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lunes, 14 de diciembre de 2015

In the heart of the carrera a los Oscar

Por Paulo Campos


Pues nada, ha pasado un año volando y después de que Boyhood ganara el año pasado todos los Oscar (sé, fue eso lo que pasó) estamos metidos en otro diciembre donde cada día dos o tres asociaciones compuestas por 20 críticos dan nominaciones o premios, ¿a que mola?

Empezaré diciendo que nos encontramos ante una de las carreras más sorprendentes en muchos años -vamos, no recuerdo una igual-, donde se busca desesperadamente una favorita y cuando parece que la encontramos...¡¡zasca!!, la siguiente asociación o premio nos hace otra vez entrar en dudas. Pero bueno, lo que sí ha hecho es ir colocando a las películas entre las que aún pueden tener esperanzas de pulular por las alfombras y aquellas de las que nos debemos ir despidiendo. Como me gusta la maldad -de hecho no duermo por las noches pensando en las maldades que hacer al día siguiente- voy a hacer leña del árbol caído, y no me refiero a la película de Gus Van Sant Sea of Trees, que desde que hizo vomitar a críticos de medio mundo en Cannes parece que se han quemado todas sus copias en una hoguera para calentarle el café a Leonardo DiCaprio después de ser follado por la osa de The Revenant (si no habéis oído el rumor es que no merecéis llamaros cinéfilos). Bueno, que los hostiones del año son:

-In the Heart of the Sea: cuando nos hicieron creer que cambiaban su estreno de marzo a diciembre porque era tan buena que podría competir en la temporada de premios, pues a todos nos sorprendió. Porque estando Ron Howard por medio, ya me dirás, como para tener fe. Y claro, como todo en Hollywood, era mentira. La peli tiene uno de los peores guiones del año y su presencia en la temporada de premios se reduce a entrar en la preselección de mejores efectos visuales, que tampoco es que sean muy allá. Pues ale, una menos para molestar.

-Suffragette: por agosto Carey Mulligan era absoluta favorita al Oscar a la mejor actriz, hoy se tiene que conformar con que la sigan llamando para hacer películas debido al fracaso estrepitoso de la cinta. Su presencia en los premios del cine independiente británico parece que será todo lo que consiga, a menos que los Bafta se pongan estupendos y se apiaden de las actrices porque da la sensación de que su carrera ha acabado.

-Freeheld: la que iba a ser una nueva nominación de Julianne Moore se ha quedado en la nada absoluta. En lo que ha fallado la película nos lo deben decir la docena de personas que la han ido a ver al cine.

-Truth: ¿alguna vez tuvo opciones a algo que no fuera un anuncio de Lexatin para calmar un poquito a Cate Blanchett? La verdad que no, pero me hacía gracia meterme un poco con la Blanchett.

-Joy: Aun está viva, de hecho las dos nominaciones a los Globos de Oro le han dado un poco de aire, pero la megafavorita hasta hace nada parece que se comerá los mocos. Ya era hora de que la flor en el culo de David O. Russell se marchitase, porque tres veces colándonosla con The Fighter, Silver Linnings Playbook y American Hustle -entre todas, 25 nominaciones al Oscar, que tiene cojones- ya era suficiente tomadura de pelo. También puede ser que se le haya acabado la pasta para comprar votos o que sus amenazas sean de coña comparadas con las de Iñarritu.

Ahora poco a poco tres notitas de las asociaciones de críticos que ya han escupido sus premios.

Los primeros que daban a conocer sus elecciones son los mejores premios que existen, los Satellites Awards, que son un grupo de personajes que se fueron de los Globos de oro y ahora andan por el mundo mendigando atención, y claro lo consiguen nominando a todo ser viviente que suene un poco para estar en la carrera, con lo cual se aseguran de que van a acertar bastantes nominados a los Oscar y ya pueden volver a su trabajo, vendiendo whoppers en los suburbios de Boston.

La National Board of Review, esa asociación de personas que nadie sabe quienes son pero que dan premios sólo por joder a películas -porque mira que son gafes los cabrones-son generalmente los que dan el pistoletazo de salida a los premios, y por eso hablamos de ellos. Si no, todos pasaríamos, pero claro para ello cada vez dan antes los premios y se quedan sin ver la docena de películas que los estudios reservan para última hora. Este año han elegido a Mad Max: Fury Road como mejor película, confirmando así que estábamos ante una competidora real y no la peli de culto friki a recordar del 2015. ¡Quién diría hace una década que esta película podría llegar a ser oscarizable? Pero quizá el punto más importante de estos premios era el de confirmar que Stallone pasaba de ser un cacho de carne con ojos, muy operado eso si, a un actor potencialmente nominable y premiable. ¿Quién lo diría hace una década, dos, cinco años o veinte minutos? Luego destacar que The Hateful Eight recibió dos premios y pongo mi meñique de mi pie en la boca de Tarantino apostando a que no han visto la película.

Tras estos espantajos vinieron los más prestigiosos (hasta que hace un par de años premiaron American Hustle, y pasaron a ser el Jaimito Borromeo de los premios de la crítica) New York Film Critics Circle, que es el Circle lo que indica cuán importantes son, ya se sabe que a tu madre le vendían libros por ser del Círculo de lectores, y es que un buen nombre hace milagros. Éstos, los críticos, no los milagros, premiaron a Carol como opción sesuda, para expiar penas, claro, y por ser todavía más guays dieron a Michael Keaton, que va como secundario en todas partes, el premio al mejor actor protagonista. Lo cual ha firmado su sentencia porque desde aquí no ha olido ni una mísera nominación más. Y luego ya, la repanocha: Kisrten Stewart convertida en “darling” de la crítica e ignorada por los premios generalistas, como si de una actriz europea de prestigio se tratase. Lo dicho esta carrera es más rara que el matrimonio Pitt-Jolie.

El domingo se llegaba a una tarde donde los críticos de Los Ángeles, los de Boston y los online de New York, que se ve que son distintos a los no online porque los segundos viven en cavernas (me los imagino encontrándose por la calle y haciéndose saludos de bandas y a hostias cuando se descubren de asociaciones rivales) daban sus veredictos. Una tarde agotadora y tan emocionante a priori que van y las tres asociaciones premian a la misma película. Así por fin teníamos favorita y era Spotlight, una película muy seria y con actores con la cara muy seria y con Rachel McAdams afirmando que seguía viva. Pues bien, por fin la habíamos encontrado, era ella, la que aunaba interés de la crítica, buenos actores, un director reivindicable y con una taquilla aceptable, sin muchos fuegos artificiales, Pues eso, carrera acabada, teníamos lo que buscábamos. Pero se ve que no a todos convencía que ésta fuera una película arrase y había que seguir mirando bajo la tapa de más yogures para conseguir el premio. Por lo demás, Los Angeles -una de las más importantes- nos ponía en aviso de que Michael Shannon tenía una película este año y que además lo hacía bien y que los culturetas, esos que ahora están en Guantánamo por votar a la Cotillard en lugar de a Aniston, tenían otra candidata a sucederle, era Charlotte Rampling, una actriz que ni dios conoce en USA, que se ve que en Europa tenía una carrerita en el cine y lo hacía bien en algo llamado 45 Years.

Pues eso, llegábamos a este punto con una favorita, Spotlight con una sorprendente niña bonita de la crítica con un perfil nada Oscar Mad Max: Fury Road, con la peli cultureta de prestigio del año Carol, y sin saber que hacer con Iñarritu, si decidir que The Revenant es una película para premios o es una película tipo Malick, de esas que son las mejores pero que nadie las vota. En esa diatriba estábamos cuando aparecieron los Screen Actors Guild, y tócate, otra vez a descolocarnos. Esto eran nervios y no los de Albert Rivera en un after. Pues venga, les da por colocar como ganadora a Trumbo y ratificar así que Bryan Cranston tiene el mejor publicista de la historia, porque hasta por eructar lo nominan a algo, y que Helen Mirren tiene más amigos que Mofly en La Aldea del Arce (que si, que ya se que no vivía allí, pero eran todos tan cursis que fijo que son amigos) Luego aparecía Sarah Silverman nominada por una película que ni vio ella, pero se ve que el dvd ruló de casa en casa de miembros del sindicato de actores, a lo Aniston (no, si al final marcó tendencia la muchacha). Y aun más aparecía una película llamada The Big Short con todos los actores masculinos de Hollywood en ella, que tenía nominaciones por doquier. Como diría Saza en Amanece que no es poco: esto es un SinDios.

Y ya, aparecen ellos, las estrellas de la carrera, las antaño más destroyers y más corruptibles personalidades del mundo del cine. Los miembros de la Hollywood Foreign Press, mis héroes, los votantes de los Globos de Oro y van y nominan a todos los favoritos menos a Johnny Depp, que sólo la habían nominado 10 veces con anterioridad, incluida The Tourist. No nominan a Meryl Streep, haya hecho o no película este año, como si esto importara. Y dejan sin nominación al elenco de la que se suponía que era la favorita Spotlight, ni Keaton, ni Ruffalo, ni McAdams. ¡¡Manda huevos!!

¿Pero cómo voy a explicar a mis hijos que Carol es la más nominada a los Globos de Oro? ¿Pero cómo explico que han sido los únicos que no han cedido a presiones y han nominado a Blanchett, Mara, Vikander o Bale en la categoría correspondiente y no en la que la productora decía que tenía que ser? Siento frío, me siento desprotegido, todas las corruptelas que conocía, con las que me había criado, con las que soñaba un día poder hacer siendo miembro de esta Asociación, que aplaudía con nominaciones los baños públicos de Angelina en la piscina del hotel delante de todos los miembros de la Hollywood Foreign Press celebrando sus Globos de Oro... se me iba, ¿era esto una película de mierda de esas que sólo puede hacer Shyamalan? Pues así llevo todo el día, mirando las nominaciones, coherentes, con sentido y llorando a lágrima viva. Debe ser o que llaman madurar. A los Globos de Oro sólo les ha constado unos 60 años.

Y esto es lo que ha dado, muy resumido, la primera semana de premios, queda un mes, y apenas unas siete decenas de asociaciones en decirnos quienes fueron los mejores del año para ellos. Pero sigo esperando una puta mísera nominación para Joan Allen, que ni las gracias por venir le han dado. Si es que el día que me ponga yo a dar premios si que van a ser los más justos, perfectos y geniales del mundo. A menos que alguien me ofrezca un Bollycao por dárselo a David Fincher, que entonces se lo daré. Eso sí, si a cambio recibo un baño en una piscina del hotel por parte de Maggie Smith igual me lo pienso.

Hasta loguiño.

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