Toro (España, 2016).
Dirección: Kike Maíllo.
Intérpretes: Mario Casas, Luis Tosar, José Sacristán, Hovik Keuchkerian, Ingrid García Jonsson, Claudia Vega, Nya de la Rubia. .
Guión: Rafael Cobos y Fernando Navarro.
Música original: Joe Crepúsculo.
Fotografía: Arnau Valls Colomer.
Montaje: Elena Ruiz.
Idioma: Español.
Duración: 110 minutos.
Cocktail fatal
Por David Sancho
Tres hermanos dedicados a actividades delictivas tienen un mismo patrón, un hombre al que Toro, el menor de ellos, considera algo así como una figura paterna. El día en el que Toro decide retirarse de la vida delictiva todo se tuerce y va a la cárcel. Cinco años después, y ya alejado de toda actividad delictiva, uno de sus hermanos le pide ayuda para salir de un problema, lo cual le llevará a poner en peligro nuevamente su libertad.
El argumento de la película no es nada novedoso. El guión es muy parecido a los que le caen a Nicolas Cage diariamente en las manos, con unos diálogos que intentan ser lapidarios y épicos pero que se quedan en ridículos.
El mayor problema de la película es que, a pesar de tener muy claro a qué se quiere parecer, lo hace con tan poco estilo que le sale el tiro por la culata. La fotografía en ciertos momentos, especialmente aquellos en los que se hace uso de neones, las persecuciones y la música parecen querer hacer recordar al cine de Widing Renf en general y a Drive en particular. Pero Maíllo deja claro que no es Renf y todo queda bastante hortera y fuera de lugar, mostrándonos una Marbella que en algunos momentos bien parece Japón. Y qué decir de las persecuciones de coches, claves en la película y totalmente anodinas.
Como digo anteriormente, la película tiene un toque asiático también bastante fuera de lugar. Esas peleas con hachas y cuchillos en espacios reducidos tan típicas de películas como Old Boy o The Raid. Lo que en las anteriormente citadas es espectacular, en Toro resulta plano y sin fuerza. También tiene cierta coincidencia con The Raid esa escena final en la que Toro intenta llegar a la última planta de una especie de fortaleza.
Mucha referencias que por muy cool que sean, que lo son, no hacen más que perjudicar al conjunto de la película, el cual es ya de por sí bastante endeble. Me da la sensación de que si hubiese intentado mostrar el verdadero aspecto de Marbella, la película hubiese ganado bastante.
Las interpretaciones también deja bastante que desear, resultando especialmente decepcionante el trabajo de José Sacristán como malo de la película. Sacristán crea un personaje sin fuerza, y si bien es cierto que el guión ya dibuja a un personaje bastante ridículo de por sí, su trabajo no consigue aportar demasiado a sacarlo de la mediocridad, más bien parece que se siente derrotado de antemano y no tiene ganas ni de intentarlo, su interpretación desprende una cierta desidia, por así decirlo.
Por lo tanto estamos ante una película muy decepcionante que no es más que un grotesco batiburrillo de ideas que no han sido aprovechadas.
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