Si hablamos de locuras y desmadres en el cine, los orientales son sin dudas los grandes maestros, con japón a la cabeza. Este año en Nocturna no hemos tenido ningún film nipón, pero sí dos trabajos europeos (procedentes de Hungría y Finlandia) que conectan de manera muy clara con el lejano oriente. Hablamos, probablemente, de las dos mejores películas que han pasado este año por el festival. No en vano han resultado vencedoras cada una en su sección.
Por Manuel Barrero Iglesias
Liza, the Fox Fairy (Károly Ujj Mészáros. Hungría, 2015)
Sección oficial
Esta producción húngara fue la triunfadora absoluta de la Sección Oficial, consiguiendo cinco premios sobre cinco categorías (dos de ellos, compartidos con Exeter). No extraña tal rotundidad en el palmarés, pues estamos ante la película que más ofreció en cuanto a calidad y originalidad de su propuesta. Hablábamos del toque oriental, muy presente con un personaje japonés que además es el que desata la locura en esta comedia gamberra y naif. Un fantasma que acompaña a la protagonista, provocando la muerte de todo aquel hombre que se acerque a ella.
El film es un banquete macabro revestido con colores y canciones, provocando ese contraste entre maldad e inocencia que tan bien suele funcionar en la pantalla. El director encuentra el tono adecuado, conjugando ese punto de locura oriental con las raíces inequívocas de la Europa del Este. Hay algunos momentos en los que el film se agota a sí mismo, pero acaba remontando el vuelo. No estamos ante una obra redonda, pero en comparación con otras obras presentadas a concurso, resulta una rotunda triunfante.
Esta producción húngara fue la triunfadora absoluta de la Sección Oficial, consiguiendo cinco premios sobre cinco categorías (dos de ellos, compartidos con Exeter). No extraña tal rotundidad en el palmarés, pues estamos ante la película que más ofreció en cuanto a calidad y originalidad de su propuesta. Hablábamos del toque oriental, muy presente con un personaje japonés que además es el que desata la locura en esta comedia gamberra y naif. Un fantasma que acompaña a la protagonista, provocando la muerte de todo aquel hombre que se acerque a ella.
Bunny, the Killer Thing (Joonas Makkonen. Finlandia, 2015)
Madness
Si hay una zona que tenga similitudes con Japón esa es el norte de Europa. La excesiva contención de sentimientos tiene que explotar por algún lado. Y en muchas ocasiones esa válvula de escape está en las ficciones creadas por sus autores. Estamos ante un film cuya premisa podría proceder de Oriente. Un experimento, y un hombre convertido en conejo gigante que, armado con un pene gigantesco, ataca en busca de "coños". Imaginen lo que se pueden encontrar. Pero el director se las apaña para no reducir su film a la ocurrencia, construyendo un relato coral en el que la personalidad de los secundarios tiene una importancia vital en la efectividad de la comedia.
Como ocurría en Liza, The Fox Fairy, el film es capaz de asimilar todos sus referentes sin perder la autenticidad de su origen. Como no podía ser de otra forma, Bunny, the Killer Thing consiguió el premio en la sección Madness, añadiendo a su desmadre general las necesarias dosis de casquería.
Si hay una zona que tenga similitudes con Japón esa es el norte de Europa. La excesiva contención de sentimientos tiene que explotar por algún lado. Y en muchas ocasiones esa válvula de escape está en las ficciones creadas por sus autores. Estamos ante un film cuya premisa podría proceder de Oriente. Un experimento, y un hombre convertido en conejo gigante que, armado con un pene gigantesco, ataca en busca de "coños". Imaginen lo que se pueden encontrar. Pero el director se las apaña para no reducir su film a la ocurrencia, construyendo un relato coral en el que la personalidad de los secundarios tiene una importancia vital en la efectividad de la comedia.
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