Críticas: Carol

8/10

Carol (Reino Unido-Estados Unidos, 2015).

Dirección y : Todd Haynes.

Intérpretes: Cate Blanchett, Rooney Mara, Sarah Paulson, Kyle Chandler, Jake Lacy.

Guión: Phyllis Nagy, sobre la novela de Patricia Highsmith)

Música original: Carter Burwell

Fotografía: Edward Lachman.

Montaje: Affonso Gonçalves.

Idioma: Inglés.

Duración: 118 minutos.

La mano delicada pero firme de Todd Haynes

Por Miguel Delgado

Aunque no sea un nombre que suene entre el público más genérico, lo cierto es que Todd Haynes se ha labrado poco a poco una carrera de culto que hace que todos los cinéfilos que se acerquen a su obra queden fascinados por su trabajo. Es un director curioso y ecléctico, aunque ha demostrado tener preferencia por varias temáticas, como la musical, con películas como Velvet Goldmine o la muy peculiar I’m Not There. Otro tema que se ve repetido curiosamente en su obra es la homosexualidad, vestido visualmente de un aire clásico, situando las historias en los años 50. Es el caso de Lejos del cielo y de su más reciente trabajo, Carol, que ha conseguido una opinión de alabanza prácticamente unánime. 

Y es que Carol juega con varias bazas importantes. Es, en apariencia y cuanto a la narración, una película sencilla de seguir. La trama va al grano, sin andarse por las ramas: Dos mujeres, una joven dependienta y una mujer más madura en pleno divorcio, empiezan a sentirse atraídas la una hacía la otra, con los respectivos problemas y tabúes que eso conlleva en la época en la que transcurre la película. De aire clásico y engalanado, con una dirección visual delicada, la película trata la temática principal, y todos los elementos en general, con una mano maestra, de tal modo que la homosexualidad (algo aún hoy en día transgresor) se viste de cine clásico, de la elegancia de un Hollywood dorado, de una manera de lo más natural.

Se agradece que Haynes, a la hora de adaptar la novela de Patricia Highsmith, se aparte de dramatismos exagerados y telenovelescos. La historia romántica no es una tragedia tremebunda sino que se va cocinando a fuego lento, entrando poco a poco en la cabeza del espectador, pasando de esa apariencia simple a una gran fascinación. La película siempre va a más en cuanto a enganchar al espectador se refiere, que terminará con un brillo de emoción en sus ojos y una sensación de satisfacción plena. A esto ayuda sin duda, un elemento importantísimo en la película, la maravillosa banda sonora compuesta por un inspirado Carter Burwell, que a pesar de apoyarse en gran parte en su meritorio tema principal, funciona a las mil maravillas. 

Pero sin duda gran parte de la película descansa sobre los hombros de sus dos protagonistas, dos actrices que han demostrado tener un enorme talento y aquí lo demuestran de nuevo: Cate Blanchett con un papel que, al igual que el film, va mostrando más matices y facetas según avanza el metraje, y Rooney Mara, que comparte protagonismo por igual con Blanchett y que sabe retratar su personaje también a la perfección. Si por separado su talento es innegable, juntas poseen una gran química necesaria para sacar adelante la obra. Ambas son los elementos más destacados y recordados, eclipsando al resto del correcto reparto. 

En resumen, Carol es una pieza delicada y emotiva, que el director controla sin que se le escape nada de las manos por un momento. Sin embargo parece que temas como los que trata la película aún son demasiado fuertes para los miembros de la Academia, nominando así la película en seis categorías, algunas importantes, pero quedándose fuera de película y director. Es una pena, pero sin duda la película tendrá su valoración y su lugar en la cinematografía actual sin necesidad de premios.