Dirección: Fernando León de Aranoa.
Intérpretes: Tim Robbins, Benicio del Toro, Olga Kurylenko, Mélanie Thierry, Fedja Stukan, Eldar Residovic, Sergi López.
Guión: Fernando León de Aranoa, sobre la novela de Paula Farias.
Música original: Arnau Bataller.
Música original: Arnau Bataller.
Fotografía: Alex Catalán.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Idiomas: Inglés, bosnio, español, francés.
Duración: 101 minutos.
La guerra de nadie
Por Miguel Delgado
La guerra de nadie
Por Miguel Delgado
Llevaba ya unos años fuera del radar cinematográfico el director español Fernando León de Aranoa, que consiguió el éxito en 2002 con la aclamada Los lunes al Sol. No muy prolífico, su carrera ha dado un bajón en estos trece años con el estreno de solo dos películas bastante menospreciadas, Princesas y, sobre todo, Amador, lo que hizo disminuir ese estatus de ser uno de los mejores directores de nuestro país de principios de siglo. Sin embargo eso parece no haberle impedido impulsar un nuevo proyecto, el más ambicioso hasta la fecha. Rodada en inglés, con un reparto internacional de primer nivel y situándola en la guerra de los Balcanes de mitad de la década de los 90, esta cinta tiene además la peculiaridad de alejarse del drama exhibido en sus últimos trabajos y acercarse más a la comedia. Era una apuesta arriesgada e interesante a priori, que lleva desde principios de años dando vueltas por algunos de los festivales más importantes del mundo y que ahora finalmente llega a nuestras carteleras.
Lo primero que puede buscar el espectador es el tono que ha conseguido Aranoa, si finalmente esa supuesta comedia quedará en nada o si habrá sabido darle el toque adecuado. La respuesta es claramente positiva, porque si algo bueno tiene la cinta es sin duda ese equilibrio entre un punto cómico y la representación de la guerra y las situaciones que se suceden en ellas, sin caer en forzados momentos maniqueistas ni lacrimógenos. Este equilibrio da, además, un toque de naturalidad a la cinta muy adecuado, aunque para algunos pueda llegar a la intrascendencia al no contar una historia “definitiva”. Que nadie espere por otro lado, reírse a mandíbula batiente con este trabajo, pues los elementos de humor son más bien simpáticos y socarrones, que dibujaran sonrisas en la cara del público, pero no provocarán carcajadas.
Al hilo de este tema hay que señalar, eso sí, uno de los elementos negativos de la película, y es lo forzado que pueden resultar algunos diálogos de la cinta en los momentos más livianos. Sobre todo aquellos que pertenecen al personaje de Tim Robbins y las conversaciones entre Benicio del Toro y Olga Kurylenko. En algunos de estos momentos se nota como el guión fluye de manera poco natural. Aunque no es algo que resulte molesto al final, en gran parte gracias a la labor del reparto, ya que a pesar de lo dicho, Robbins, Kurylenko y sobre todo Benicio del Toro, protagonista de la cinta, se encuentran muy bien y muy cómodos. También vale la pena destacar a Mélanie Thierry, más secundaria pero con el que podría ser el mejor papel.
Visualmente León de Aranoa se desenvuelve con gracia y personalidad en una producción de alto nivel, desde la fotografía que realmente consigue que creamos que nos encontramos en los Balcanes (a pesar de que la cinta está rodada en Granada), hasta el maravilloso diseño de producción, que recrea de manera milimétrica vestuarios y localizaciones, y que debería llevarse todos los premios del cine español. Por último destacar la banda sonora elegida para la cinta, con una selección de temas que no pasa desapercibida para nada, es más, se convierte en un protagonista. Canciones punk, de los Ramones, unos cuantos temas de garage rock e incluso Marilyn Manson sobrevuela la odisea de estos voluntarios dándole un aire curioso, distinto que sin duda funciona.
Un día perfecto es un trabajo que debería volver a traer a Fernando León a una categoría al menos de consideración. No es un trabajo perfecto, pero consigue ser un retrato fidedigno de lo que fue aquella situación hace veinte años. Sin usar los horrores de la guerra de manera manipuladora, si no exponiendo el punto de vista de la gente que no pertenecía al conflicto pero lo veía cada día y tenía diferentes formas de afrontarlo. Un relato a tener en cuenta.
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