Crónicas: Punto de Vista 2017 (V)

Por Manuel Barrero Iglesias

En esta crónica hablaremos de la última jornada de la sección oficial, repasaremos el palmarés y mencionaremos algunas de las cosas vistas en secciones paralelas. Balance final muy satisfactorio para una edición en la que -gustándonos más o menos- casi todos los títulos presentados han tenido puntos de interés.

Aunque extraña la selección de Europe, She Loves (Suiza, 2016) dentro de un festival que apuesta de manera tan rotunda por la no-ficción. Jan Gassmann trata de hacer un retrato global de la Europa actual, siguiendo a cuatro parejas -todas ellas heteronormativas, restando diversidad a su discurso- en distintas ciudades. Tallin, Dublín, Sevilla y Tesálonica son los lugares escogidos para estas historias independientes conectadas por la globalización. Una comunidad europea que vive momentos convulsos y que tiene en la precariedad una compañera demasiado habitual para sus ciudadanos. Decíamos que extraña su inclusión en la sección oficial por su altas dosis de ficción. Estaría más cerca del cine "social" con intérpretes no profesionales que de la línea seguida por Punto de Vista. El film incide en la idea de la crisis como acelerador de rupturas sentimentales y de la mujer como verdadero sostén y motor de la pareja. También incide en el sexo como válvula de escape de estas relaciones ya viciadas y condenadas al fracaso. El problema de todas estas ideas es que se repiten una y otra vez en cada fragmento, haciendo estéril cualquier intento de desarrollo posterior.

Mucho más acorde con el espíritu del festival es La deuxième nuit (Bélgica, 2016), otra película muy personal, narrada por voz en off y que utiliza varios recursos visuales en su relato. Una carta de amor del cineasta Eric Pauwels a su madre fallecida, que esta (obviamente) no podrá ver. El film se convierte en una experiencia tan personal que roza el egocentrismo más cargante, haciendo difícil la entrada del espectador ajeno. Aunque no pensaría lo mismo el jurado, que le dio a Pauwels el premio a la mejor dirección. 

El premio a la mejor película fue para otro trabajo en esta línea, la británica The Host; esta sí, superando su premisa íntima para construir todo un relato global,  haciendo un uso mucho más estimulante de los recursos visuales. Se puede echar de menos que otro tipo de trabajo se llevara alguno de los dos premios mayores, aunque ahí estuvieron el Premio del Público y el de la Juventud para compensar. El primero (cantado) fue para Converso, film local que conecta muy bien con la audiencia. El segundo fue para 5 October, una opción nada obvia, pero muy plausible. Completando el palmarés del Jurado Oficial, el mejor cortometraje fue para Foyer, el interesante film tunecino grabado con un folio blanco tapando la cámara.

Por séptima vez se celebró el Proyecto X Films, seleccionando a tres figuras jóvenes y rompedoras dentro de la no-ficción española. María Cañas (Sé villana. la Sevilla del diablo), Pilar Monsell (África 815) y Omar A. Razzak (Paradiso) tenían que presentar sus respectivos proyectos para rodar en Navarra este año. Finalmente fue la sevillana María Cañas la elegida, una rompedora creadora que apuesta por la democratización de la imagen y la radicalidad en sus contenidos. También pudimos ver el proyecto acabado del ganador del año pasado, dirigido por Velasco Broca. En Nuevo altar el director fabrica una cinta de género llena de saltos en el tiempo y en el espacio. Un ejercicio que no para de jugar y que demuestra la gran capacidad de Broca para la puesta en escena.

Para terminar, agradecer al festival esa sesión dedicada a Abbas Kiarostami con la proyección de Take Me Home (el que sería su último trabajo) y el estupendo documental 76 minutos y 15 segundos con Abbas Kiarostami, todo un deleite para los que quieran ver cómo trabaja el maestro. Tampoco me quiero olvidar de la sesión 'El fondo del aire es rojo. Y verde. Y azul' del programa "Volar". La mítica Une histoire de vent fue precedida por Plastic Bag, en la Wener Herzog es la voz de una bolsa de plástico que vaga por el mundo. Aunque para descubrimiento, el de Maître-vent, una hilarante obra que usa el viento como elemento humorístico, y que posee algunos gags brillantes. Slapstick en estado puro.