Críticas: Casi leyendas

3/10

Casi leyendas (Argentina-España, 2017).

Dirección, guión y música original: Gabriel Nesci

Intérpretes: Santiago Segura, Diego Peretti, Diego Torres, Claudia Fontán, Florencia Bertotti, Uma Salduende, Julieta Cardinali.

Fotografía: Sol Lopatin.

Montaje: Alberto Ponce.

Idioma: Castellano.

Duración: 116 minutos.

Corta vida al rock and roll

Por David Sancho

La trama recuerda bastante a la de la película El pregón. Va de unos amigos que tenían un grupo en Argentina cuando eran jóvenes. El grupo estuvo a punto de tener éxito pero en el último momento uno de los miembros de la banda tiene que volverse a España por motivos personales, quedando truncada su carrera musical. Años después, ninguno de ellos lleva la vida que habría soñado, y parece que volver a tocar juntos es la mejor solución a sus problemas. 

Los tres personajes principales son bastante estereotipados. El personaje de Santiago Segura es una especie de Sheldon Cooper con un Síndrome de Asperger mucho más pronunciado. Se supone que de su personaje vienen los chistes más efectivos, pero entre que carecen de originalidad y que la interpretación de Segura es cuanto menos básica, lo cierto es que lo más que consigue sacarte es una media sonrisa.

Luego está el personaje de Diego Peretti, un hombre que ha perdido a su mujer y no es capaz de salir adelante, llegando a desatender a su hijo. Por último, el cantante reciclado Diego Torres, interpreta a un abogado corrupto que únicamente se preocupa de sí mismo, pero que a lo largo de la película irá abriendo los ojos gracias a una mujer.

La película se mueve siempre en el terreno de lo predecible. Sigue el camino de la mayoría de películas que hablan de superación personal, con sus altibajos, problemas para conseguir el objetivo y como estos les llevan a crecer como personas. 

La banda sonora tampoco ayuda demasiado. Los temas del grupo están compuestos por Gabriel Nesci, también director y guionista de la película, y son canciones poco más que para salir del paso. 

Todo en la película tiene un toque muy de andar por casa, casi nada destaca para bien o para mal, excepto Santiago Segura, lo cual lo hace todo mucho más anodino e intrascendente. Y da la sensación de que la falta de trascendencia y pretensiones es parte del plan de Nesci para conectar con el público, pero se pasa de frenada y le queda un telefilm que es mejor olvidar.