Por Paulo Campos
¿Os imagináis los Paulo de Cobre? Unos premios cinematográficos en los que además de darles un caramelo a los habitantes del show bussiness que a mi me saliera de dentro, la prensa relacionada con los premios de cine, bueno, la prensa... los freakys aficionados que damos importancia a los premios de cine, diéramos importancia a obtener esos premios como si significaran algo. Y es más, ¿qué tal si productoras, estudios, gánsteres,... me dieran regalos, dinero, me invitaran a estrenos, obligaran a estrellas a fotografiarse conmigo, sólo para que yo los incluyera en mi lista? ¿Y si aún encima yo ya estuviera tan forrado de pasta como las bragas de Tom Cruise? Pues nada, que sería el puto rey del mambo y Louella Parson se quedaría como el Iñaki Gabilondo de Hollywood a mi lado.
Para los que creáis que estoy exagerando, o es que es la primera vez que me leéis, o es que aun creéis que el Oscar de Renée Zellweger tenía sentido. Desde fuera se ve ridículo que una persona, por el mero hecho de tener pasta, contactos y muy poca vergüenza, pueda crear tendencia en una carrera de premios. Pues ahí está Carlos de Abreu -adorado por mí, por si está leyendo esto y me pone un cheque encima de la mesa, y temido por bastantes que tengan cariño a mantener intactas sus dos piernas-, para hacer que mi idea (brillante, sin duda) de los Paulo de Cobre no sea tan absurda.
El año pasado incluso consiguió que una cadena nacional transmitiera su entrega de premios. Logrando el sueño húmedo de muchos fans de los Oscar, que pueden ser reconocidos por los mundos de internet como creadores de blogs donde premian lo mejor del año para ellos, y que acumulan la friolera de 10 visitas. No estoy exagerando, en una búsqueda podéis ver 12 o 13 blogs que dan premios a imagen y semejanza de los creadores de esos blogs. Probad. Bueno, a lo que iba, el pasado año se emitieron, como si fuera un hito de la carrera, los Hollywood Film Awards, donde estrellas del cine -con tantas ganas de estar allí como Belén Esteban en una biblioteca- hacían la mejor interpretación del año sonriendo, alabando al tal Abreu y poniéndose muy serios al contestar a periodistas de quien era el vestido que llevaban y que no había tomado más de 17 vodkas para ir a semejante esperpento.
Pues después de desprestigiar esta pantomima he de decir que este año ya han vuelto. Y como son los primeros de la temporada son una maravilla, es como encontrarte espatarrada a M'onique en tu cama después de un año sin follar. Así que, Bendito seas Carlos de Abreu!!! A día de hoy ha repartido premios a más de 20 películas distintas, y se guarda para noviembre el de mejor película del año. No importa que estemos en octubre, porque para estos premios el ver la película en cuestión es secundario, vamos minucias (bueno, para estos premios y para todos, si me pongo a hablar...). Pero sí que ha empezado a nombrar a intérpretes, así a lo loco para ver si van por su casa y se puede fotografiar con ellos o lo que surja en medio del "etilismo" embriagador al que empuja tamaña reunión. Así ha premiado (el apartado lo deducís o lo inventáis porque seguramente tenga más sentido que la categoría donde ha puesto a cada uno) a Will Smith, Carey Mulligan, Benicio de Toro, Jane Fonda, Joel Edgerton, Alicia Vikander, Saoirse Ronan y Robert de Niro. También ha dicho este buen hombre que Tom (primer plano como seña de calidad) Hooper es el mejor director del año. A ver si Hooper se lo va a acabar creyendo. Adam McKay, después de dirigir cuatro películas que pasaron de los 100 millones de recaudación, es el mejor director revelación y Ridley Scott el mejor productor, porque el premio de "mejor director casi retirado con mala hostia pero que a veces nos mola cuando hace películas que no parecen de él" no era muy cómodo de escribir debajo de la estatuilla.
Pero no queda ahí la cosa, por si había algún miembro del equipo de alguna película de Hollywood que no tenía algo mejor que hacer el fin de semana de la entrega de premios que pasarse por casa de Don Carlos, pues podría ir en calidad de premiado porque un total de 20 películas han resultado agasajadas, así: Spotligh (guión), Bridge of Spies (fotografía y sonido), Black Mass (montaje), Mad Max: Fury Road (diseño de producción y maquillaje), Cinderella (vestuario), The Danish Girl y Sufragette (música), Stright Outta Compton (reparto revelación), Furious 7 (canción y mejor blockbuster), Jurasic World (efectos visuales), Inside Out (animación), Amy (documental) y Trainweck (comedia), además de Concussion, Sicario, Youth, The Big Short, The Martian, en los otros apartados que ya comenté antes. Vamos que no falta nadie. Y si falta ya habrá un doble, triple o cuádruple empate en mejor película para que se unan a la fiesta
Por lo demás, los Gotham Awards -unos galardones que premian lo mejor del cine independiente americano del año en octubre (?¿?)- también han dado a conocer sus candidatos, encabezando The Diary of a Teenage Girl, Carol, Spotlight y Tangerine las nominaciones. Eso sí, con atención a Brie Larson en Room y Paul Dano en Love & Mercy como posibles ganadores de las categorías interpretativas. Hablaría más de estos premios, pero para 10 personas que los deben votar bastante he dicho, y sólo porque son los primeros “serios” de la temporada y hasta dentro de casi un mes no nos darán de comer con otras nominaciones, aunque sea a cine de tercer mundo como los European Film Awards.
Y de momento esto es todo, confirmándose este año como uno donde no hay, a estas alturas, una favorita clara, y con los expertos esperanzados por encontrar la gran película del año en Joy de David O. Russell, que manda cojones que el papanatas este vuelva a protagonizar una carrera. Afilando también plumas y teclados para recibir la película de Angelina Jolie-Pitt con Brad Pitt-Jolie y cuyo póster es tan autoconsciente de ser guay como todo lo que rodea a esta pareja, que dicho sea de paso, es guay. A poco que no guste pedirán quemar en una hoguera a Angelina y canonizar a Brad por tener que aguantarla, porque está claro, al menos para los muchachos de Hollywood que ella es la mantis. Y finalmente, viendo qué da de si The Revenant, película hito del año, que ya puede ser buena porque sino Iñarritu y su ego pueden salir de Hollywood como si de un mexicano pidiendo limosna en casa de Donald Trump se tratase. Porque la broma ha costado 135 millones de dólares, y recuerdo que Chris Hemsworth no se va a pasear en mallas con su martillo pilón al aire para recuperarlos.
Del momento actual no hablo demasiado, porque favoritas al Oscar como Steve Jobs están pasando con más pena que gloria por la taquilla, Spielberg cumple con los que ponen la pasta pero sin alardes de antaño, The Martian parece que gana posiciones para devolver a Ridley Scott a las alfombras rojas y así poder premiar sus película como si fueran buenas, pero no a él y que se siga cabraendo como con Gladiator, y Johnny Depp, que reniega de los Oscar haciendo una campaña inversa que a veces da el resultado que se quiere. Realmente quiere el Oscar, está claro, aunque sea para vestirse de él y que Tim Burton le invente una película con atrezaaaaooo suficiente como para hacer que nos interese.
No me olvido de hablar de los secundarios, como prometí en mi anterior artículo, pero estoy esperando a que los votantes me confirmen que Joan Allen va a estar en la carrera porque sino ni me molesto de hablar de gentuza de segunda categoría, tanto humana como divina. Ah! y esta vez tampoco hablé de mi padrino, Harvey Wenstein, más que nada porque Abreu tiene menos vergüenza que él, que ya es decir.
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