Por Paulo Campos
La categoría de música original era una de las más famosas en la ceremonia de los Oscar. Digo era, porque últimamente estamos escasos de músicas icónicas que bastaban con un par de notas para reconocer a la película a la que pertenecen. Esto me lleva a preguntar:¿han perdido calidad las bandas sonoras de las películas? La respuesta es un contundente no, y a las pruebas me remito. Quizá este año no sea uno que destaque especialmente en este apartado pero no deja de ser honorable reconocer las virtudes de músicas como las cinco aquí presentes o bastantes que se quedaron fuera del quinteto como Birdman (descalificada vete tú a saber porqué), Gone Girl, Under the Skin, How to Train your Dragon 2, Kaguyahime no monogatari, Inherent Vice, Big Eyes. Así pues, la música en el cine sigue gozando de una buena salud y más con gente que imprime sangre nueva a la categoría, sin menospreciar a John (llevo 22320382 nominaciones) Williams.
Insisto en esta categoría en la idea teórica que comparte con la de mejor canción. Los valores que deberían ser premiados no es que la música sea tarareable o que salga del cine con el ritmillo en la cabeza sino el de acompañar a las imágenes que se presentan, encontrar el tono que quiere imprimirle el director, si es que éste sabe que coño está rodando, y sobre todo intentar que la composición sea original y un poco más currada que un simple, bonito y pegadizo tema.
Las nominaciones de este año son:
The Grand Budapest Hotel (Alexandre Desplat)
La película de Wes Anderson no las tenía todas consigo para entrar en esta categoría. El señor Desplat, que debe parar en casa para cambiarse el gayumbo y salir para el estudio de grabación, porque compone una media de seis bandas sonoras. Decía que no estaba segura su nominación porque no es usual hacer doblete y la candidatura por The Imitation Game parecía más cantada.
Pero hay veces que la justicia hace su trabajo y aquí tenemos la nominación para una banda sonora excelente, evocadora del país de Zubrowka instalado en la vieja Europa, de donde proceden las influencias de una música que mezcla la polka, los valses, los sonidos de entreguerras y todo ello al ritmo adecuado y alocado que Anderson imprime a toda la película. Particularmente brillante es el corte 'Moonshine', que resume a la perfección los aires que Desplat quiere imprimir a la cinta.
Sin embargo, las críticas a la música de la película van por el lado de que es demasiado invasiva en las imágenes que estamos viendo, que de pronto cobra demasiado protagonismo y que desvía la atención. No sé, es como valorar si el sujetador de la muchacha de playboy es la talla correcta.
Opciones de triunfo: En principio parece la candidatura reserva de Desplat, pero si la película de Anderson arrasa, puede ver aumentada su cuenta con este premio.
The Imitation Game (Alexandre Desplat)
Desplat presenta su candidatura más seria para ganar el Oscar, la hace por una peli que es un bombón para ponerle música porque puedes hacer lo que te dé la gana, a la película le puedes poner misterio, amor, matemáticas... que de todas formas va a servir. Es lo que tiene contar menos que una adolescente de su novio de instituto.
A ver, no me entendáis mal, es una buena banda sonora, muy linda y bonita de escuchar y se adapta bien a lo que nos está contando, incluso a las imágenes, de hecho parece que se ha realizado el trabajo al revés, y en lugar de tener primero la película, parece que son las imágenes de Tyldum las que se adaptan a la música de Desplat
Son cortes bonitos, pero es que son demasiado iguales, empiezan piano piano, con música de piano para terminar explotando cuando al pobre de Turing le pasa algo, le sale mal la maquinita, descubre para qué vale la maquinita o lo acusan de gay, vamos lo que pasa en la peli.
Opciones de triunfo: Muchas, por suerte la música es lo mejor de la peli y parece que no será la ganadora de la noche y Harvey (cabeza de caballo entre las sábanas a los no votantes) Wenstein tiene que rellenar un par de huecos en la estantería.
Interstellar (Hans Zimmer)
El señor Zimmer se ha convertido en una de las figuras claves de la música de cine de los últimos 30 años, a veces inmerecidamente, porque anda que no se ha hecho autohomenajes este hombre.
La película de Nolan, de la que como sabéis no es que sea especial fan parecía que iba a arrasar en toda cuanta categoría técnica se le pusiera por delante, y mira tú que ésta y la de efectos visuales parecen sus posibilidades más fijas y cada vez más lejanas. Aun así, he de reconocer que si tiene que vencer la película en una categoría prefiero que sea en esta.
En cuanto a la música en sí, creo que es una gran banda sonora, Zimmer da lo mejor de si mismo con cortes que van desde lo más tétrico con ese, en ciertas partes, organo abusón, que más bien parece que vayamos a comulgar en la parroquia de la abuela. Lo que sí puedo decir es que Zimmer da un paso adelante y arriesga por primera vez en muchos años, quizá desde The Thin Red Line. Esos atronadores sonidos que se confunden con las naves, esos planetas “que suenan” diferentes cada uno. En fin que aunque no me guste el resultado final de la película no me duelen prendas en considerar el trabajo de Zimmer como uno de los mejores del año
Opciones de victoria: Si los académicos son agradecidos y premian la música de Zimmer por obstaculizar la escucha de los diálogos de la película, especialmente si vienen de parte de Anne (me estás cayendo gorda) Hathaway.
Mr. Turner (Gary Yershon)
La sorpresa del quinteto nominado la dio la música de la película de Leigh sobre el pintor con más mala leche desde hace varios siglos. Nadie contaba con ella, ni siquiera los BAFTA la nominaron, ya se sabe, nadie es profeta en su tierra.
Quizá nadie contaba con ella porque si bien es una banda sonora competente, que acompaña bien a los silencios del pintor, a los paisajes que vemos reflejados tanto fuera como dentro de los cuadros, no es una melodía que llame en exceso la atención por ser magistral en ningún aspecto.
A mí me da la sensación que los votantes del gremio vieron la escena inicial, brutalmente hermosa tanto en fotografía como en el corte de música que la acompaña y ya echaron su papeleta al correo. Les faltó pensar que después de esa escena vienen 2 horazas de paisajes, cabreos y señoras vestidas con faja, que si bien, son acompañadas de forma correcta por la música del señor Yershon (le llamo así porque no hay confianza, no como a James Horner que lo puedo insultar si rubir por autoplagiar un autoplagio suyo) no destaca en ningún sentido, se vuelve a recurrir a la sinfonía clásica, con instrumentos de viento y algún pianito que va muy bien con la época. Eso sí, la recuperación de canciones de la época y su interpretación son buenos aciertos y creo que son el golpe de efecto de la película.
Opciones de triunfo: Tantas como que Timothy (mira que te dije que hablaras de que salías en Harry Potter, y tú ale, sin nominación) Spall sea uno de los strippers de Magic Mike XXL.
The Theory of Everything (Jóhann Jóhannsson)
Después de que los padres le hicieran la putada de llamarle como le llamaron, el pobre Jóhann no tenía otra forma de entretenerse en Islandia que componiendo bandas sonoras y utilizando la famosísima picardía islandesa para ser reconocido en el mundo del cine.
La música del biopic de Stephen (voy a aparecer en los Oscar y me váis a hacer una standing ovation y los sabéis) Hawking cumple a la perfección con las cualidades de una música ganadora del Oscar. Es cuqui, se queda rápido en la memoria y queda bien con las imágenes todavía más cuquis a las que acompaña, porque le dan el Oscar por la musiquita en la escena de los fuegos artificiales, no por la que se arrastra por las escaleras, que esa es música de tensión y no cuqui.
Eso sí, hay trampa trampita, la música de los créditos, quizá la más reconocida dentro de toda la composición...tachá tachán ... no es original, es de un anuncio de colonias o algo así, me pondría a investigar pero eso sería incitar a vuestra vagancia y no me lo puedo permitir.
Aún así Johannsson cumple con creces, es una música, pese a su clasicismo, moderna, con toques electrónicos sutiles y que cumple muy bien su cometido de hacer la escenas bonitas aun más bonitas y de cuando Redmayne y Jones tienen esa escena del jueguecito para hablar, hecha para recoger el Emmy (porque no me jodan que no pensaban que era un telefilme que emitir en la tele) queda espectacular.
Opciones de triunfo: Muchas, es a la música como la comida rápida de más calidad que la del McDonalds.
La favorita: Entre The Imitation Game y The Theory of Everything, quizá la división de votos favorezca a la segunda
Mi favorita: The Grand Budapest Hotel
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