Por Alberto Gallardo
El Festival Internacional de Cine de Gijón celebra desde este viernes su 55 aniversario con cambio en la dirección. Alejandro Díaz Castaño en esta edición sustituye a Nacho Carballo al frente de la organización, en lo que se presume un retorno a las esencias de un certamen que alcanzó su zénit en la pasada década, convertido en adalid de la vanguardia cinematográfica y el cine de autor más arriesgado dentro del panorama de festivales españoles.
El que algunos cronistas apodaron como el Sundance europeo, retoma el camino sembrado hasta 2011 por Jose Luis Cienfuegos (ahora al frente del Festival de Sevilla) con una apetecible sección oficial generosa en obras de directores primerizos y con notable presencia de títulos dirigidos por mujeres, entre ellos la película inaugural, la argentina El futuro que viene, debut de la directora Constanza Novick apadrinada por el reputado Lisandro Alonso en la producción.
Junto a una nueva hornada de prometedores directores figuran en la sección competitiva nombres contrastados del cine europeo como Bruno Dumont, que presentará Jeannette sobre la infancia de Juana de Arco o Eugène Green que estrena en Gijón su última obra En attendant les barbares años después de que el certamen asturiano le dedicase una retrospectiva. Otro autor consagrado (y habitual de la cita asturiana) como Hong Sang-Soo, estará presente en la programación con su último romance En la playa sola de noche, premiado en la Berlinale 2017.
Entre las más esperadas de la sección oficial está Lucky película póstuma del actor Harry Dean Stanton con el cineasta David Lynch en el reparto y John Carrol Lynch estrenandose tras la cámara. También la alemana Western y la portuguesa A fábrica de nada, recientemente galardonadas en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, tendrán hueco en un programa oficial que dedica como viene siendo habitual una de sus secciones al cine juvenil (Enfants Terribles) y otra a obras de animación orientadas principalmente al público adulto (Animaficx).
Por su parte, La vida lliure de Marc Recha será la única representante española que aspira a premio en la sección oficial de una edición que homenajea a figuras relevantes de nuestro cine como Verónica Forqué, Isabel Coixet o Carla Simón, que presentará varios de sus cortometrajes previos a su aclamada Verano 1993 con la que aspira al Oscar a mejor película extranjera. Todo esto y mucho más (como un jugoso programa de conciertos) de aquí al próximo 25 de noviembre cuando Nadie nos mira de Julia Solomonoff pondrá el broche final en forma de clausura oficial.
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