Dirección: Ken Kwapis.
Intérpretes: Robert Redford, Emma Thompson, Kristen Schaal, Nick Nolte, Mary Steenburgen,.
Guión: Michael Arndt, Bill Holderman; sobre el libro de Bill Bryson.
Música original: Nathan Larson.
Fotografía: John Bailey.
Montaje: Julie Garces, Carol Littleton.
Idioma: Inglés.
Duración: 104 minutos.
Nostalgia a la intemperie
Por Alberto Gallardo
El escritor, periodista y divulgador británico Bill Bryson, es muy popular en el mundo anglosajón gracias a sus exitosos libros de viajes de tono desenfadado y a sus muy populares publicaciones científicas de tono didáctico, como el superventas 'Una breve historia de casi todo'. Nacido en Iowa, pero residente en el Reino Unido durante gran parte de su vida, Bryson es también autor de 'Un paseo por el bosque', el libro autobiográfico en el que se basa la película que nos ocupa.

La película nos presenta brevemente a Bryson (un correcto Robert Redford) en su entorno familiar como prolegómeno a una aventura crepuscular de tono amable en la que descifraremos paulatinamente detalles sobre su trayectoria vital, mientras se nos muestra su relación con un desastrado compañero de fatigas, interpretado con mucha sorna por un magnifico Nick Nolte, cuyo problemático pasado de alcohólico ejerce como único conflicto de auténtico peso en una trama ligera y liviana, por mucho que recurra aquí y allá a reflexiones vitales que a veces parecen metidas con calzador.
Los personajes de Redford y Nolte se embarcan como hemos dicho en un último gran viaje, una ruta de más de 3000 kilómetros a través del sendero de los Montes Apalaches a la que se enfrentarán durante varios meses. Los problemas a lo largo del camino y su cruce con peculiares personajes en la ruta, generarán momentos de previsible aunque efectiva comicidad, puntuados por pausas reflexivas que no molestan demasiado por estar puestas en boca de dos actores magníficos, que logran elevar los pasajes más prescindibles de un guion parco en emociones perdurables.

En resumen, Un paseo por el bosque es una película agradable y llevadera, que juega con cierta habilidad a la reivindicación de la amistad duradera y que nos invita al viaje como herramienta de desconexión (o reconexión) mientras se afana en el retrato nostálgico de un mito aferrándose a su inagotable carisma. Una película de viajes que guarda en la mochila un puñado de sonrisas pero escaso material dramático, lo que la convierte en un trayecto agradable pero de escaso recorrido emocional.
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