The Boy Next Door (Estados Unidos, 2015).
Dirección: Rob Cohen.
Intérpretes: Jennifer Lopez, Ryan Guzman, Ian Nelson, Kristin Chenoweth, John Corbett.
Guión: Barbara Curry.
Música original: Nathan Barr, Randy Edelman.
Fotografía: David McFarland.
Montaje: Michel Aller.
Idioma: Inglés.
Duración: 91 minutos.
Los peligros de ser una MILF
Por Manuel Barrero Iglesias
El
tópico del personaje cuya apariencia perfecta esconde a un ser
perturbado ha sido explotado hasta la saciedad, sobre todo por esos
telefilmes truculentos que campan a sus anchas por ciertas cadenas
televisivas. Por eso recibimos con júbilo la vuelta de tuerca que
Adam Wingard dio en The Guest (2014), un film cargado
de ironía. No tiene sentido afrontar el subgénero desde otra
perspectiva. Desde luego, no parece muy pertinente estrenar en cines
una película con ciertas pretensiones regida por unos códigos tan
obsoletos. Pero Jennifer Lopez -protagonista y productora- parece que
ha visto aquí la oportunidad de relanzar su carrera. O simplemente
no había más donde escoger.
Pero
si ya es penoso ver como es acosado durante noventa minutos un
personaje “inocente”, el colmo llega cuando la presencia del
psicópata es una especie de castigo por algún “error” cometido
por el protagonista. Recordemos como la infidelidad de Michael
Douglas en Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987)
era penalizada con el desvarío de una Glenn Close desatada. Por
cierto, aquella película fue nominada, entre otros, al Oscar como
mejor película del año.
En
Obsesión Jennifer Lopez es una mujer que acaba de
separarse de su marido, infidelidad de él mediante, y que se siente
atraída por un hombre muy atractivo que acaba de mudarse al barrio.
El nuevo vecino también anda obnubilado por la belleza de ella (toda
una MILF de manual), y una noche ocurre lo inevitable. Ella se
arrepiente rápidamente, pero él se obsesiona cada vez más. Ah, un
pequeño detalle: nuestro particular adonis tiene apenas dieciocho
años.
La
protagonista es castigada por tener relaciones con un hombre más
joven que ella, ni siquiera aparece la excusa de la infidelidad. Lo
reaccionario del discurso llega a ser bochornoso, y dan ganas de
hablar sobre machismo (atención, que la guionista es una mujer).
Pero no sería justo. Es lo mismo, este tipo de productos castigan
a unos o a otras de forma indiscriminada, con esa perniciosa moral
católica impregnada en el texto. Si haces algo “mal”, la
justicia divina te castiga. Pero si te arrepientes sinceramente y
vuelves al redil, dios te tiene reservado un final feliz. La Edad
Media hecha infamia cinematográfica.
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