"Lo que constituye y define un icono
es algo que decide el tiempo"
El reconocido fotógrafo y más discreto director Anton
Corbijn estuvo en Madrid presentando su último trabajo cinematográfico, Life, que tuvo su estreno mundial a
principios de año en la Berlinale, y que ahora llega a las salas de nuestro
país. El filme habla de la relación que se estableció entre James Dean y el
fotógrafo Dennis Stock, cuando este último le propuso al actor realizar un reportaje
de imágenes para la famosa revista Life. Corbijn habló con los medios sobre
estos dos personajes, sobre el proceso de realización del filme o sobre la
función de la fotografía en la época actual.
Foto: Filmin.es |
Por Sofia Pérez Delgado
¿Qué le atrajo en
primer lugar del tema de esta película?
Lo que me interesó fue la relación entre un fotógrafo y un sujeto
que es una persona pública. Yo empecé a trabajar como fotógrafo a principios de
los 70 y me puedo poner en esa posición. Y el hecho de que fueran Dennis Stock
y James Dean lo hacía mucho más interesante.
Entonces, ¿se
identifica con la figura de Dennis Stock?
Sí, creo que lo hago, aunque nunca he ido tan lejos como
Stock, nunca estuve en una alfombra roja ni era tan avasallador. Pero entiendo la
desesperación por conseguir algo que nadie más tiene, una buena fotografía, e
intentar encontrar la oportunidad de que se publique tu trabajo.
Además, Dennis Stock
es famoso por sus fotografías de músicos de jazz, como usted lo es de grupos de
rock. ¿También le atrajo esto a la hora de realizar la película?
Yo no descubrí a Dennis Stock como fotógrafo hasta esta
película. Conocía algunas de sus imágenes, pero hasta que no leí el guion no me
sumergí en su obra. Entonces me di cuenta del estupendo ojo que tenía, y me
alegro mucho de que fuera un fotógrafo documental y no de retratos, porque
siendo así se centra en los entornos y los ambientes de la época. 60 años
después, podemos ver cómo era aquello.
La película recrea
esas fotografías que hizo Dennis Stock en blanco y negro. Siendo también gran
parte de su trabajo anterior en blanco y negro (la fotografías, muchos de sus
videoclips, su primer largometraje Control
-2007-…), ¿se planteó alguna vez que la película no fuera en color?
Sí, lo pensé. Lo que ocurre es que lo que es en blanco y
negro es el mundo de Dennis Stock, y si la película hubiese sido así, aquello
que consiguió no se apreciaría. Me pareció que su talento se resaltaría más
teniendo como trasfondo un mundo de color.
¿Cómo fue el trabajo
con los actores, especialmente con Dane DeHaan?
Dane me había parecido un actor muy creíble en películas
como Cruce de caminos (2013), Sin Ley (2012) o Amores asesinos (2013). Y además tiene un rostro muy interesante,
había hecho varias campañas para Prada… Para interpretar a James Dean no vas a
encontrar a nadie que sea igual, así que buscas un actor lo más parecido
físicamente, y luego desarrollas los aspectos de la caracterización. A partir
de ahí, es el talento del actor el que debe hacerte creer que estás viendo al
personaje, y supe que Dane podría hacerlo.
¿Había margen para la
improvisación?
Como director soy bastante abierto, siempre escucho porque
creo que los actores muchas veces saben más que yo de los personajes, al fin y
al cabo son ellos los que se meten en la piel. No soy como los hermanos Coen,
que obligan a ceñirse al texto (lo cual en ese caso entiendo, porque son
guiones maravillosos), cuando veo que las cosas fluyen, dejo que cambien. Eso
sí, soy muy preciso en la composición, insisto en que se pongan en un lugar determinado
dentro del cuadro
¿Qué cree que ha
hecho tan especial la figura de James Dean, especialmente relacionado con las
nuevas generaciones?
Una combinación de factores: el primero es que en los años
50, tanto los actores como los músicos se sentían en la obligación de
presentarse como la voz de la generación, en lugar de integrarse en un sistema
ya establecido. En ese sentido, era un rebelde. Ahora hay menos con lo que
romper; aunque aun exista el studio
system, los actores tienen más poder. Por eso para mí era importante poner
en la película al personaje de Jack Warner, para demostrar el poder que tuvo
James Dean para romper con todo ello.
Además, está su trabajo en sí: lo que hizo fue muy bueno, y
además, muere joven. Por ello se convierte en algo más mítico. Por ejemplo,
Marlon Brando también fue un gran actor, pero tuvo mucho tiempo de hacer muchas
más películas, algunas no tan buenas, y por eso no ha cobrado esa dimensión.
Se sabe que James Dean
era bisexual, y la relación que establece con Dennis Stock en la película es
algo ambigua. ¿Se trata de un efecto deliberado?
Soy consciente del tema de la bisexualidad de James Dean, y
en la primera parte de la película se intuye, pero solo es una pequeña pista. Como
fotógrafo siempre se piensa si el sujeto te está mirando a ti o a la cámara, y
uno juega con eso, pero a mí no me interesaba nada darle más importancia ese
aspecto. En el breve periodo que recorre la película, no me parecía algo
importante para su relación, así que no quería seguir por esa vía.
La película mira de
forma nostálgica a una época en la que una fotografía como la de James Dean
podía convertirse en un símbolo. ¿Cómo cree que ha cambiado el poder de la
imagen fotográfica?
En los años 50 las fotografía tenía una función mayor, la de
contar historias. Por ejemplo, Life sacaba
un número a la semana, y la gente lo esperaba en sus casas. La atención que
tenía cada fotografía era mucho mayor que la que pueda tener cualquier imagen
de ahora. En la actualidad es muy difícil que una sola imagen tenga impacto.
Como contrapartida, la fotografía tiene más atención que nunca: está en museos,
galerías de arte… Se ha convertido en un proceso mucho más democrático. Algo
que no siempre es beneficioso, ya que hay que filtrar mucha basura para
encontrar algo bueno.
¿Qué debe tener una
fotografía para convertirse en icónica?
Antes que nada debo decir que “fotografía icónica” es una de
las expresiones que me parece que están más sobreutilizadas. El termino icono
se ha banalizado, utilizado en cualquier medio para una foto mediocre. Yo creo
que lo que constituye y al final acaba definiendo un icono es algo que decide el tiempo, cuando poco a
poco va cobrando un significado importante y una dimensión extraordinaria para
mucha gente.
Entrevista realizada en el Hotel Intercontinental,
El 11 de Noviembre de 2015
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