45 Years (Reino Unido, 2015).
Dirección: Andrew Haigh.
Intérpretes: Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James, Dolly Wells, David Sibley.
Guión: Andrew Haigh, sobre un relato de David Constantine.
Fotografía: Lol Crawley.
Montaje: Jonathan Alberts.
Idioma: Inglés
Duración: 95 minutos.
El deshielo del amor
Por Alberto Gallardo
El cineasta británico Andrew Haigh debutó hace tres años con la estimulante Weekend, la historia de un breve encuentro amoroso entre dos hombres que rondaban la treintena en una ciudad industrial del norte de Inglaterra. Si en aquella ocasión la fugacidad de la relación era determinante en el desarrollo dramático, también lo es -aunque a la inversa- la longevidad de la relación de los protagonistas de 45 años: una pareja cuyo matrimonio está a punto de cumplir ese periodo.
Los veteranos Charlotte Rampling y Tom Courtenay (justamente premiados en el Festival Berlín, donde se estrenó la película) interpretan a esta consolidada pareja que se enfrentará en el momento menos pensado a los fantasmas del pasado y a los secretos, o verdades a medias, con los que han convivido sin mayores sobresaltos durante un largo periodo, hasta la irrupción en sus vidas de un tormentoso recuerdo del pasado del marido.
La aparición del cadáver de un antiguo amor de juventud del protagonista en los Alpes, donde hace décadas realizaban juntos una expedición, removerá su conciencia y confundirá al personaje de Rampling, que tras afanarse en rascar la superficie, descubrirá que tras ella se ocultan una serie de engañosos pilares sobre los que parece haberse construido su relación a lo largo de los años. En cierto modo, 45 años es la batalla perdida de la memoria subjetiva frente a la verdad oculta.
El espectador asiste al drama desde el punto de vista de Charlotte Rampling que, en un recital de emoción contenida, ofrece una interpretación de las que causan escalofríos. Magnífica en su equilibrio dramático, la actriz británica nos lleva de la mano en su crepuscular calvario emocional a través de una dolorosa espiral autodestructiva en la que se verá enfrentada a la constatación de que ha vivido entregada a una larga mentira, despertando de su letargo en un momento en el que apenas le queda margen de reacción.
Haigh maneja con habilidad el ritmo y dosifica la paulatina fractura en la relación de los personajes. Juega también con destreza al misterio emocional y plantea un fascinante dilema sobre la imposibilidad de llegar a conocer por completo a la persona con la que se convive. Todo ello con suma elegancia en la puesta en escena, con la complicidad de dos intérpretes espléndidos y culminado en un crudo desenlace sutilmente revelador. 45 años es probablemente la mejor película de la cartelera navideña.
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