano de una de ellas- se ven envueltas en una persecución por parte del ejército, aquí se coloca la película, claramente en el bando rebelde y pasas dos horas viendo cómo se esconden y departen con ciudadanos afectados por la situación del país. El único punto fantasioso es que la sombra de los que van a morir desaparece a ojos de la protagonista.
Formalmente bastante plana y sin riesgo alguno, está bastante estirada para no ser un mediometraje, porque ni la directora tiene ideas para mejorar, ni las actrices -que están correctas, pero no excelentes- consiguen atraparme las dos horas que dura la película.
Si Siria elige esta película como su representante no creo que ni siquiera la vean muchos académicos, no invita a ello.
La Profezia dell'Armadillo (Emanuel Scarigni. Italia, 2018)
Orizzonti
Quizá la propuesta más localista que he visto, lo digo porque si no eres italiano va a ser complicado entender todos los chistes -que son muchos- que se sueltan en la película. De todas formas sí que pasé un rato agradable con esta película sobre un diseñador gráfico, aficionado e ilustrador de cómic, que entra perfectamente en el mundo freak, algo manido el tema, que recibe un mail donde le informan que una ex-compañera de instituto, su primer amor, ha fallecido. Así se inicia una reflexión sobre la juventud, la vida y el amor, todo ello reflexionado con la conciencia del protagonista, que es, como no, el armadillo del título.
Como digo, todo ello salpicado por chistes más o menos gruesos y más o menos acertados. Con dos actores principales potentes, los dos verborréicos perdidos y graciosetes. La comparo con El año de la garrapata, pero creo que algo mejor la italiana.
Por supuestísimo, público entregado desde el primer momento y riendo todos y cada uno de sus chistes. A ver, que no está nada mal, pero que no deja de ser una peli pequeñita con ínfulas de culto y una comedia intrascendente que pretende divertir. Lo consigue, aunque las reflexiones y metáforas a veces no estén del todo bien planteadas.
Vox Lux (Brady Corbet. Estados Unidos, 2018)
Sección Oficial
Prometía ser una de las propuestas más divisivas de la sección oficial, junto a Suspiria, y lo ha sido. Aplausos y silbidos a partes iguales para la segunda película bajo la dirección de Corbet, que hace una especie de díptico con su anterior. Esta va incluyendo el paso a la madurez bajo unas circunstancias especiales. La película pretende abarcar muchas cosas, la violencia, el peso de la fama, el ego y la industria comercial del arte que deshumaniza a quien la toca. No creo que consiga captar todas de la misma forma, porque en algunas de ellas su carácter moderno lastran la teoría del conjunto.
Por partes, partiendo de un inicio muy bueno, la película busca analizar el mundo de la estrella de la canción desde una perspectiva humanista, familiar e incluso romántica, que choca con la realidad que conocemos y que, a brocha gorda, nos presenta en la última parte de la película. El cómo la violencia de todo tipo ha forjado nuestra sociedad hasta desenvolvernos en ella tal y como lo hacemos en la actualidad.
De una estrella prematura por circunstancias especiales -que interpreta la adolescente Raffey Cassidy (en el doble papel de la prota de joven y luego a su hija) que está soberia y creo que el Premio Mastroiani al intérprete emergente debería ser sin duda para ella- pasa (en una elipsis muy buena, ayudado por la transición de 16 mm a 35 mm) a la época en donde ya es una estrella. Nos hemos perdido 17 años de su vida, que conoceremos poco a poco. Y con la elipsis llega el huracán Portman. Es brutal lo que puede hacer esta mujer, aquí un personaje ególatra, excesivo, cínico, iracundo, que Natalie retrata como nadie, una fuerza brutal, en los conciertos no es ella. Estamos, señores, ante una actriz prodigiosa, por si no nos habíamos dado cuenta.
Película complicada, nada complaciente que no sé como irá en la temporada de premios. Portman tendría que estar en el quinteto sí o sí, pero ella, como productora ejecutiva de la cinta, cosa que no supo hasta ayer (manda huevos estos agentes), no sé si será el momento de promocionar esa candidatura
Werk ohne Autor (Florian Henckel von Donnersmarck. Alemania-Italia, 2018)
Sección Oficial
Creo que no puede haber festival que se precie que no proyecte una película como esta, una película totalmente académica que está pensando más en los espectadores que en agradar a los críticos. Porque no se puede ser más lineal y poco atrevido. Nos muestra la vida de un chico que pasa por el nazismo que diezma a su familia; por la Alemania bajo el régimen comunista; y el Este, donde intenta buscar la verdad en su arte. Pero no creas que va de filosofía, qué va, hay historia de amor (como debe ser), hay malos y muy malos (como debe ser), hay pérdidas familiares (como debe ser), hay amistad (como debe ser) y hay música, decorados, vestidos y hasta caras muy bonitas.
La verdad empiezo a pensar que La vida de los otros fue una chiripa que le salió a este hombre o es que aún sigue traumatizado por lo que le obligaron a hacer en The Tourist, porque no arriesga ni un momento, todo está medido para agradar al espectador medio (cosa que tampoco es lo criticable de la película, no olvidemos que -como dijo Coixet- las señoras son las que mantienen el cine, y este cine es para ellas, perdón por la generalización).
Poco más, una película ya vista, que no creo que el Festival premie demasiado, pero que la industria si puede hacerlo. No en vano, es ya la representante alemana para los Oscars y allí no me extrañaría que gustara bastante más que por el Lido.
Jinpa (Pema Tseden. China, 2018)
Orizzonti
Película tibetana de la sección Orizzonti, prometía mucho más de lo que finalmente ha dado. Por supuesto, secuencias interminables de paisajes, cámara fija para enfocar la nada y miles de trucos que ya empiezan a estar un poco gastados para contar una pequeña historia que se resume en “camionero molón recoge a autoestopista aborigen que le cuenta que quiere matar a un hombre por venganza”, y luego poco más.
No fue especialmente aplaudida, porque a veces es un sopor, y muy lineal en su forma, esos planos se agotan en breve. Los dos actores protagonistas parece que están bien, aunque no sé muy bien hasta que punto es la forma correcta de encarar una interpretación, pues apenas aportan más matices que hablar muy despacio y como que no tienen ganas de estar allí.
No muy fan de la película que sí fue muy aplaudida por la oriundos presentes que pueden conocer más este tipo de historias. A mí no me interesó mucho, y menos a la hora de la siesta, aunque reconozco que no me dormí en ningún momento, en ninguna película. Soy un héroe.
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