Por Paulo Campos
Pues nada, ha pasado un año volando y después de que Boyhood ganara el año pasado todos los Oscar (sé, fue eso lo que pasó) estamos metidos en otro diciembre donde cada día dos o tres asociaciones compuestas por 20 críticos dan nominaciones o premios, ¿a que mola?

-In the Heart of the Sea: cuando nos hicieron creer que cambiaban su estreno de marzo a diciembre porque era tan buena que podría competir en la temporada de premios, pues a todos nos sorprendió. Porque estando Ron Howard por medio, ya me dirás, como para tener fe. Y claro, como todo en Hollywood, era mentira. La peli tiene uno de los peores guiones del año y su presencia en la temporada de premios se reduce a entrar en la preselección de mejores efectos visuales, que tampoco es que sean muy allá. Pues ale, una menos para molestar.
-Suffragette: por agosto Carey Mulligan era absoluta favorita al Oscar a la mejor actriz, hoy se tiene que conformar con que la sigan llamando para hacer películas debido al fracaso estrepitoso de la cinta. Su presencia en los premios del cine independiente británico parece que será todo lo que consiga, a menos que los Bafta se pongan estupendos y se apiaden de las actrices porque da la sensación de que su carrera ha acabado.
-Freeheld: la que iba a ser una nueva nominación de Julianne Moore se ha quedado en la nada absoluta. En lo que ha fallado la película nos lo deben decir la docena de personas que la han ido a ver al cine.
-Truth: ¿alguna vez tuvo opciones a algo que no fuera un anuncio de Lexatin para calmar un poquito a Cate Blanchett? La verdad que no, pero me hacía gracia meterme un poco con la Blanchett.
-Joy: Aun está viva, de hecho las dos nominaciones a los Globos de Oro le han dado un poco de aire, pero la megafavorita hasta hace nada parece que se comerá los mocos. Ya era hora de que la flor en el culo de David O. Russell se marchitase, porque tres veces colándonosla con The Fighter, Silver Linnings Playbook y American Hustle -entre todas, 25 nominaciones al Oscar, que tiene cojones- ya era suficiente tomadura de pelo. También puede ser que se le haya acabado la pasta para comprar votos o que sus amenazas sean de coña comparadas con las de Iñarritu.
Los primeros que daban a conocer sus elecciones son los mejores premios que existen, los Satellites Awards, que son un grupo de personajes que se fueron de los Globos de oro y ahora andan por el mundo mendigando atención, y claro lo consiguen nominando a todo ser viviente que suene un poco para estar en la carrera, con lo cual se aseguran de que van a acertar bastantes nominados a los Oscar y ya pueden volver a su trabajo, vendiendo whoppers en los suburbios de Boston.
La National Board of Review, esa asociación de personas que nadie sabe quienes son pero que dan premios sólo por joder a películas -porque mira que son gafes los cabrones-son generalmente los que dan el pistoletazo de salida a los premios, y por eso hablamos de ellos. Si no, todos pasaríamos, pero claro para ello cada vez dan antes los premios y se quedan sin ver la docena de películas que los estudios reservan para última hora. Este año han elegido a Mad Max: Fury Road como mejor película, confirmando así que estábamos ante una competidora real y no la peli de culto friki a recordar del 2015. ¡Quién diría hace una década que esta película podría llegar a ser oscarizable? Pero quizá el punto más importante de estos premios era el de confirmar que Stallone pasaba de ser un cacho de carne con ojos, muy operado eso si, a un actor potencialmente nominable y premiable. ¿Quién lo diría hace una década, dos, cinco años o veinte minutos? Luego destacar que The Hateful Eight recibió dos premios y pongo mi meñique de mi pie en la boca de Tarantino apostando a que no han visto la película.



Y ya, aparecen ellos, las estrellas de la carrera, las antaño más destroyers y más corruptibles personalidades del mundo del cine. Los miembros de la Hollywood Foreign Press, mis héroes, los votantes de los Globos de Oro y van y nominan a todos los favoritos menos a Johnny Depp, que sólo la habían nominado 10 veces con anterioridad, incluida The Tourist. No nominan a Meryl Streep, haya hecho o no película este año, como si esto importara. Y dejan sin nominación al elenco de la que se suponía que era la favorita Spotlight, ni Keaton, ni Ruffalo, ni McAdams. ¡¡Manda huevos!!
¿Pero cómo voy a explicar a mis hijos que Carol es la más nominada a los Globos de Oro? ¿Pero cómo explico que han sido los únicos que no han cedido a presiones y han nominado a Blanchett, Mara, Vikander o Bale en la categoría correspondiente y no en la que la productora decía que tenía que ser? Siento frío, me siento desprotegido, todas las corruptelas que conocía, con las que me había criado, con las que soñaba un día poder hacer siendo miembro de esta Asociación, que aplaudía con nominaciones los baños públicos de Angelina en la piscina del hotel delante de todos los miembros de la Hollywood Foreign Press celebrando sus Globos de Oro... se me iba, ¿era esto una película de mierda de esas que sólo puede hacer Shyamalan? Pues así llevo todo el día, mirando las nominaciones, coherentes, con sentido y llorando a lágrima viva. Debe ser o que llaman madurar. A los Globos de Oro sólo les ha constado unos 60 años.
Y esto es lo que ha dado, muy resumido, la primera semana de premios, queda un mes, y apenas unas siete decenas de asociaciones en decirnos quienes fueron los mejores del año para ellos. Pero sigo esperando una puta mísera nominación para Joan Allen, que ni las gracias por venir le han dado. Si es que el día que me ponga yo a dar premios si que van a ser los más justos, perfectos y geniales del mundo. A menos que alguien me ofrezca un Bollycao por dárselo a David Fincher, que entonces se lo daré. Eso sí, si a cambio recibo un baño en una piscina del hotel por parte de Maggie Smith igual me lo pienso.
Hasta loguiño.
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