Por Lucía Etxebarría
(Artículo publicado originalmente en http://allegramag.info/)
Comentaba Yul Brynner que con ‘Los siete samuráis’, Akira Kurosawa había rodado uno de los mejores ‘westerns’ de la historia… con la particularidad de que estaba situado en Japón. La acción trepidante, el conflicto hombres rectos versus bandoleros, el compañerismo…son temas eternos y universales . Así lo demostró con mucho éxito John Sturges en 1960 con el remake ‘Los siete magníficos’,protaginizado precisamente por Yul Brynner. Que por cierto, es uno de los pocos actores de Hollywood que triunfó calvo, sin ponerse peluquín como hicieron otros calvos famosos ( Bogart, Travolta, Charles Bronson, James Stewart, y un largo etcétera…)
La nueva versión que ha firmado esta vez Antoine Fuqua define al malvado desde su arranque. Bartholomew Bogue (interpretado por un más que maravilloso Peter Sarsgaard, un pelín pasado de tics y de rosca, pero que a mí me ha fascinado) empieza con una clara declaración de intenciones Bartholomew Bogue es un millonario psicópata hecho a sí mismo, que quiere quedarse con las tierras de los esforzados campesinos. Bogue entra en la iglesia donde se han congregado todos los lugareños, atemorizados por el régimen de terror al que los somete, y suelta la perla:
“Con la democracia llega el capitalismo. Con el capitalismo viene Dios. Estáis interfiriendo en el camino de Dios”.
Una frase al más puro estilo Donald Trump.
Ell cazarrecompensas Sam Chilsom (Denzel Washington) acepta el encargo de la joven y aguerrida viuda Emma Cullen (Haley Bennett) de defender al pueblo a cambio de una pequeña cantidad de dinero. La suma, decimos, es pequeña pero simbólica:, esa gente le está pagando con todo lo que tiene. Sam Chilsom reúne a su equipo de magníficos de procedencias muy diversas: un tahúr de origen irlandés, Josh Farraday (Chris Pratt); un tirador legendario, Goodnight Robicheaux (Ethan Hawke), y su amigo inseparable Billy Rocks (Lee Byung-hun), todo un fiera con las armas blancas; un fuera de la ley chicano, Vasquez (Manuel Garcia-Rulgo); un joven comanche, Cosecha roja (Martin Sensmeier), y un veterano rastreador, Jack Jorne (el siempre grande Vincent D’Onofrio).
Una representación de la diversidad multicultural de Estados Unidos dispuesta a enfrentarse al tirano explotador e integrista.
. De acuerdo que la lectura política de ‘Los siete magníficos’ es potente y el filme queda como muestra de la normalización de la multiculturalidad en el género de fundación nacional por excelencia. Pero con cumplir el expediente de la diversidad no basta porque ...
Punto primero: El director nos presenta a una viuda aguerrida, que sabe disparar como el mejor tirador y que además es la única que se enfrenta al millonario psicópata y se va a buscar al cazarecompensas porque ” nadie más en el pueblo ha tenido cojones para hacerlo”. Hasta ahí, estupendo. Qué gran personaje femenino.
Si no fuera porque a Haley Bennett la sacan todo el rato con unos escotes de infarto conseguidos, no hay duda, gracias a los milagros de un sujetador con un armazón diseñado por un ingeniero. Y en el viejo oeste no había sujetadores de ese tipo, mucho menos se iba a arriesgar una colona de una pequeña comunidad a ir llamando la atención así ( buscad fotografías de colonos del Viejo Oeste, no encontraréis a ninguna mujer con escote que no sea cabaretera). ¿ Por qué el filme tiene que explotar de esa
manera la belleza y el físico de la actriz? ¿ No quedamos en que la izquierda y la progresía eran feministas? ¿ No podían haber vestido a Haley de una forma más normal en lugar de que parezca salida de un vídeo de country malo?
Luego está el hecho de que la amistad entre el personaje de Ethan Hawke y el de Byung Hun-Lee sea la verdadera historia de amor de la cinta y se sugiera que entre ellos hay una relacion de amor. Pero se deje todo tan, tan, tan velado que solo lo intuyamos ( y no he sido la única que ha caído en la cuenta, muchos críticos lo han visto). Pues bien ¿ tanto miedo da meter a una pareja gay en el elenco? ¿ Se va a perder espectadores por eso?
Cartel de ‘Los siete magníficos’.
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En fin, se trata de una película mucho más cerca de John Sturges que de Akira Kurosawa” como bien decía su director Antoine Fuqua. Es un cinta de un un clasicismo que bebería tanto de Sam Peckinpah como de John Frankenheimer. Una película cargada de acción y situaciones límites, muy fácil de ver, muy divertida, con un mensaje que se pretende políticamente correcto pero que no lo es tanto si una se fija bien
¿ Merece la pena? Para pasar un buen rato y entretenerse sí, sin duda. ¿ Se te va a quedar en la cabeza durante años, como la de Kurosawa? Pues no
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