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sábado, 30 de abril de 2016

Críticas: Trumbo

6/10
Trumbo (Estados Unidos, 2015)
Dirección: Jay Roach.
Intérpretes: Bryan Cranston, Diane Lane, John Goodman, Louis C.K., Michael Stuhlbarg, Helen Mirren, Madison Wolfe, Dean O'Gorman, Christian Berkel, Elle Fanning.
Guión: John McNamara sobre el libre de Bruce Cook.
Música original: Theodore Shapiro.
Fotografía: Jim Denault.
Montaje: Alan Baumgarten.
Idioma: Inglés.
Duración: 124 minutos.


A la caza del comunista

Por David Sancho

El biopic es un género cinematográfico complicado. Si uno revisa los más importantes que se han hecho recientemente se da cuenta de que un personaje central interesante y con una gran historia que contar no es ni mucho menos suficiente para hacer una buena película.

La mayoría de los biopics suelen caer en errores comunes. Trumbo cae en varios de ellos pero también evita otros con admirable habilidad.

La historia de Dalton Trumbo es la historia de la lista negra, aquella que marcaba a trabajadores del mundo cinematográfico como comunistas, convirtiéndolos en parias a los que se les negaba el trabajo y hasta el saludo. 

Su director, qué curiosa ha sido la evolución de Jay Roach, le da un refinado sentido del humor a la película. Se trata de un drama con lo que podríamos llamar un alivio cómico continuado. Se mueve entre la comedia y el drama constantemente de manera muy hábil. No es que la película tenga gags, pero consigue sacarle risas al público mientras habla de un momento especialmente peliagudo de la historia estadounidense. Esto consigue que la película se haga muy llevadera, especialmente tratándose de un biopic, los cuales suelen tener graves problemas de ritmo y ser bastante tostón, para qué nos vamos a engañar.

La interpretación de Bryan Cranston está llena de muecas, tantas que parece casi una parodia, pero al igual que la película, consigue empujar a su personaje hasta el límite en esa búsqueda del lugar donde comedia y drama se cruzan, y lo hace con bastante acierto.

Otros actores habituados a la comedia colaboran en conseguir ese aire tragicómico, los más destacados son Louis C.K. y John Goodman. El segundo borda un personaje que ha hecho mil veces, el de tipo con muy malas pulgas que en el fondo es un trozo de pan, mientras que el primero muestra sus obvias limitaciones como actor pero consigue no desentonar del todo.

La película no oculta su rechazo a la caza de brujas, no es una de esas película que hace preguntas al espectador sin darle las respuestas. El film se posiciona, y eso supongo que molestará a unos y le parecerá normal a otros, dependiendo de el lado en el que se posicionen.

Un biopic ligero, sin grandes pretensiones que consigue contar una historia de las que necesitan ser contadas y lo hace divirtiendo al espectador. A mi me vale.



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