The Martian (Estados Unidos, 2015)
Dirección:
Ridley Scott.
Intérpretes: Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Sebastian Stan, Mackenzie Davis, Michael Peña, Sean Bean, Donald Glover, Aksel Hennie, Mark O'Neal, Brian Caspe.
Guión: Drew Goddard.
Música original: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: Dariusz
Wolski.
Montaje: Pietro
Scalia.
Idioma: Inglés.
Duración: 142
minutos.
Salvar al botánico Watney
Por Miguel Montañés
Cualquier persona que en el curso de tan sólo tres años haya
sido capaz de rodar Blade Runner (1979)
y Alien (1982), merece todo el
respeto que se le pueda brindar a un director de cine. Incluso más, porque Blade Runner y Alien han traspasado la barrera de lo meramente cinematográfico y
han sentado las bases de mucha de la iconografía que ha venido después. Vaya
eso por delante. Evidentemente, Scott no es el que fue, pero que nadie se
alarme todavía porque The Martian
podría hacernos olvidar las películas que ha entregado recientemente. Confiar
en que una segunda entrega de las aventuras de Rick Deckard es buena idea ya
implica un preocupante superávit de optimismo. Pero a lo que vamos.
The
Martian plantea una
situación que, en su base, no es precisamente novedosa; a saber, uno de los
integrantes de una expedición a un lugar remoto es dado por muerto y abandonado
a su suerte. Consciente de su situación, el infeliz tiene que hacer uso de sus
habilidades y de los escasos recursos que le proporciona el entorno para volver
a casa. Revestido todo esto de épica interplanetaria y ambientado en un futuro
plausible y no muy lejano, el interés crece. Y la buena noticia es que en lugar
de incurrir en reflexiones filosóficas y moralejas edificantes, la narración se
decanta por el lado del entretenimiento, entretenimiento puro no exento por eso
de sustancia. Nada más lejos. Drew Goddard ha sabido construir una historia
compacta infestada de giros de guión dentro de una progresión dramática
intachable, ritmo y toques socarrones que incluyen agudas referencias
metacinematográficas, y Ridley Scott ha comprendido que rebajando el nivel de
afectación ciertas historias funcionan mejor.
La
gran virtud de The Martian es
trasladar al espectador a la inmensidad del espacio para una vez allí, en lugar
de dirigir su mirada hacia los confines del universo, hacerle volver la cabeza
hacia ciertos pequeños detalles que normalmente suelen quedar fuera de este
tipo de producciones Los pequeños
detalles que vertebran los buenos relatos. Por eso la cinta convence. Por eso
conmueve. Por eso es una gran noticia tener a Ridley Scott de vuelta.
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