Desde el pasado fin de semana está en marcha la 21 Mostra Fire de Barcelona, festival de cine de temática LGTB que organiza la asociación Casal Lambda en el Instituto Francés de Barcelona. Un veintena larga de largometrajes y un buen puñado de cortos (además de conciertos, exposiciones y otras actividades paralelas) componen una programación atractiva y coherente que, a pesar de centrarse en un colectivo concreto, posee la suficiente variedad tonal para convencer a un público amplio. Repasamos algunos de los títulos que hemos podido ver en el inicio de esta jugosa y atrevida muestra cinematográfica.
Por Alberto Gallardo
Nunca vas a estar solo
Dirección: Alex Anwandter
Pocos niegan a estas alturas que el cine latinoamericano se ha situado con pleno merecimiento a la vanguardia de la autoría cinematográfica, adelantando a un cine europeo cada vez más apoltronado y reacio al riesgo (exceptuando un puñado de cineastas casi infalibles). Nunca vas a estar solo es la enésima sorpresa que nos proporciona esta atrevida cinematografía en
esta década. El film chileno de Alex Anwandter cuenta la impactante historia de un padre coraje que lucha por costear los gastos sanitarios para los cuidados de su hijo, un homosexual apalizado por una pandilla de necios, mientras busca pruebas que delaten a los agresores. Estamos ante una atípica historia paternofilial que explora la compleja psicología de sus personajes, mientras toca temas candentes como la homofobia, la sanidad universal, el choque de modernidad y tradición en los países de econmía emergente o la corrupción. A destacar el uso de la música y una angustiosa puesta en escena que a veces se vuelve casi lynchiana.
esta década. El film chileno de Alex Anwandter cuenta la impactante historia de un padre coraje que lucha por costear los gastos sanitarios para los cuidados de su hijo, un homosexual apalizado por una pandilla de necios, mientras busca pruebas que delaten a los agresores. Estamos ante una atípica historia paternofilial que explora la compleja psicología de sus personajes, mientras toca temas candentes como la homofobia, la sanidad universal, el choque de modernidad y tradición en los países de econmía emergente o la corrupción. A destacar el uso de la música y una angustiosa puesta en escena que a veces se vuelve casi lynchiana.
Theo y Hugo, París 5:59
Dirección: Olivier Ducastel y Jacques Martineau
Autores de títulos de cierta fama dentro del subgénero LGTB como Ma vrai vie a Rouen o El vuelo de Félix, los franceses Ducastel y Martineau presentan en su nuevo film la historia de un encuentro nocturno entre dos chicos jóvenes que, tras tener relaciones en un cuarto oscuro, comienzan un cruce de confidencias forzado por un posible contagio de VIH, al confesar uno de los amantes que no ha utilizado protección. La película arranca con una larga y explícita secuencia de sexo en un local nocturno para virar pronto hacia el flechazo romántico teñido de un didactismo tan lógico como repetitivo. Los diálogos son mejorables, así como los intérpretes, pero la atmósfera nocturna parisina en los aledaños del Canal Saint Martin le otorga cierta magia a esta suerte de 'Antes del Amanecer' en versión homoerótica.
That’s not Us
Dirección: William Sullivan
Cercana al inagotable (y a menudo agotador) género mumblecore, tristemente la única corriente extendida en el reciente cine indie norteamericano, That's not Us aspira a retratar la crisis de pareja en todo el espectro de la diversidad sexual, reuniendo a tres parejas de amigos entre los 20 y los 30 (dos lesbianas, dos gays y dos heterosexuales) en una casa de campo en la que pasarán unos días de retiro que convertirán en catarsis de sus respectivas crisis emocionales. La dificultad de las relaciones a distancia, la escasez de sexo y las crisis identitarias son los pocos novedosos (y muy burgueses) conflictos que el film verbaliza en boca de sus personajes con más redundancia que profundidad. Es tan obvia como sincera y tiene un giro final simpático, pero su estupendo reparto femenino es lo más destacable de una obra que no deja huella.
Like You Mean It
Dirección: Philipp Karner
Centrada también en una crisis de pareja, en este caso de una pareja gay en la treintena, Like You Mean It apuesta por el encierro físico y emocional de sus dos personajes, a los que vemos a lo largo del metraje en angustiosos interiores, como si se tratara de una pesadilla polanskiana. Sin embargo, el film no termina de decidirse entre la paranoia insana sobre la angustia amorosa y el mero drama romántico con exceso de melaza. Y la imposible mezcla, aderezada con un largos diálogos no siempre relevantes, resulta más bien decepcionante a pesar de algún puntual hallazgo de puesta en escena.
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