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domingo, 18 de septiembre de 2016

Críticas: El futuro ya no es lo que era

1/10
El futuro ya no es lo que era (España, 2016).
Dirección y guión: Pedro Barbero.
Intérpretes: Dani Rovira, Carolina Bang, Carmen Maura, José Corbacho, Lucía de la Fuente, Eduard Velasco, Saúl Barceló.
Fotografía: Juan Carlos Gómez.
Montaje: Guillermo Alvite.
Idioma: Español.
Duración: 107 minutos.



El cine ya no es lo que era

Por David Sancho


Carlos es un tipo con una vida muy triste que cuando se va a trabajar se convierte en Kar-El, un vidente televisivo de éxito. Carlos es consciente de la farsa que es su trabajo y medita abandonarlo mientras lidia con su ex-mujer, sus dos hijos y su madre.

Podríamos pensar que el éxito que ha acompañado a algunas de las producciones en la que ha participado Dani Rovira le habría llevado a verse implicado en películas de mayor enjundia, pero ya sea porque no le llegan proyectos interesantes o porque no está teniendo ojo a la hora de elegir en cuales se embarca, lo cierto es que su carrera en el cine no acaba de ser todo lo que prometía.

Más allá de los gustos personales de cada uno, hay que reconocer que Ocho apellidos vascos fue un pelotazo porque la película era bastante inteligente y sabía explotar perfectamente sus puntos fuertes, lo cual tiene un gran mérito. En cambio, El futuro ya no es lo que era es un desastre se mire por donde se mire.

La mejor manera que se me ocurre para describir esta película es que no tiene ninguna gracia y, aún así, ese no es el mayor de sus problemas. Puede sonar a hipérbole, pero nada más lejos de la realidad.
LLLa  película de Pedro Barbero es un caos absoluto. Cuando uno la ve, tiene la sensación de que su director no tiene claro lo que quiere contar o el tono con el que quiere hacerlo. Puede pasar de querer transmitir buen rollo a defender que un padre le de una paliza al director del colegio de sus hijos como forma de solucionar los problemas sin que nos demos cuenta.

Los actores parecen conscientes del berenjenal en el que se han metido y están a la altura de la película, atención a los papelones de José Corbacho y Carolina Bang. Solamente se salvan de la quema Carmen Maura, porque es Carmen Maura, y la joven Lucía de la Fuente, nadie más.
Para rematar, lo peor que le puede pasar a una película fallida, es alargar el sufrimiento de sus espectadores en exceso, y a este despropósito le sobran, como poco, sus quince minutos finales.


Por lo tanto estamos antes una de esas películas que dan mala fama al cine español y que alejan a nuestros espectadores de las salas. Un producto infracinematográfico cruel con el espectador y carente de sentido.


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