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domingo, 22 de febrero de 2015

Nominaciones Oscar 2014: PELÍCULA

Por Paulo Campos

Llego al final del repaso por las nominaciones de este año con el premio más codiciado, el de mejor película. Siempre que llego a este punto me da por pensar qué hace buena o mala a una película y llego al consabido y gastado debate si existe la objetividad en el arte, y por supuesto, en el cine como parte de él. Mi respuesta es que sí existe objetividad en cuanto a considerar una película buena. Sin duda, puede más la parte subjetiva aquella que nos hace perdonar fallos a películas que a otras ni se los pasaríamos y montaríamos una acampada en la taquilla para reclamar nuestros minutos perdidos.


El premio a mejor película se mueve en ambas aguas, el de ser una película que sea -o aparente ser- lo suficientemente buena para conseguir un consenso en la Academia que haga que sus productores salgan al escenario todos contentos, como si no se lo esperaran y no hubieran dejado millones de dólares para conseguirlo.

Así, lo importante es el convencer a los votantes de que tu película es buena, no si realmente lo es, sino el de hacer ver a estos viejunos votantes que la película es necesaria, representativa del cine del momento y que cambie la vida de todos los que en ella se ven involucrados. Antes aún tenían que pasar un par o tres de años para ver que la Academia se había equivocado, en las últimas ceremonias ya sabemos que se ha equivocado antes incluso de que nombre a la película correcta de turno como la película del año.

Desde que se aumentó el número de películas nominadas siempre ha habido entre nueve o diez nominaciones, con lo que a los que no tenemos ni idea de matemáticas porque no nos gustó A Beautiful Mind pensábamos que había algo que no funcionaba y siempre salía ese número. Pero se ve que no, y este año alguna película se quedó a un pelo, o mejor, a una nariz, de ser esa novena nominada. Así pues las ocho nominadas a mejor película son:

American Sniper

Cuenta la leyenda que cuando Eastwood estrena dos película en un mismo año hay que nominar al Oscar a la segunda porque es buena. Es que no hace falta ni que la veas para darle premios, ¿verdad, National Board of Review? Tras el fracaso de Jersey Boys este verano Eastwood debe estar flipando consigo mismo por el petardazo que ha dado esta película, que va camino de convertirse en la más taquillera de la cosecha del 2014, superando a The Hunger Games: Te cuento lo mismo otra vez.

Y todo por un trailer. Así, tal cual. Los premios Feroz tienen mucha razón al introducir en sus categorías premiables el de mejor trailer porque este American Sniper estrenó en noviembre un trailer brutal, casi la mejor película del año, y su cotización subió como la espuma y ahora está donde esté.

Como película, desde luego que se queda muy lejos de ser lo mejor del maestro Clint. Es un modélico film bélico que explora caminos de la readaptación de un soldado a su vuelta de la guerra, cosa que ya vimos, y mejor en The Hurt Locker. Es cierto que su pulso dramático está conseguido y tiene escenas de tensión brutales, pero aún así está con esas seis nominaciones por el hype que se creó con la película, ayudada por la siempre estéril polémica que persigue a historias como esta, que yo creo que no son más que bulos lanzados por la propia productora.

La verdad que la película funciona porque sólo tiene el punto de vista del soldado americano protagonista, un gañan de cojones que disfruta de su estatus de “white trash”. Y claro, como este tipo hay mucho donde elegir en muchos estados de esos donde la Biblia rige la vida de todos sus habitantes mientras ven la película de Eastwood en su camioneta y se dan un revolcón con su futura mujer, probablemente su prima o su primo y después de eso van a cazar negros y/o homosexuales y/o zurdos y/o pelirrojos. (Me he quedado a gusto)

Opciones de triunfo: No creo que muchas por mucho que la parte carca de la Academia vaya con ella.


Birdman

El salto sin red de Iñárritu parece que le ha salido bien y ha caído de pie. Una marcianada como la del mexicano podía estrellarse con todo el equipo si la cosa se le iba a de las manos. Ha sabido combinar el cine experimental con un aroma a cine clásico que preside en conjunto, porque la historia que nos cuenta es común a muchas otras historias que ya conocemos. Pero claro, la forma en que nos lo cuenta nos resulta extraña en Europa, pues en USA aún más, acostumbrados a una estructura más clásica.

Desde su estreno en el pasado Festival de Venecia (donde se fue de vacío, recuerdo) se erigió como una de las película del año, aunque con el sanbenito de película que podría resultar antipática al espectador si no entraba en el laberíntico teatro metáfora de las vidas de los personajes, a cada cual más especialito. La parte positiva es que sin entras a disfrutarla lo harás como pocas veces este año en el cine. Eso si, polarización de opiniones no es muy bueno para un premio como el Oscar pero...

... pero viene respaldada por los gremios, que mayoritaria y abrumadoramente han apoyado la propuesta, productores, directores, fotógrafos, ... han apostado por la película que parecía la segundona pero que ha pasado a ser la gran favorita de la noche. Además de los actores, uno de los gremios más numerosos, que justamente han premiado a su reparto, porque es el 80% de la película, trabajos solidarios, en equipo y con unos actores que se entregan en cuerpo y alma al director. Vamos, algo que pocas veces vemos en Hollywood donde los actores (acordaos de no darles de comer después de medianoche, porque su ego aumenta exponencialmente hasta convertirse en un agujero de gusano que ríetete tú de los que hay en el guión de “Interstellar”)

Opciones de triunfo: Muchas, ha arrasado en los gremios, pero no en la crítica. La última vez que hubo esa división fue en 2010, The Social Network arrasó en la crítica y The King's Speech en los gremios y ya sabemos como acabó el asunto.


Boyhood

Si nos llegan a decir en febrero pasado, cuando Linklater ganó el premio al mejor director en el Festival de Berlín, que Boyhood iba a estar hasta última hora en la carrera por el Oscar a la mejor película diríamos que la Academia jamás premiaría una película de estas características.

Pero mira tú que aquí detrás de la productora hay una mente pensante y ha vendido a Hollywood la película como una hito histórico en el que el haberla rodado durante esos doce año hace a la película más grande de lo que ya es a ojos de votantes que no comulgan con el estilo Linklater. Así, con el paso de los meses Boyhood no se movía del primer puesto de las listas de los críticos y de protagonizar las listas de lo mejor del año, se pasó a que la película fuera la niña bonita de las Asociaciones de Críticos y que sumada a la falta de competencia se posicionara, sin dudas, como la película del año.

Ya me deshice muchas veces en elogios en mis comentarios sobre Boyhood, para mí si es la mejor película del año, además con diferencia, y me repito hasta la saciedad si digo que refleja a la perfección, mejor de lo que nunca lo habíamos visto, lo que es la vida real, de una familia un poco snob, es verdad, pero los miedos, las incertidumbres, los retos, las dudas, las decepciones que todos podemos tener en el paso de una parte de nuestra existencia.

Partiendo de la dificultad técnica que conlleva rodar pocos días al año durante 12 años, finalmente han sido 39 días de rodaje. Conseguir que los actores tengan una fe ciega en el proyecto es algo milagroso, único, por lo que se ha convertido en una seña auténtica de identidad de la película y que debe aprovechar hasta el final, ahora que ve peligrar, y mucho su triunfo.

Opciones de triunfo: Ahora mismo parece que Birdman tiene la delantera, pero habrá misterio hasta el final.


The Grand Budapest Hotel

En el mismo Festival de Berlín donde Boyhood comenzó a deslumbrar, Wes “frikazo” Anderson presentaba (y ganaba el Gran premio del Jurado) su última y personalísima, como no, película; que llegaba con la expectativa de qué había hecho con un reparto donde hasta el extra más fugaz era un primera línea de Hollywood. El resultado encantó a los que somos fans del cine de Anderson, y bueno, gustó a medias, resultó simpática o pasó lo de siempre con aquellos que (pobres) no encuentran nada en el cine del bueno de Wes.

Pero en Hollywood decidieron que les había gustado más que las anteriores y que era el turno, ahora sí que sí, de que Anderson entrara en la liga de los grandes y lo comenzaron a nominar a todo cuanto premio se le puso por delante. Y la pregunta sobre esta película es clara, ¿qué tiene The Grand Budapest Hotel que no tengan anteriores trabajos de este señor? Pues no sé si me acercaré a la respuesta porque yo hubiera multinominado ya a Moonrise Kingdom o The Royal Tenenbaums. Pero quizá el humor, más clásico, un guión que aúna diversión, misterio y muchas referencias a la comedia clásica de Hollywood han hecho que público al que normalmente no convence pues hayan caído rendidos ante la belleza de las imágenes y al plantel de actores que parece que lo pasan en grande en escena.

Con nueve nominaciones, quien lo diría en marzo también, y siendo la película nominada a mejor película que más temprano estrenó en cines desde 1991 con The Silence of the Lambs se planta como la tercera en discordia y con aspiraciones serias a resultar la más premiada de la gala, porque todas y cada una de las categorías técnicas donde está presente deberían caer en sus redes.

He de confesar que desde marzo he visto la película cuatro veces y me parece una auténtica maravilla que se disfruta una y otra vez como la primera, esa dirección artística es brutal y los actores están de lujo, así que soy feliz viéndola con nueve nominaciones.

Opciones de triunfo: El premio es cosa de dos, pero el bronce, a menos que America Sniper le adelante (por la derecha, claro) es de Anderson.


The Imitation Game

La candidata de Wenstein. Podría dejar el resumen aquí porque con esa frase está todo dicho, una película que busca aunar opiniones, y no resultar incómoda y que el votante más conservador (cinematográficamente hablando) tenga en ella la referencia del año. Y si no, con pasta se soluciona todo. Wenstein decidió estrenar, como viene siendo habitual, en Toronto la película donde la crítica fue benévola, aunque no entusiasta, como era de esperar y el público vendió, u otorgó digamos políticamente correcto, el premio a la mejor película del certamen (buen vinazo debe haber en Canadá). Y así ya estaba hecho, The Imitation Game debía figurar en todos los premios importantes como aspirante indubitada.

Mi forma de ver la película no es, desde luego nada amable, como quiere ser la propia película. Me trae un poco al pairo, que se centre o no en la homosexualidad de Tunning, puedo pasarlo por alto, pero por el amor de Woody Allen, que me cuente algo o que por lo menos me termine de contar alguna de las cinco o seis historias que me inicia y que nunca termina. ¿Qué coño descubren con la máquina? ¿De huir hasta de las ratas a vacilar al policía? ¿Knightley apareciendo con pelucón para atar algún cabo que no acababa de unirse? ¿Es de amor? ¿Es de guerra? ¿Es de espías?.

En fin que se queda todo a medias, eso si con una hoguera y una música muy bonita mientras te anuncian con letreros que termina ahí la película y por si no te habías enterado el tipo era la Hostia. En fin, que da la sensación de que quisieron abarcar tanto que al final no te cuentan nada.

Opciones de triunfo: hay quien no se fía de que Wenstein no la líe, pero sería un atentado al cine que esto ganara.


Selma

Curioso el caso de la película buen rollo “cuanto les debemos y que malos fuimos” de Duvernay. A medio acabar se vio en Toronto y todo el mundo chorreando por la ciudad adelante, parecía que estábamos ante la definitiva película sobre los derechos civiles de los afroamericanos (después de que 12 years a Slave ¿aguien se acuerda de ella? resultara que no era, que todo había sido una broma) y del día a la noche se creó un hype brutal donde en octubre y noviembre veíamos crecer por críticas de gente que la había visto en una proyección privadísima. Así todo el mundo hablaba de ella, era candidata a todo y los negros el domingo no dejan dormir porque les da por cantar misa luba.

Pero de pronto llegó diciembre y la gente pues ya estaba cansada de esperar a que la película se estrenara y parece que nadie ya tenía ganas de verla. Curiosos el hype brutal había acabado justo días antes de la temporada de premios. Bueno, saltan las alarmas, pero no hay de que preocuparse, en enero llega la película y volverá a crecer. Y llegó enero y la puta película del francotirador gañán va y salta de la nada y los pobres protagonistas de Selma se queda en un segundo plano, nadie ha visto su película ¿cómo van a votar por ella?

El final del culebrón lo conocemos, Selma no la vio nadie antes de que acabaran las primera votaciones y claro, tiene los primeros puestos de la comunidad afroamericana, que la votan sin verla y consigue la nominación pero nada más. Bueno, la de canción que tampoco tienes necesidad de ver la película.

Sobre la película pues poco puedo decir, porque aquí se estrena en marzo, y sí, la puedo ver pirata pero prefiero llegar como el americano medio que ni siquiera sabe que le película existe, de hecho se enteran que viven con negros cuando algún policía mata a uno desarmado e indefenso.

Opciones de triunfo: Entre pocas y de ahora a todos los académicos les da un Eminem y se creen negros.


The Theory of Everything

Todos los años en la carrera por el Oscar se cuela, al menos, una película, que nadie sabe muy bien a ciencia cierta cómo coño ha convencido a los votantes que tiene que estar en casi todos lados, con nominaciones principales y no tiene absolutamente nada destacable como película. Es el llamado síndrome Chocolat. Por supuesto este año ese lugar lo ocupa el telefilm de lujo dirigido por James (vuelve al documental) Marsh.

Apoyado en la interpretación de Eddie (más favorito que nunca) Redmayne, que es todo lo que destaca en la película, estamos ante una cómoda, noventera película sobre la vida de Hawking, el cual, según la película es la leche en vinagre pero no sabemos por qué. Bueno, según la película debemos considerarlo un hombre importante porque ha tenido tres hijos estando en el estado en el que está. Porque no explica ni quién es, porque vale que nos quieras contar la historia con tu mujer; pero coño, un poquito más de importancia a quien es para la Ciencia no hubiera esta mal.

Hay varias cosas que me molestan en la película, la primera es que no sé qué coño hace nominada a cinco Oscar, para empezar, la segunda la necesidad artificial y bochornosa de resultar “bonita” el culmen de lo hortera es la escena del beso con los fuegos artificiales. Odiosa. Y después el de escenas exhibicionistas como la de la escalera, con el niño en la cima,  cualquier cosa menos sutil, o la de la enfermera calentorra que viene buscando guerra. Entre otras cosas, pero es que además si lo que pretendía es emocionarme no hay una sola escena donde me emocione, mi vecina de asiento lloró en un par de ocasiones, me hubiera encantado que me explicara por qué.

Eso sí, la han vendido muy bien, como que era una figura cercana a nosotros que merecía un biopic y aquí estaba, además así hay una excusa para llevar al verdadero Hawking a la gala y ver su reacción cuando Redmayne gane, que probablemente sea igual a la que tenga si pierde, por aquello de que no se puede mover, y eso.

Opciones de triunfo: Ya tal.


Whiplash

Diría que es la opción indie de la temporada, pero Boyhood costó por ahí, y Birdman y The Grand Hotel Budapest no es que sean de estudio precisamente. Pero bueno, como representante de Sundance es la etiqueta más cómoda de colocarle. Y como digo, carrera larga la de la peli que es la penúltima ganadora del Festival indie por excelencia, y que venía haciendo ruido hasta su estreno a inicio de verano y que ha mantenido hasta diciembre.

La película ha gustado mucho a muchas audiencias, y pienso que hubiera merecido más recaudación porque es muy fácil de subirse al carro y que si hubiera tenido más audiencia hubiera estado considerada más favorita de lo que es, un actual invitado de piedra. Porque ese clímax final hace que la gente salga encendida del cine y que lo primero que haga, tras respirar un rato para aliviar tensión es recomendarla, por muy exagerada que sea la figura del profesor o por muy poco que esté de acuerdo con la moraleja final de la cinta.

Llega con la etiqueta de Cenicienta, pero ya sabemos que pasa en el cuento, y no ganará el Oscar principal, pero dar un susto en categorías como montaje o sonido si puede acabar dando y conformándose como una de las ganadoras de la noche, porque uno seguro (Simmons) ya lo tiene. Además a Hollywood le gusta incorporar directores revelación para luego darles secuelas de mierda de películas de superhéroes para no ser los consagrados los culpables del desaguisado.

De mi parte está en el póker de grandes películas nominadas aunque no mejora a Boyhood o The Grand Hotel Budapest, con lo que no es una mala cosecha para mí la del 2014.

Opciones de triunfo: Ninguna. Así de rotundo

La favorita: Birdman

Mi ranking:

1-Boyhood
2-The Grand Hotel Budapest
3-Birdman
4-Whiplash
5-Selma (sin verla)
6-American Sniper
7-The Imitation Game
8-The Theory of Everything

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