7/10
The Humbling (Estados Unidos-Italia, 2014).
Dirección: Barry Levinson.
Intérpretes: Al Pacino, Greta Gerwig, Dianne Wiest, Kyra Sedgwick, Charles Grodin, Dylan Baker, Dan Hedaya.
Guión: Buck Henry, Michal Zebede, sobre la novela de Philip Roth.
Música original: Marcelo Zarvos, The Affair
Música original: Marcelo Zarvos, The Affair
Fotografia: Adam Jandrup.
Montaje: Aaron Yanes.
Idioma: Inglés.
Duración: 112 minutos
¿QUIÉN PUEDE
SALVARME UN RATO?
Sobre actores, teatro, problemas personales y seres humanos
Por Sergio Diez
La sombra del actor (The Humbling) es la nueva película del director norteamericano Barry Levinson, conocido por films como Diner (1982), Good morning, Vietnam (1987), Rain Man (1988) o Bugsy (1991); y por lograr en ellas interpretaciones originales y de una gran calidad de actores de la talla de Dustin Hoffman, Robert DeNiro, Robin Williams, Warren Beatty o el propio Al Pacino, protagonista en esta ocasión.
La sombra del actor (The Humbling) es la nueva película del director norteamericano Barry Levinson, conocido por films como Diner (1982), Good morning, Vietnam (1987), Rain Man (1988) o Bugsy (1991); y por lograr en ellas interpretaciones originales y de una gran calidad de actores de la talla de Dustin Hoffman, Robert DeNiro, Robin Williams, Warren Beatty o el propio Al Pacino, protagonista en esta ocasión.
El film, adaptación de una novela
de Phillip Roth (La humillación), nos
presenta a Simon Axler (Al Pacino), un actor maduro de enorme talento que se ha
consagrado a su profesión durante toda su vida. Sin embargo, una noche, durante
la representación de una nueva obra, el idilio se quiebra cuando Simon es
incapaz de imprimir verdad a su personaje y acaba por confundir sus líneas con
aquellas que recitaba otro personaje al que interpretó mucho tiempo atrás.
Axler decidirá entonces que no volverá a interpretar nunca.
La sombra del actor cuenta la historia de un hombre desencantado
con su oficio que, en los días de su vejez, debe hacer frente a una vida
personal que encuentra vacía. Incapaz de separar las ficciones interpretadas en
el teatro de su vida real, Simon se someterá a tratamiento psiquiátrico para
superar sus tendencias suicidas, y encontrará un asidero que le salve de la
soledad en una joven lesbiana (Greta Gerwig), hija de unos viejos amigos, que
durante su adolescencia estaba profundamente enamorada de Simon, y que es capaz
de ofrecerle ahora sexo, cariño y comprensión.
Levinson aborda un material
trágico desde la comedia, y constituye esa elección tonal en uno de sus mayores
aciertos. A pesar del drama vivido por el desestabilizado personaje protagonista,
y quizás a causa de ello, el director nos ofrece momentos hilarantes. La
película es paródica y dura por momentos, pero no abandona nunca una cierta
ternura hacia todos sus personajes, a pesar de que se vean sacudidos por
fuerzas más allá de su control. La manera en la que retrata una historia sexual
complicada entre sus protagonistas permite que, sin ahorrársenos detalles, se
nos cuente a través de imágenes directas a la par que sensibles y sugerentes. Las
interpretaciones son asombrosas, con mención especial a los dos personajes
principales, Al Pacino y Greta Gerwig, que demuestran una profunda complicidad
sobre la que se sustenta buena parte del peso de la película.
El film es un relato en primera
persona que sigue a Simon en todo momento. La puesta en escena trata por igual
los acontecimientos reales y aquellos que podrían ser fruto de la imaginación
de Simon, una apuesta que contribuye a reflejar esa confusión en la que vive
instalado el protagonista. La cámara, nerviosa e inquieta, se muestra cercana a
las dramas y angustias de sus personajes.
La sombra del actor es una película original y extrañísima. Y sin
embargo, su estreno en España ha coincidido, apenas separados por unos tres meses
de diferencia, con el Birdman de
Alejandro González Iñarritu, el film ganador del Oscar a Mejor Película este
año, con el que guarda numerosas similitudes. El argumento de ambas películas
muestra a un actor alterado, cada vez menos capacitado para separar su vida
real de las representaciones. Pero mientras en Birdman González Iñarritu se centraba en mostrar la degradación
paulatina a lo largo de la semana previa al estreno de la nueva obra de su
protagonista; Levinson se detiene observar en un período de tiempo mucho más
amplio el intento de salvación y posterior degradación de Simon Axler en su
vida privada.
Los ecos entre La sombra del actor y Birdman se perciben ya en la primera
secuencia del film de Levinson, en la que a Simon Axler, que acababa de
asomarse al exterior del teatro, se le cierra la puerta y no puede volver a
entrar al lugar del ensayo. Para regresar, deberá dirigirse hasta la entrada
principal del teatro, de una forma mucho más natural y menos espectacular que
el personaje interpretado por Michael Keaton, que en el film de Birdman vive una situación mucho más
embarazosa y sufre un recorrido de vuelta más largo y tortuoso. La evolución de
los personajes es similar en su personal descenso a los infiernos, y el aumento
de su desesperación lleva en ambos casos a soluciones parecidas que representan,
a mi juicio, sus peores defectos.
Los dos films presentan un
redoble de tambores y un choque de platillos que considero innecesario, y que
sin embargo desentona mucho más, a mi juicio, en la película de Levinson (aunque
las similitudes establecidas con El rey
Lear de Shakespeare sean interesantes). Una vuelta de tuerca final innecesaria
por abrupta, pues si en Birdman todo rezumaba
estridencia e histerismo, y ofrecía un film en líneas generales más divertido,
pero hasta cierto punto forzado; La
sombra del actor cambia una sonrisa continua por carcajadas puntuales, y ofrece
mayor honestidad, sencillez y cercanía hacia el drama de sus personajes.
Birdman era el reflejo de la destrucción profesional y personal de
un actor de antiguo éxito comercial, y funcionaba a mi parecer mucho mejor como
comedia que en aquellos momentos en que quería ponerse seria mediante la
reivindicación de la obra Raymond Carver, pues no conseguía hacernos olvidar su
falta de sinceridad. Birdman era
mayormente una parodia del mundo del espectáculo, la historia de un actor
obsesionado con su producción y una sátira sobre los entresijos del teatro. En
cambio, La sombra del actor no es un
film sobe actores, sino sobre seres humanos perdidos y desesperados, sobre
alguien que busca un cuerpo entre tinieblas que dé sentido a su existencia,
sobre personas que prefieren agarrarse a alguien que puede destruirlas antes
que apagarse lentamente.
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