Kiki, el amor se hace (España, 2016)
Dirección y guión: Paco León.
Intérpretes: Paco León, Ana Katz, Belén Cuesta, Natalia de Molina, Álex García, Candela Peña, Luis Callejo, Luis Bermejo, Mari Paz Sayago, Alexandra Jiménez.
Guion: Paco León, Fernando Pérez; sobre la película de de Josh Lawson.
Guion: Paco León, Fernando Pérez; sobre la película de de Josh Lawson.
Fotografía: Kiko de la Rica.
Montaje: Alberto de Toro.
Idioma: Español.
Duración: 102 minutos.
Sex is all around
Por Alberto Gallardo
La tercera película del polifacético Paco León ha llegado con éxito a los cines españoles, debutando con buenas cifras de espectadores y más que aceptables comentarios de crítica y público,
Tras un prometedor debut con el peculiar e interesante díptico dedicado al personaje de Carmina, interpretado por su propia madre, Paco León explora nuevos territorios en Kiki, una comedia coral en la que las adicciones sexuales de un heterogéneo grupo de personajes sirven de pretexto para desarrollar un luminoso fresco sobre aquellos pequeños secretos que reprimimos y que nos alejan de la satisfacción plena a la hora de relacionarnos.
El guion, del que León es coautor junto a Fernando Pérez, está basado en la poco distribuida película australiana The Little Death y traslada la acción a la ciudad de Madrid, donde una serie de parejas entre la treintena y la cuarentena lidian con sus pequeñas filias y fobias sexuales cuya ocultación pone en riesgo el éxito la felicidad en sus relaciones. Es por tanto Kiki un abierto llamamiento a la libertad sexual y al olvido de tabúes y barreras en el encuentro amoroso como vía directa para la satisfacción de la pareja.
Lejos del relato morboso y de la escatología facilona, si la película peca de algo es de hecho de una excesiva contención a la hora de abordar las escenas sexuales (escasas y muy discretas). Se echa de menos también una mayor negrura en su humor, que solo aparece con verdadero peso en lo que atañe a la estupenda historia protagonizada por Luis Bermejo, un cirujano plástico que mantiene placenteras sesiones de sexo con su esposa mientras esta se encuentra inconsciente debido a los somníferos que él le hace ingerir en secreto cada noche.
Por otro lado, Candela Peña es probablemente la actriz que más luce dentro de un acertado reparto de caras conocidas. La barcelonesa da vida a una mujer que busca sin demasiadas esperanzas el embarazo y que sólo es capaz de alcanzar el orgasmo cuando ve llorar a su marido. Sin embargo, otras historias como la que protagonizan la pareja de pijos formada por Álex García y Natalia de Molina, o aquella protagonizada por una Alexandra Jiménez con problemas de audición y pasión los tejidos de seda, se quedan en meras anécdotas moderadamente divertidas, pero más propias de un Love Actually que de una comedia adulta en busca de mayores cotas de profundidad.
No nos olvidamos tampoco de la estupenda Belén Cuesta, un torbellino cómico de probada eficacia que eleva el nivel de un desigual y un tanto tópico episodio de triángulo sexual que conforma junto a Paco León (que también forma parte del elenco) y a la argentina Ana Katz. Una historia insuficientemente desarrollada y que pide a gritos un mayor voltaje erótico, como el conjunto del filme.
Kiki es por tanto una comedia amable (quizá demasiado) que desarrolla con desigual eficacia e insuficiente profundidad un conjunto de microhistorias sobre peculiares fetiches íntimos para componer un pertinente pero incompleto alegato contra la represión sexual autoimpuesta. La excelente dirección de actores compensa en parte la levedad de un guion mejorable y una narración tan funcional como exenta de riesgos. Una propuesta entretenida que prometía algo más.
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