Eye in the Sky (Reino Unido, 2015).
Dirección: Gavin Hood.
Intérpretes: Helen Mirren, Alan Rickman, Aaron Paul, Barkhad Abdi, Iain Glen.
Guión: Guy Hibbert.
Música original: Paul Hepker, Mark Kilian.
Fotografía: Haris Zambarloukos.
Montaje: Megan Gill.
Idioma: Inglés.
Duración: 102 minutos.
Trinchera digital
Por Alberto Gallardo
El sudafricano Gavin Hood ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa gracias al prescindible drama racial Tsotsi, algo que le permitió saltar a Hollywood, donde ha rodado películas de cierto interés como la poco comentada Expediente Anwar, que en cierto modo conecta con esta Espías desde el cielo de producción británica y atractivo reparto que, como aquella, nos acerca con afán crítico y realista a los conflictos que comportan las nuevas estrategias para combatir el terrorismo internacional.
Si en la correcta Expediente Anwar ponía sobre la mesa el debate alrededor de las torturas a prisioneros para obtener información privilegiada en la batalla antiterrorista, en esta interesantísima Espías desde el cielo Hood y su guionista Guy Hibbert ponen el foco sobre la utilización de ultramodernos drones para vigilar y asaltar zonas en conflicto, un tema que también exploraba Andrew Nicol en la aquí inédita Good Kill.
La película está hábilmente diseñada para pervertir las opiniones preconcebidas del espectador occidental y, a pesar de lo peliagudo de lo narrado, tiene tiempo para atizar con fina ironía los absurdos límites de la burocracia internacional. Aunque lo que verdaderamente dota al film de una sorprendente fuerza es su vigorosa narración en tiempo real de los acontecimientos de los que somos testigos y que detallan el dilema que surge alrededor de una minuciosa maniobra militar a distancia destinada a frenar un ataque terrorista, con el grave inconveniente de unos dolorosos daños colaterales.
La película, cuya mirada coral alcanza a militares, políticos, juristas y civiles, mantiene un ritmo implacable y nos envuelve en un logrado e imparable crescendo dramático y en una intriga que va retorciéndose con un ojo puesto en hacer tambalear la moralidad de un espectador que, gracias al matizado ojo crítico del libreto, a menudo se verá obligado a replantearse las ideas preconcebidas con los que entró en la historia.
En definitiva, Espías desde el cielo es un thriller bélico, tenso, creíble y atrevido, que huye de la corrección política pero evita el tono panfletario en el que podría haberse hundido en otras manos. Todo ello sumado a su virtuosa narrativa y a un reparto eficaz -con Helen Mirren en la piel de una férrea comandante del ejército británico y secundarios de la talla de Aaron Paul (Breaking Bad) o del recientemente fallecido Alan Rickman- convierten el filme en una reivindicable sorpresa.
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