Omoide no
Mânî (Japón, 2014).
Dirección:
Hiromasa Yonebayashi.
Intérpretes (voces): Sara Takatsuki, Kasumi Arimura, Nanako Matsushima, Susumu Terajima, Toshie Negishi.
Guión:
Niwa Keiko, Ando Masahi; sobre el libro de Joan G. Robinson.
Música original:
Tukatsugu Muramatsu.
Idioma:
Japonés.
Duración:
103 minutos.
Hermosa
despedida
Por David Sancho
Los estudios Ghibli, al igual que sucede con Pixar, suelen ser sinónimo de
calidad. Su animación artesanal se une a unas historias complejas y
generalmente destinadas a un público adulto. El recuerdo de Marnie, sin estar entre lo más destacado del estudio nipón,
atesora multitud de virtudes que la convierten en otro acierto más.
La película nos cuenta la historia de Anna, una niña introvertida y con
problemas de asma que vive con su tía. Un día es enviada a pasar el verano con
unos familiares que viven en el campo siguiendo las instrucciones de su médico.
Allí encontrará una mansión que le trae muchos recuerdos y conocerá a Marnie,
una misteriosa niña con la que entablará una hermosa amistad.
La vida de Marnie está condicionada por los secretos y las medias verdades,
y a medida que va descubriendo elementos de su pasado aprende a valorar a los
que la rodean y a conocerse mejor a sí misma.
La película se mueve en con mucha habilidad por la fina línea que separa la
belleza de la sensiblería. Yonebayashi cuenta la historia con mucho oficio,
emocionando al espectador cuando es necesario e incluso manejando con mucho
atino la intriga que generan sus giros argumentales. El recuerdo de Marnie
podría haber sido un telefilme si hubiese sido rodada en acción real, pero la
animación tradicional y su habilidad a la hora de jugar con las emociones del
público, la convierten en un hermoso drama familiar y de auto conocimiento.
A pesar de todo, la película me deja la sensación de haber visto algo menor
dentro de la filmografía de Ghibli. Siendo una película excelente, se encuentra
varios escalones por debajo de películas como La tumba de las luciérnagas o La
princesa Mononoke, pero cierto es que lo están el noventa y nueve por ciento de
las películas de animación.
Las comparaciones y las altas expectativas son muy peligrosas, así que
dejémoslas a un lado y acabemos diciendo que se trata de una hermosa película
que continúa dignificando el trabajo de uno de los estudios de cine más
importantes del mundo. Y si esta se convierte en su última película, habrá sido
un cierre más que digno.
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