"Es muy importante hablar del transfeminismo"
Bixa
Travesty es Linn da Quebrada. Linn da Quebrada es Bixa
Travesty. La fuerza arrolladora
de la artista es el motor de una película reivindicativa y lúcida.
Y detrás del proyecto una pareja de directores que han dado voz a su
protagonista. Pero de verdad, construyendo junto a ella un discurso
de enorme potencia. La carrera de Claudia Priscilla (São Paulo,
1972) se ha centrado en la cuestión de género, en la que ya ha
indagado a través de varios trabajos. Junto a Kiko Goifman (Belo
Horizonte, 1968) ha trabajado en varias ocasiones, aunque el director
también ha desarrollado su carrera en solitario que incluye algunos
trabajos de ficción. Ambos presentaron Bixa Travesty
en Documenta Madrid, consiguiendo el aplauso unánime de un público
entusiasmado.
Por Manuel Barrero Iglesias
-No
es la primera vez que hacéis una película sobre identidad de
género, ¿de dónde viene el interés por este tema?
Claudia
Priscilla: En mi filmografía es básica la cuestión de género,
para mí es un tema de extrema importancia.
Kiko
Goifman: Nosotros trabajamos juntos, pero no siempre. Tengo algunos
trabajos sobre género y otras película de ficción sin relación
con el tema. Pero creemos que es importante hablar de género, porque
estamos hablando sobre cuestiones generales, no solo sobre guetos.
Claudia
Priscilla: Discutir el tema de género es una cuestión muy
importante que afecta a toda la sociedad.
Kiko
Goifman: Nosotros no llegamos ahora a esta cuestión. Claudia empezó
en 2006, así que lleva más de diez años de trabajo con el tema.
-Cuando
conocisteis a Linn, ¿de inmediato supisteis que ahí teníais una
película?
Claudia
Priscilla: De inmediato no. Pero sí me quedé muy impactada y sabía
que algo tenía que hacer con ella. La estuve siguiendo en sus
perfomances, siempre sobre género y sexualidad. Más tarde la
reencontré como Linn da Quebrada, como cantante. Ahí fue cuando
dije: “Tengo una película”.
Kiko
Goifman: Claudia me habló de ella y pensé que era muy joven, solo
26 años. Pero cuando fui a un concierto me quedé... “¡Oh!”. Y
después, conociendo su experiencia de vida, claro que teníamos una
película.
Claudia Priscilla |
-Ya
habéis dicho que Linn da Quebrada participó en todo el proceso de
creación de la película. ¿Cómo fue la colaboración? ¿Aceptó
desde el principio la idea de la película?
Claudia
Priscilla: Fue un proceso de seducción. En ese mismo concierto le
dijimos que queríamos hacer la película. Se asustó un poco, pero
luego fuimos trabajando juntos y la invitamos a que hiciera el guion
con nosotros.
Kiko Goifman: Al principio fue
difícil, porque nosotros no somos transexuales, somos blancos y de
clase media. Entonces Linn temía que quisiéramos aprovecharnos de
la situación. Entonces empezamos a tener muchas conversaciones, y
llegaron la intimidad y la confianza. Hoy somos amigos y, sí, a ella
le gusta mucho la película. Fue un camino que era mejor hacer
juntos. Es importante hacer una película con Linn porque estamos
juntos en el sitio desde el que se habla.
Claudia
Priscilla: Lo único que nos pidió Linn es que era importante que
hubiera afectividad. Durante todo el proceso, entre nosotros y con
todas las personas que estaban involucradas. Para mí lo más
importante es que al término le pregunté si había afectividad, y
me dijo que sí la habíamos conseguido.
Kiko
Goifman: La participación de Linn fue muy activa, con sugerencias de
personajes, sitios y cuestiones a tratar.
-Me
parece muy interesante la inclusión de las imágenes de archivo
grabadas por Linn en su pasado. ¿Hubo algún tipo de
censura/autocensura, o incluyó todo lo que quiso sin ningún filtro?
Kiko
Goifman: Ni censura, ni autocensura. Linn es muy abierta para eso, y
el material es increíble. Al principio pensé que solo tenía 26
años, pero exactamente por eso toda su vida fue filmada. Si haces
una película sobre una persona con 80 años no tiene registro de
muchas cosas, pero para Linn es normal.
-Me
gusta también cómo está tratado el tema de la enfermedad, que está
ahí, pero sin incidir demasiado.
Claudia
Priscilla: Es un momento fuerte del film, pero Linn es una persona
que va transitando por su vida a través de su propia narrativa en
sus diferentes momentos.
Kiko
Goifman: Creo también que el cáncer es un tabú, las personas no
usan la palabra “cáncer”. Para Linn no lo es. Para ella es una
posibilidad de enfrentamiento, de saber más sobre su cuerpo.
Entonces ella habla sobre eso de forma tranquila. Aunque sea difícil,
porque hay cuestiones como que mucha gente habla de castigo divino
porque fue en los testículos.
-El
machismo es un tema muy importante en la película. Vemos como las
mujeres transgénero lo sufren especialmente, incluso a veces tienen
problemas para encontrar su sitio dentro del feminismo cis.
Claudia
Priscilla: Es muy importante hablar del transfeminismo, porque es
cierto que hay un grupo entre las feministas que no consideran a las
trans como mujeres. Es importante saber que la palabra mujer está en
movimiento, que pertenece a cualquier cuerpo que se declare en ese
espacio.
Kiko
Goifman: Para muchas feministas el hecho de no tener vagina impide a
alguien ser mujer. Porque la infancia fue diferente. Y aunque las
trans no vivieron y sufrieron como mujeres en casas machistas, tenían
otros problemas por ser afeminados o gais. Pero si una persona es
psicológicamente una mujer debe tener respeto como tal.
Claudia
Priscilla: El machismo es uno de los grandes problemas de la
sociedad, y estos cuerpos que están los márgenes lo sufren mucho
más.
Kiko
Goifman: Para Linn fue especialmente difícil trabajar conmigo en
cierto momento. Porque soy hombre, blanco y con la edad que tienen
los hombres en el poder en Brasil.
-Viendo
la película recordé Hedwig and the Angry Inch, de John
Cameron Mitchell, por ese uso de la música con tanta fuerza y rabia.
Claudia
Priscilla: Es una especie de ataque. Ella lo dice, usa su música
como arma. Y también la usa para hablar de ella, de su cuerpo y su
historia. Ese uso del cuerpo y la propia narrativa como arte era muy
interesante para la película.
Kiko
Goifman: No hemos tenido referencias claras. Pero John Cameron
Mitchell...sí, son películas que vimos durante nuestra vida y que
en algún momentos están juntas.
-Es
muy importante la filmación del cuerpo de Linn, ¿cómo trabajasteis
esto con ella?
Kiko Goifman |
Claudia
Priscilla: No tiene pudores ni tabúes con su propio cuerpo, para
ella es una herramienta. Por ejemplo, la escena de la ducha con su
madre fue una propuesta de Linn. Incluso las imágenes de archivo,
que enseña mucho cuerpo y desnudez. Es todo suyo, y creo que nace de
un cuerpo que es libre.
Kiko
Goifman: Sí, y creo que sería imposible trabajar ocultando ese
cuerpo una vez que tenemos todo ese discurso en la película.
-Para
terminar me gustaría saber cómo queréis que se vea la película,
cómo puede llegar al público que queréis llegar. Y también me
gustaría saber qué reacciones ha habido de momento, si ha habido
alguna de incomodidad por ejemplo, que quizás también podría ser
bueno.
Claudia
Priscilla: Hemos presentado la película en algunos festivales, y
hasta ahora las reacciones han sido muy positivas. Aunque sabemos que
en algún momento nos van a pegar. Pero estamos listos y fuertes para
afrontarlo.
Kiko
Goifman: Hemos estado en festivales con mente muy abierta. Pero
incluso en Berlín, en un coloquio, una lesbiana militante del este
europeo nos dijo que era absurdo utilizar el humor para tratar una
cuestión política. Luego, siempre que podemos discutimos la
situación de Brasil hoy. Al hablar sobre la censura, las
exposiciones canceladas, una persona gritó que en Berlín era lo
mismo. Y no, no es lo mismo.
-Pero
sí parece que en el mundo hay una nueva ola de conservadurismo.
Kiko
Goifman: Sí, cuando pensamos en Estados Unidos, o muchos países de
Europa. Por ejemplo, históricamente, Polonia.
Claudia
Priscilla: Pero un país que acaba de sufrir un golpe está más
sujeto al conservadurismo y la censura.
-Sí,
y además está el tema racial, también presente en la película.
Kiko
Goifman: En Brasil hablamos de exterminio de la población negra. El
número de muertes, sobre todo de jóvenes, es muy alto. En Brasil
había cierta demagogia diciendo que no había prejuicio racial, sino
social. Pero no es verdad. Existe un prejuicio específico con los
negros en Brasil.
Entrevista realizada en Sala Equis de Madrid, el 6 de mayo de 2018
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