San Andreas (USA, 2015)
Dirección: Brad Peyton.
Intérpretes: Dwayne Johnson, Carla Gugino, Alexandra Daddario, Paul Giamatti, Ioan Gruffud, Hugo Johnstone-Burt, ArchiePanjabi, Art Parkinson.
Guión: Carlton Cuse.
Música original: Andrew Lockington.
Fotografía: Steve Yedlin.
Montaje: Bob Ducsay.
Idioma: Inglés.
Duración: 114 minutos.
La Roca se desmorona
Por David Sancho
San Andreas es el nombre de una falla activa situada en California y que produce el terremoto más grande de la historia. En este contexto, un piloto de rescates junto con su ex mujer intentarán salvar a su hija, teniendo que viajar desde Los Ángeles a San Francisco para conseguirlo.
El piloto está interpretado por Dawyne Johnson, que no es que sea un gran actor y que además aquí no está en el mejor de sus días. Se le nota muy limitado en las escenas dramáticas y tiene un química nula con Carla Gugino. Ambos padres en la película de Alexandra Daddario, que tampoco se va a llevar premios por su interpretación y que además no es precisamente el tipo de persona que te imaginas como hijo/a de “La Roca”. Tendrían que haberse esforzado un poco más en el casting para encontrar a alguien que físicamente fuese más creíble.
Pero bueno, que San Andreas no ha sido creada para resultar creíble, ha sido creada para ser grande. Y lo es. Derrumbamientos, choques, inundaciones, aplastamientos… todo lo que nos podamos imaginar pero llevado un paso más allá. Desafiando las leyes de la física y el entendimiento. Pero bueno, que cuando vas a ver una película de “La Roca”, tampoco es que esperes ver realismo, es más, seguramente hasta estaríamos decepcionados si así fuese. Pero lo que uno sí que espera es que le entretengan, y eso tampoco sucede.
La película es tan excesiva que agota, tan previsible que pone nervioso, y con tantas escenas de sensiblería barata que jamás consigue tener el ritmo que un producto de este tipo necesita. Lo cierto es que el cine de catástrofes no ha dado grandes películas de esas que pasarán a la historia, pero por lo menos ha dado ejemplos de buen cine espectáculo de ese que aunque a veces nos cuesta reconocerlo, disfrutamos como niños cuando estamos en la sala de cine.
Brad Peyton, director de la película con un currículum bastante raquítico, lo deja todo en manos del más grande todavía, pero ante un público cada vez más acostumbrado a los trucos digitales, esto ya no parece suficiente. Si por lo menos hubiese metido algo de humor en la película que nos hiciese pensar que no se está tomando demasiado en serio a sí mismo y su proyecto, pero para nada, casi dos horitas de cosas cayendo, gente gritando y llorando y la cara de preocupado de Dwayne.
Una película de las que merece la pena evitar. Cine tedioso y aparatoso, perfecto para la siesta del domingo, pero no para pagar una entrada de cine.
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