The Other Side of the Door
(Reino
Unido, 2015)
Dirección: Johannes Roberts.
Intérpretes: Sarah Wayne Callies,
Jeremy Sisto, Javier Botet, Sofia Rosinsky, Jax Malcolm, Logan Creran.
Guión: Johannes Roberts y
Ernest Riera.
Música
original:
Joseph Bishara.
Fotografía: Maxime Alexandre.
Montaje:
Baxter.
Idioma: Inglés.
Duración: 96 minutos.
Cementerio cinematográfico
Por David Sancho
El
cine de terror es uno de los géneros más rentables de los últimos años.
Películas hechas con cuatro duros que recaudan cientos de millones. Y la
industria cinematográfica, que no es tonta,
inunda la cartelera con películas que son la copia de una copia de algo
que funcionó hace unos años y así van haciendo la misma película cien veces
hasta que la gente se cansa y pasan a lo que sea que esté de moda en ese
momento. El otro lado de la puerta sigue este patrón.
Trata
de una familia que vive en la India y que ha perdido a uno de sus hijos en un
accidente de tráfico. La madre, para cerrar la herida, decide ponerse en
contacto con el espíritu de su hijo, abriendo la puerta que une el mundo de los
vivos con el de los muertos. A partir de ese momento, terroríficas cosas
sucederán.
Excepto
por pequeños detalles, este argumento es intercambiable con otras tanta
películas de terror. Una vez que tenemos el esqueleto de la película, solo nos
queda que añadirle imágenes terroríficas y un buen puñado de sustos y listo, ya
tenemos un producto susceptible de ser un éxito.
No
voy a negar que hay películas de terror que incluso siguiendo estos patrones
consiguen ser más que dignas, pero este no es el caso. Cualquiera que haya
visto unas pocas películas de terror puede predecir cada uno de los sustos que
están por llegar y hasta como va a acabar la película.
Su
reparto está al nivel de la película. Jeremy Sisto está mal, pero si lo
comparamos con Sarah Wayne Callies, está de Oscar. El cine de terror actual es
casi un cementerio de actores en horas bajas. Quien no consigue una serie en
condiciones o entrar en el circuito del cine independiente o ser meramente
secundarios en películas de las que consiguen llegar a las salas, parece tener
dos opciones: telefilmes o cine de terror.
El
otro lado de la puerta es un ejemplo claro de sobreexplotación de un género.
Una película hecha con desgana, sin riesgo y con una ausencia absoluta de
personalidad.
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