Yucatán (España, 2018)
Dirección: Daniel Monzón.
Intérpretes: Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo, Toni Acosta.
Guión: Jorge Guerricaechevarría, Daniel Monzón.
Música original: Roque Baños.
Fotografía: Carles Gusi.
Montaje: Cristina Pastor.
Idioma: Español.
Duración: 108 minutos.
Poderoso caballero es don dinero
Por Sofia Pérez Delgado
(La película del día)
Antes de convertirse en un nombre de primera
categoría dentro del thriller comercial en nuestro país gracias a Celda
211 (2009, cuyo éxito se vio confirmado en 2014 con El
niño), Daniel Monzón ya se había acercado al mundo de los ladrones en
su segundo largometraje, El robo más grande jamás contado
(2002). Su última película, Yucatán, parece un intento de
recuperar esos orígenes cómicos, pero en esta ocasión, con el añadido de tener
una gran productora detrás del proyecto. De este modo, la excusa de la trama de
unos timadores que han creado todo un circo alrededor del crucero trasatlántico
en el que trabajan, para hacerse con el dinero de los ricos viajeros que tratan
de escapar de sus aburridas vidas, le da la oportunidad al director de lucirse
en diferentes escenarios (desde Casablanca hasta México) a través de
situaciones cada vez más rocambolescas. Y es que Yucatán es la típica
cinta de enredos que vuelve a recurrir al juego del ratón y el gato, siendo más
difícil descubrir en ese barco a alguien a quien le mueva la honradez, que a
aquellos que solo piensan en sí mismos y en dar el golpe de su vida.
El guion coescrito por Monzón junto con su
habitual Jorge Guerricaechevarría denota el gusto de este último por las
historias corales que le han dado fama especialmente junto a Álex de la
Iglesia; pero si bien no apreciamos en Yucatán la ironía y el cinismo de
las películas del director vasco, también se nos ahorra cualquier tipo de humor
grueso. Monzón conduce el filme casi siempre con
elegancia (quizás un poco perdida en la parte final), la cual se deja ver
especialmente en las secuencias de canciones y bailes, que parecen sacadas
directamente de un musical (el realizador podría desenvolverse estupendamente
en ese género), pero que van quedando olvidadas en favor del desarrollo de los
personajes secundarios. Es entonces cuando empieza a quedar de nuevo en
evidencia el problema habitual del cine con Monzón: la introducción de artificiales tramas románticas
que lastran el conjunto.
©Manolo Pavón |
Uno de los mayores atractivos del filme quizás
residía en poder ver a un actor como Luis Tosar (fetiche de Monzón) salir de
los roles dramáticos e intensos que le caracterizan. Sin embargo, su Lucas,
salvo en momentos aislados, es el personaje con menos gracia del conjunto, lo
que no le permite explotar la vena humorística, y finalmente queda deslucido
frente al carisma de Rodrigo de la Serna (con una interpretación mucho más
atractiva que la que le valió una nominación al Goya en la también cinta de
ladrones que compartía con Tosar Cien años de perdón de Daniel
Calparsoro), o Stephanie Cayo, que se erige como la auténtica revelación de la
película.
Algo alargada en su último tramo, y en exceso bienintencionada
en su resolución, con un mensaje final que advierte sobre la codicia
capitalista que derivó en la crisis económica de 2008, Yucatán funciona mejor
como comedia distendida sin mayores pretensiones que como moralizante cuento en
torno a la idea ya tan manida y simplista de que no es el dinero lo que da la
felicidad. Ya, pero ayuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario