Por Paulo Campos
La categoría que cambia más de nombre que Tamara/AmbarYurena, un año es dirección artística, dirección de arte, decoración, para finalmente ser el diseño de producción. Quienes me conocen, muy pocos, sospecho, saben que esta es una de mis categorías favoritas y con la que disfruto más cuando una película tiene un buen trabajo en este apartado.
Pero, ¿qué es una buena dirección artística para mí? En general la dirección artística abarca desde los decorados -ya sean naturales o construidos artificialmente- donde se desarrolla la película, hasta los productos utilizados; y todo ello para dar un estilo característico. Pero no entendáis que tiene que ser decorados espectaculares o rococós. Un salón puede dar múltiples resultados en este apartado.
Un ejemplo de ello es Birdman que hace maravillas con un decorado preexistente como es un teatro, que lo tranforma en laberintos, vidas en cada camerino y un escenario donde pasan cosas espectaculares, vamos justo lo mismito que en la obra de Bertín Osborne y Arévalo
Los afortunados nominados de este año son:
The Grand Budapest Hotel (Adan Stockhaussen & Anna Pinnock)
Todas las películas de Wes (qué nerd eres, hijo) Anderson tienen un aspecto visual muy potente, de estilo vintage, recargado en ocasiones pero una referencia visual muy reconocible. Eso es labor de un diseñador de producción que conoce bien al director y disfruta de su trabajo.
Con esta película parece que Anderson le hizo un regalo porque es un bombón para cualquier profesional poder disponer de medios para recrear tres épocas en una misma película. Pero claro, también es un reto inmenso. Lo primero, la creación del Hotel, que finalmente se llevó a cabo en un almacén abandonado, crear el local en su máximo esplendor para más tarde envejecerlo hasta casi la pérdida de todo atisbo de esplendor. Además del reto que eso supone, hay que crear casas de alta sociedad, exteriores de un país imaginario y, aunque parezca una tontería, las maravillosas cajas de Mendl's para las tartas que ya son icónicas en este sentido
Muchas dificultades aquí para los decoradores, partiendo de dotar a la película de los coloridos deseos de Anderson para obtener imágenes de auténtica postal al inicio del hotel, luego envejecerlo hasta mostrar en un giro de cámara la decadencia. Es decir, aplicar la técnica Massiel, de pasar de niña a anciana sin saber siquiera como.
Opciones de triunfo: Muchas, es de lejos, la mejor del año, así que no debería haber duda.
The Imitation Game (Maria Djurkovic & Tatiana Mcdonald)
La decoración de la película de Tyldum es de las que denomino “se mira pero no se toca”. En realidad no es una mala decoración en cuando a la construcción de espacios se refiere, el despacho de trabajo, la máquina Enigma, el Londres durante la Guerra, pero lo que pasa es que adolece de una de las cosas que más odio en este apartado: resultar cartón piedra extremo -defecto que inventó Garci en sus películas-, al tratarse de decorados que les falta la etiqueta del Ikea para que veamos que son nuevos, impolutos y que ni siquiera el actor ha podido tocarlos.
Además, en este caso la sutilidad no es el fuerte de las diseñadoras, esos claves rojos, con una alusión clara a las pasiones del personaje de Cumberbatch. Pero por dios, si hasta cuando tiene folios encima de la mesa parecen colocados con precisión milimétrica para que parezca que están desordenados. A mí es un tipo de decoración que me parece ya superado y que el gremio debería pasar de nominarlo.
Opciones de triunfo: Nunca se sabe, pero no es espectacular y apenas destaca entre las otras cinco.
Interstellar (Nathan Crowley & Gary Fettis)
Ni la película es lo mejor de Nolan ni la decoración es la mejor en una película de Nolan. Partiendo de esta entrada negativa voy a alabar el trabajo de los decoradores que se atreven a recrear el aspecto de varios planetas, una nave que va tan tan lejos como a la habitación de al lado de tu hija y sobe todo, el reconocimiento de la creación de unos robots que homenajean a 2001 pero como si fuera el trabajo de fin de carrera del tonto de diseño gráfico.
A ver, hay pasta, hay mucha pantalla verde y hay mucho que crear para intentar hacer verosímil los viajes en esos cacharros, o a esos planetas. Particularmente el planeta helado es una buena creación, pero yo, sin embargo, me quedo con La Tierra, los decorados de esa granja sumida en la tormenta de polvo constante, un decorado mucho más sencillo y mucho mejor conseguido que el satélite ese circular.
Opciones de triunfo: me dices esto en agosto y sin ver la película y te digo que el 80%, hoy probablemente quedaría a deber porcentaje.
Into the Woods (Dennis Gassner & Anna Pinnock)
El traslado de una adaptación teatral es muy complicada de por sí, pero en este apartado mucho más. La acción en un musical de Broadway tiene que estar muy localizada en pocos espacios por disponibilidades justas de cambios de decorados. Viendo la película te preguntas ¿quisieron ser tremendamente fieles al musical o es que no había pasta para más? Lo digo porque el cartón piedra le falta una señal que siga, “Tengo más árboles de pega en el interior” y los decorados se limitan a un bosque, muy bien hecho, pero artificial hasta la médula. Luego nos queda la casa del panadero, que me recordó a aquellas de la serie aquella donde los famosos representaban cuentos famosos; y el mejor, el uso que de la catarata hacen los principitos, en la mejor escena de la película.
A ver, que sí, que cumple, pero no sé, viniendo de Disney me esperaba un poco más que el decorado de una prueba de humor amarillo.
Opciones de triunfo: Pues sería un poco vergonzoso una victoria de esta peli, más que nada porque yo ni la nominaría.
Mr. Turner (Suzie Davis & Charlotte Watts)
Pues mira, muchas veces prefiero ser clásico y ofrecer lo mismo de siempre y bueno, como en este caso, que querer ir de guay y cagarla. En este sentido hay un gran trabajo de decoración, con esos interiores de la casa de Turner, el aprovechamiento que hacen las chicas de los cuadros del pintor, colocándoles como fondos, creando el taller del pintor y luego, en una de las escenas donde fotografía, decoración y vestuario mejor se combinan en todo el año, que es la llegada de Turner a la pensión.
Lo bueno del trabajo de Davis & Watts es que hacen creíbles las estancias, están usadas, viejas y tocadas, no como otras, lo que de verdad ayuda a crear vida, a que el fotógrafo las utilice a su favor.
Opciones de victoria: Pues muy pocas, además de que apenas tres habrán visto la película no toca este año el reconocer a Leigh.
La favorita: The Grand Budapest Hotel
Mi favorita: The Grand Budapest Hotel
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