Crimson Peak (EE.UU., 2015).
Dirección: Guillermo del Toro.
Intérpretes: Mia Wasikowska,
Tom Hiddleston, Jessica Chastain, Charlie Hunnam.
Guión: Guillermo del Toro, Matthew Robbins.
Música
original: Fernando Velázquez.
Fotografía: Dan Laustsen.
Montaje:
Bernat Vilaplana.
Idioma: Inglés.
Duración: 119 minutos.
Los fantasmas existen
Por Luis López
La cumbre escarlata presenta todos los elementos de una
película de sustos que al entrar en la coctelera no han mezclado bien. No se
puede hablar de terror, thriller o suspense porque suspendería todas las
asignaturas. Y en la de sustos obtiene un aprobado raspado. ¿Por qué,
Guillermo? ¿Por qué?
Tenemos una
escritora adinerada y virginal con un trágico pasado, un seductor cazafortunas
que vive atormentado y una casa encantada. Sobre estos ejes el excesivo metraje
descarrila y se encasquilla. Y no es tanto un problema de duración, que
también, sino de incapacidad narrativa para seducir, para sorprender. Hay casas en Cuenca más encantadas que esta
mansión inglesa. Y el peso de Mia Wasikowska se difumina en cuanto pone un
pie en ella. Así que de los tres ejes originales nos queda sólo uno, demasiado
endeble además, pues a estas alturas ya la tiene conquistada.
No le iba
mal en cambio mientras la película discurría en EE.UU. La trama se sostenía en
un equilibrio a la espera del despegue. Sin embargo esta promesa se estrella al
cruzar el charco. Luego, eso sí; desolados paisajes, decoración gótica, bonito
vestuario de época, buenos efectos visuales y a cuentagotas unos sustos
sonoramente bien ambientados. Muy poco
para el director de Cronos o El laberinto del fauno.
La cumbre escarlata
vendría a ser un “Always crashing in the same car” en términos de Bowie,
empeñada en repetir las viejas fórmulas y clichés del género sin altura ni
profundidad. O un “Mucho ruido y pocas nueces” shakespiriano, si pensamos en la campaña de marketing que tiene a
sus espaldas. ¿Por qué los publicistas mienten tan descaradamente bien?
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