Críticas: Operación U.N.C.L.E.

7/10

The Man From U.N.C.L.E (USA, 2015).

Dirección: Guy RItchie.

Intérpretes: Henry Cavill, Armie Hammer, Alicia Vikander, Hugh Grant, Jared Harris, Elizabeth Debicki.

Guión: Guy Ritchie, Lionel Wigram; basado en la serie de Sam Rolfe.

Música original: Daniel Pemberton.

Fotografía: John Mathieson.

Montaje: James Herbert.

Idiomas: Inglés, Alemán, Ruso.

Duración: 116 minutos.

El resurgir de Guy Ritchie

Por David Sancho

Basada en una serie que en España se llamó El agente de CIPOL, Guy Ritchie vuelve a la dirección tras sus anodinas películas basadas en el famoso investigador de Baker Street. La película nos cuenta la historia del mejor agente de la CIA que tiene que unirse al mejor agente de la KGB para conseguir detener a una organización criminal que pretende hacerse con una bomba nuclear. Para ello tendrán que hacer uso de una mecánica alemana hija del hombre encargado de montar dicha bomba.

La película es el prototipo de blockbuster veraniego, vacía pero con un ritmo y una puesta en escena apabullantes. Tiene un sentido del humor muy agradable, consigue aligerarla cuando el ritmo decae un poco, pero en ningún momento se hace cargante. A su vez, las escenas de acción están rodadas con muchísimo estilo y un envidiable sentido del espacio y el ritmo.

Los actores están muy en su papel. Henry Cavill muestra que puede cumplir perfectamente en comedias de acción y Armie Hammer no hace más que confirmar lo que ya demostró en la infravalorada El llanero solitario, actor más que competente y con mucha presencia. Tal vez el eslabón más débil de la cadena sea Alicia Vikander. Esperaba mucho de ella tras su magnética actuación en Ex-Machina, pero esta vez no resulta todo lo convincente que sería deseable. 

La mayor pega que se le puede poner a la película es el uso de trucos facilones para generar la sorpresa en el público, trucos que a su vez no son necesarios, por lo que acaban generando más una sensación de redundancia que de sorpresa.

The Man From U.N.C.L.E. es un gran acierto en la carrera de Ritchie, una aproximación sin complejos al cine de entretenimiento puro, ese que es consciente de sí mismo y que no pretende ser nada más.