Por Alberto Gallardo
Digging for Fire (Joe Swanberg)
Comedia dramática en clave de mumblecore que aborda la crisis de pareja de un joven matrimonio que se da un fin de semana de pausa en el que ella irá a visitar a su madre y él organizará una bulliciosa reunión de amigos, todo esto tras encontrar en su finca un hueso humano y una pistola. Más que para jugar al misterio, Swanberg utiliza este hallazgo como metáfora sobre aquello que enterramos como individuos para afrontar una relación de pareja.
Cronies (Michael Larnell)
Esta modesta producción estadounidense, que cuenta con Spike Lee como padrino de lujo, se centra en las vivencias cotidianas de tres amigos en un suburbio periférico de St. Louis. Con una difuminada línea en la ficción y el documental, la película muestra en blanco y negro sus peripecias de barrio, mientras desgrana detalles de su pasado a través de afilados diálogos.
Va de menos a más, tiene un par de escenas potentes y una estructura narrativa curiosa, aunque nunca llega a convertirse en mucho más que un eficiente drama suburbial, que reivindica la amistad mientras refleja sin subrayados ni melodramatismo las dificultades de ciertos sectores sociales para salir de los círculos de marginalidad en los que se ven atrapados desde su infancia.
Take me to the River (Matt Sobel)
Hablamos por último de este inquietante thriller rural protagonizado por un adolescente californiano que viaja con sus padres a la Oklahoma rural para visitar a su familia. Por si el choque cultural no fuese suficientemente incómodo, el joven se verá envuelto en un tremendo lío cuando su tío le acusa delante de sus padres de haber abusado de su hija de 9 años.
La película juega al misterio con habilidad para terminar desembocando en un inesperado relato de ajustes de cuentas familiares mucho más sutil de lo que el escabroso planteamiento inicial nos haría pensar. El resultado final se beneficia de unos buenos actores y un acertado uso de las localizaciones, que nos trasladan a esa falsa sensación de idílica quietud que envuelve algunas áreas rurales norteamericanas que ocultan no pocos cadáveres en el armario.
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