La temporada de series comienza y como cada año os empiezo contando las que mejor impresión me han causado este verano, por si os habéis perdido alguna.
Por David Sancho
Mi esperanzas estivales estaban depositadas principalmente en The Night Of, la serie de la HBO que iba a protagonizar James Gandolfini antes de fallecer y en la que fue sustituido por John Turturro. Remake de la británica Criminal Justice y adaptada por Steven Zaillian y Richard Price, esta nueva versión tiene un inicio sensacional. El episodio piloto es de lo mejor que he visto en los últimos años, y aunque la serie mantiene un nivel bastante alto, lo cierto es que se va desinflando poco a poco para acabar con un final muy coherente con el tono general de la serie pero tal vez poco excitante. Aun así una de las mejores propuestas veraniegas de este año.
De HBO nos llega también Vice Principals, serie de los responsables de Eastbound & Down y que se mueve en las mismas coordenadas. Tal vez algo más contenida, pero básicamente el mismo rollo. Si te gustó una, te gustará la otra. Otro aliciente es la aparición de Walter Goggins en su primer papel cómico importante. La serie no está mal, pero no va a cambiar vuestras vidas.
De Cinemax, filial de HBO, llegó otra de las series más esperadas, Outcast. Del showrunner de The Walking Dead, y escritor de los comics, es una serie sobre exorcismos que decepciona a casi todos los niveles. Hay un buen desarrollo de personajes, pero poco más. Su mayor problema es que cada episodio se hace eterno y en ningún momento acaba por despegar. Tiene concedida una segunda temporada, pero dudo que vaya a mantener su audiencia.
La gran sorpresa del verano ha sido sin ninguna duda BrainDead. Nada que ver con la película de Peter Jackson, no os equivoquéis. De los mismos responsables que The Good Wife, la serie nos cuenta como un meteorito que ha chocado contra la tierra, ha soltado unos bichitos que se meten en la cabeza de la gente para comerse su cerebro y volverles agresivos y estúpidos. La serie es una mezcla de El ala oeste de la casa banca y La cosa. No suena nada mal, ¿verdad?. Pues a eso sumadle a Mary Elizabeth Winstead como protagonista y tendréis una serie muy entretenida que ha tenido la mala suerte de acabar en una network en la que no pega ni con cola, lo cual explica por qué no va a tener una segunda temporada. Una pena.
TNT nos trajo el remake de la película australiana Animal Kingdom. Creada por Jonathan Lisco, guionista y productor involucrado en series tan interesantes como Southland o Halt and Catch Fire, en la que colabora también John Wells, responsable de la adaptación americana de Shameless. El piloto no es nada del otro mundo, y la serie casi que tampoco, pero mantiene un nivel bastante decente y acaba por entretener. Yo le daré una oportunidad a la segunda temporada, aunque si no tenéis mucho tiempo, dadle una ojeada a la película y olvidad la serie.
El gran estreno de AMC ha sido Preacher, adaptación del marciano cómic de Garth Ennis y Steve Dillon a cargo de Seth Rogen, Evan Goldberg y Sam Catlin. A mi me costó meterme en ella, pero una vez que le pillas el rollo, la verdad es que es muy disfrutable y te deja con muchas ganas de más.
De la mano de Netflix llegó The Get Down, serie musical sobre el surgimiento del hip hop. El creador de la serie es Baz Luhrmann, y la serie lleva su sello. Muy bonita estéticamente, una banda sonora excelente, un grupo de actores jóvenes muy interesantes y en mi opinión poquito más. Es una propuesta interesante que no me acaba de interesar, principalmente por ser excesivamente pastelosa. Lo que funcionó a la perfección en la adaptación de Romeo & Julieta, aquí me acaba aburriendo. Aun así, es un producto diferente y arriesgado al que le daré un par de oportunidades más.
Y por último, el gran bombazo de Netflix, Stranger Things. La serie de la que todo el mundo habla. Drama fantástico estilo ochentero, que bebe de clásicos como Los Goonies o E.T., el extraterrestre. La ambientación es genial, la dirección artística, la fotografía y la banda sonora ayudan a generar esas sensación de déjè vu que nos lleva directamente a los ochenta. Los niños de la serie están sensacionales, especialmente Millie Bobby Brown, que tiene una mirada que atrapa al espectador, y, de entre los adultos, yo me quedo con Winona. Muchos la han criticado diciendo que está pasadísima de rosca, pero yo lo veo más bien como una actuación retro muy acorde al resto de la serie. Lo que si que es cierto es que el guión tampoco es que me encantase, pero mantiene bien el interés del espectador durante sus ocho episodios. Una de las series del año.
Ya os adelano que este año parece que no todo lo que se estrena es basura, pero si no encontráis nada que os guste entre las nuevas series otoñales, siempre podéis tirar de una de estas para pasar las tardes de domingo. Además, este año voy a incluir también pilotos de cadenas por cable para que mi pesimismo no sea tan apabullante.
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