“No hemos aprendido nada
de física”
El
protagonista de Las leyes de la termodinámica es Vito
Sanz (Huesca, 1982), que se dio a conocer en la gran pantalla gracias
a las películas de Jonás Trueba: Los ilusos (2013) y Los
exiliados románticos (2015). Ahora consigue su primer protagonista
tras aparecer en títulos como Esa sensación, María (y los
demás), o La reina de España (todos ellos de 2016). Dentro
de la televisión destaca su participación en Vergüenza, serie con
la que está rodando ahora su segunda temporada. Y la televisión es el medio que
más fama le ha dado a Berta Vázquez (Kiev, 1992), la
protagonista femenina en la comedia romántica de Mateo Gil. Ya va por la
tercera temporada de Vis a vis, en la que interpreta a uno de los
personajes principales. Además la hemos podido ver en El accidente,
serie estrenada a finales del año pasado. Pero antes de eso, ya debutó en el
cine a lo grande, con la gran producción Palmeras en la nieve (2015).
La entrevista con ambos resultó muy divertida, mostrándonos la complicidad que
han creado durante el rodaje.
Por Manuel Barrero Iglesias
-En el
film, Sanz da vida a un físico al que le gusta tenerlo todo bajo control,
mientras Vázquez es una modelo que se siente más cómoda con la espontaneidad.
Les preguntamos qué tienen sus personajes de ellos mismos.
Vito Sanz:
Hay algo de Manel en mí seguro. Yo reivindico la figura del guionista, y Mateo
ha dibujado el personaje en el texto, pero sí que vas añadiendo ciertas cosas,
sobre todo esas inseguridades.
Berta
Vázquez: Yo con Elena comparto las ambiciones que tiene en su vida profesional.
La vitalidad y la manera de afrontar la vida. Me dejo mucho llevar, me gusta
improvisar y me gusta que la vida me sorprenda. No me gusta tenerlo todo
controlado, al revés.
-El buen
rollo que hay entre ambos es evidente, ya que se pasan toda la entrevista entre
risas y gastando bromas. Curiosamente, la pareja en la ficción no siempre tiene
esa química. Queríamos saber si es difícil disimular que no la hay cuando sí
existe.
VS: Siempre
va a favor, aunque luego tengas que disimular que no hay. Por ejemplo, cuando
dos actores se pelean en el escenario, si tienen complicidad, generalmente la
pelea es mejor. Esa confianza entre los dos suma a nivel actoral. Yo trabajo
más a gusto.
Aunque a veces hay tanta
confianza que puede resultar complicado.
BV: Había
días, como el de la cafetería, que no nos acercábamos. Nos daban ataques de
risas constantemente y entrábamos en un bucle de hacer el tonto.
-¿Y qué les ha parecido
trabajar a las órdenes de Mateo Gil?
VS: Es un director bastante exigente consigo mismo y con el
resto del equipo. Yo he aprendido a no dejar pasar ni una, a que en un trabajo
artístico no te puedes conformar con lo que tienes.
BV: Ha sido un descubrimiento, me parece un director y un
guionista excelente. Y a la vez es tan normal.
-La película
tenía su complicación formal, así lo ha vivido la pareja protagonista:
VS: Tenemos que confesar que durante el rodaje había veces que
nos perdíamos. No solo nosotros, también el director de fotografía, por ejemplo.
Entonces el punto donde teníamos que recuperarnos era Mateo, que siempre ha
tenido la película en la cabeza de manera muy clara. Cuando vas comprendiendo y
sacando las capas al guion son su ayuda, es sorprendente. Muy divertido de
entender.
BV: Cuando leímos el guion, me costó mucho imaginar la película
que íbamos a hacer, el tono. Hicimos muchos ensayos, mucho trabajo de
sobremesa, de hablar. Sobre todo, Mateo nos advirtió que el rodaje sería muy
rápido y caótico, y que no íbamos a poder contar mucho con él. Hay una parte
técnica tan compleja que él tenía que irse al combo. Así que teníamos que traer
todo el trabajo preparado. Entonces entendíamos menos lo que estábamos
haciendo. Hasta que vimos la película, y ya lo entendimos todo. La verdad es
que es una maravilla.
-El resultado
final les sorprendió ambos.
BV: Sí, muchísimo. Nunca había visto una comedia española así,
con este tono. Me sorprendió mucho, para bien. Me lo pasé muy bien la primera
vez que la vi.
VS: A mí también me sorprendió. Yo tenía mucha confianza en
Mateo, porque es un director que ya venía con una trayectoria, que sabes que
respira cine y sabe lo que hace. El resultado final se apoya mucho en el
montaje, incluso el humor lo hace desde la cámara. Es una comedia que no se apoya
directamente en el texto de los actores, sino en la imagen.
-Les preguntamos por las
secuencias más difíciles. Por ejemplo, durante la entrevista vemos imágenes de
aquella en la que se conocen los cuatro protagonistas.
BV: Esa secuencia era muy compleja a nivel técnico. Estuvimos ahí
como dos días haciendo exactamente lo mismo. Era más pesado que difícil. Para mí,
de las más complejas fue la secuencia de la paloma, la de la discoteca. Era el
segundo día de rodaje, y era un lío. Y la secuencia en la que Elena destroza la
casa de Manel, ese día también me pareció muy complejo. Esa secuencia la
ensayamos durante dos meses. Teníamos mucha presión, tenía que salir muy bien,
porque además fue el último día de rodaje e íbamos fatal de tiempo.
VS: Coincido bastante con Berta. La paloma es una de las más
complejas para mí, por el texto que tenía que soltar, por la cantidad de
figuración y porque se rodó el segundo día. Las secuencias más complejas se
suelen tirar un poco más tarde, para que el equipo también coja un poco de
ritmo. Y es verdad que vino muy pronto. Pero bueno, la disfruté dentro de la
que cabe. Aunque también la sudamos todos.
-Y ellos, ¿son
más de ciencias o de letras?
BV: Yo soy más de letras. En 4º de ESO empecé a perder con las matemáticas,
y ya no remonté jamás
VS: Ni de letras ni de ciencias. Yo era bastante malo, es
sorprendente que haya llegado a hacer esta película. Era más de arte, hacía
plástica. Espero que la película la disfruten los universitarios.
Ambos: Nosotros no hemos aprendido nada.
-Los dos son
parte activa de la nueva ficción televisiva en España. Les preguntamos por las
diferencias entre un medio y otro.
BV: Sí que se nota, porque el ritmo de rodaje en la televisión
es más rápido, y hay menos tiempo para ensayar y preparar un personaje. Dependes
siempre de la audiencia, y en el cine eso no pasa. Pero sí es verdad que cada
vez las series y el cine están más cerca. Sobre todo con las plataformas de
Netflix, Movistar…ya se rueda como en cine.
VS: Yo he tenido la suerte de hacer proyectos para Movistar. En
este caso, Vergüenza. La diferencia en el ritmo de rodaje no es mucha.
-Acabamos
preguntándoles por el teatro, un medio que suele ser muy querido por los
actores, en el que Sanz ha trabajado y Vázquez aún no.
VS: Se suele decir que el teatro es más de los actores y el cine
del director. Hay algo de eso, y esta película es un ejemplo de ello. El actor
siempre tiene más libertad en el teatro. Yo disfruto mucho, es muy cansado,
pero muy gratificante.
BV: No he probado nunca el teatro, pero entiendo que son dos
experiancias totalmente distintas. En el futuro igual sí me gustaría probar,
porque todo el mundo habla maravillas. Me da mucho respeto, por supuesto. Pero
creo que la manera de construir personajes, que es lo que a mí me fascina, el
cine te permite más trucos. Puedes contar con pequeños gestos, miradas que
captan la cámara, que construyen un personaje muy alejado de ti. Gracias al
truco del cine puedes conseguir algo que quizás el teatro no te permite.
No hay comentarios:
Publicar un comentario