Críticas: Cuatro fantásticos

4/10

Fantastic Four (USA, 2015).

Dirección: Josh Trank.

Intérpretes: Miles Teller, Kate Mara, Michael B. Jordan, Jamie Bell, Tim Blake Nelson, Reg E. Cathey, Toby Kabbell, Tim Bell. 

Guión: Simon Kinberg, Jeremy Slater.

Música original: Marco Beltrani, Phillip Glass.

Fotografía: Matthew Jensen.

Montaje: Elliott Greenberg, Stephen E. Rivkin

Idioma: Inglés.

Duración: 100 minutos.

Esperando al montaje del director

Por David Sancho

El reboot de Los cuatro fantásticos no es algo que ilusionase a mucha gente. Las películas de Tim Story fueron más que olvidables y los personajes no es que generasen demasiado interés, pero la polémica surgida alrededor del casting de la película y la elección de Josh Trank como realizador, hicieron que se generasen ciertas expectativas en torno a la cinta.

Tras su estreno todo se vino abajo. Malas críticas, mediocre recaudación y mensajes de su director diciendo que si le hubiesen dejado hacerla como él quería, el resultado final no hubiese sido tan mediocre.

Y la verdad es que yo me lo creo. Principalmente porque la película deja la sensación de que ha sido maltratada en la sala de montaje. Su mayor defecto reside en lo mal estructurada que está. Cuando uno ve la película tiene la sensación de que ha visto hora y media de introducción y un desenlace apresurado y chapucero.

Lo cierto es que el comienzo de la película es competente. Se mantiene dentro de los límites de lo aceptable casi todo el rato y solamente cuando se acerca el desenlace, uno se da cuenta de que el final no va a ser satisfactorio.

El reparto no funciona mal y para nada es el problema de la película. El problema es que da la sensación de que no tienen claro la película que quieren hacer o lo que quieren contar. Me cuesta creer que la versión que proponía Trank fuese peor que la que finalmente llegó a los cines. Y se me escapan los motivos que pueden llevar a un estudio para estrenar una película en estas condiciones.

Y es que aunque haya muchas cosas que estén bien, al final no sirve de nada porque la sensación que deja es la de una película que sus máximos responsables les importa más bien poco, y si a ellos no les importa… ¿por qué debería importarnos a nosotros?