Por Paulo Campos
¡Ay! Los actores, esos seres que necesitan el cariño de su público, esos seres que beben de las vidas de los demás y que trabajan para desarrollarlas en escena, esos seres cuyo porcentaje más alto en el cuerpo está constituido por ego. Entramos aquí en uno de los apartados más visibles de los Oscar, porque la foto de después de la ceremonia la protagonizan el señor y la señora que ganan el Oscar a mejores intérpretes principales.
Generalmente son las campañas más visibles ya que desde noviembre a enero vemos a los actores en cientos y cientos de programas de televisión contando como les fue en la película de turno y de cómo fue su infancia, mientras hacen experimentos extraños para provocar la risa del público presente y que en USA digan: “Mira que majo/a es, aun sin ver la película esa rara por la que está nominado/a a los Oscar, estoy seguro que se lo merece”.
Después está también ese momento en que si eres famoso y haces un papel, bueno, digamos que destacable, pues te voy a nominar porque mola más tener a alguien famoso en mi gala que a veinte interpretaciones brutales realizadas por un actor poco famoso, o lo que es peor, europeo.
Segunda campaña en la que la categoría de mejor actor está más que concurrida, muchos han sido los intérpretes que este año han realizado grandes interpretaciones, sin contar a Kirk (meapilas) Cameron. Así los cinco actores nominados son fácilmente intercambiables por otros cinco y la categoría no perdería calidad, vamos, en algún caso la ganaría.
Un año más la palma en cuanto a personajes en esta categoría se lo llevan los personajes reales, de hecho cuatro de las cinco candidaturas de este año son interpretaciones de personajes reales, con lo que queda claro donde está el truco para ser nominado, y ya si has tenido una vida más perra que la de Heidi pues blanco y en botella.
Los nominados de este año son:
Steve Carell por Foxcatcher
Una nariz, unos pómulos y un tinte viejuno han transformado al afable de Carell en un personaje siniestro, oscuro e impredecible como es el Jan Du Pont. Pero no sería justo minimizar lo que Carell hace a un par de kilos de látex. La creación del personaje desde cero es asombrosa, porque enseguida vemos en él lo patético, lo mediocre y lo oscuro de un ser humano que sólo tiene su dinero heredado para destacar en un mundo donde sólo obtiene respeto por ser quien es.
Carell se une a la lista de los cómicos que dan un vuelco a su carrera aceptando un papel dramático y demostrando que debajo del “payaso” hay un buen actor. Vamos lo que quiere hacer Adam (algún día pequeño payaso) Sandler. Carell pues entra en el club Murray, Hanks y no sé, alguien que era un payaso y ahora se le considera actor, pues Jared (brrrrrr) Leto.
Así a sus 52 años le llega la primera nominación, de la que se hablaba desde hace año y medio cuando se estrenó el primer trailer de la película. Vale la pena ver como Carell, que físicamente no se parece al personaje en cuestión a pesar de la nariz, si ha captado los movimientos, la caída de hombros e incluso esa forma de hablar totalmente ajena a lo que esperábamos de él.
Por mi parte considero la nominación muy justa, porque a pesar de que las dudas que se presentaban en cuanto a si debería ser secundario o principal, lo cierto es que su presencia en la película es demasiado importante como para sólo condicionar su protagonismo por el tiempo en pantalla. Carell acierta en como convierte su Du Pont en una persona de esas que mejor no llevar la contraria porque no sabes como va a reaccionar.
El Oscar-Clip, pues elegiría ese momento en que charlando con la madre se da cuenta de que no es más que un mediocre en una jaula de oro.
Opciones de triunfo: Pocas, a pesar de su buen hacer, no tiene muchas posibilidades de recoger votos.
Bradley Cooper por American Sniper
O muy bien cae este chico entre los académicos o mucho trabajo sucio tiene que hacer su agente para que este sea el tercer año consecutivo en el que Cooper es nominado. Vale, en este caso cumple una de las características básicas para que los académicos te voten, es la de adulterar su físico, en este caso se ha puesto gordo como un ceporro, y claro eso es difícil, más que nada porque luego tienes que perderlo para salir sin camiseta en tu próxima película del verano.
Al contrario de lo que hacía el pasado año en American Hustle, en este caso su trabajo se basa en la contención, no hacer aspavientos y jugar a interiorizar unos sentimientos y conseguir revelarlos al exterior para que el espectador vea que estás sufriendo de cojones.
Cooper que ya tiene los 40, da vida a Chris Kyle, una basura blanca con muy buen puntería que se alista e el ejército para dar la vida por un país que según el tipo se reduce a ser “el mejor del mundo”, con country, rodeo y biblias. En fin, ¿a quién no le daría ganas de proteger semejante paraíso?
Si de mí dependiera, pues este año no se paseaba por la alfombra roja. No es una mala interpretación, en absoluto, pero en comparación pierde, y con mucho, con otras que no lo han conseguido. Así que por segundo año te regalan un candidatura al Oscar, eso sí, en taquilla lo peta el chaval.
Opciones de triunfo: Diría que por justicia ninguna, pero con el taquillazo de la película seguro tendrá votos, y vete a saber si por alguna ecuación rara le va a tocar la lotería.
Benedict Cumberbatch por The Imitation Game
Hablar de un personaje algo friki, con una inteligencia superior y con un estilo elegante y algo reprimido a la hora de relacionarse con los demás, es hablar hoy en día de Cumberbatch; porque sabes que en tres minutos se hace con el personaje y te lo clava.
Así pues Cumberbatch es la estrella y lo poco bueno de la película, porque da vida a Alan Tunning con estilo y de forma convincente, mezclando esa fobia social con su contenida personalidad. La cuestión es que da la sensación de una cierta comodidad en el trabajo de Cumberbatch, que te hace este tipo de papel con los ojos cerrados.
Lo que pasa es que el pobre tiene poco que rascar en un personaje que está capado por un guión que no deja de mostrar una y otra vez los mismos tics. Que sí, que no sabes relacionarte con nadie; que sí que eres homosexual reprimido por el tiempo en el que vives, pero te lo muestro ya al final no vaya a ser...; y que soy muy muy listo. Vamos tres clichés absolutos que sí, dejan ver que hay un buen actor, pero da la sensación de que podría haber aprovechado más un personaje que pintaba bombón.
Opciones de victoria: Nada, ni los votos británicos irán para él.
Michael Keaton por Birdman
¿En qué cabeza enferma podría caber elegir a Keaton para protagonizar su película? Pues en la de Iñárritu, está claro. Parece un personaje creado para él, el de un actor que nunca gozó de prestigio y que sólo obtuvo fama por dar vida a un superhéroe. En la entradilla dije que sólo un nominado no daba vida a un personaje real, pero visto lo visto, podría ser un biopic de Michael Keaton.
Keaton pilla con fuerza este último tren para seguir en primera línea y aprovecha la oportunidad para hacer un personaje por el que pueda pasar a la historia por ser un buen actor y no un muñeco de playmobil. Además siempre puede reaparecer para marcarse un Mickey (desastre humano) Rourke, y pasar de ser actor y dedicarte a que te partan lo que te queda de cara en un ring.
Rigan es un bombón de personaje, tiene muchas escenas donde lucirse y Keaton sabe aprovecharlas, incluso en su interior de saberse un secundario deja que sus convecinos de escena se luzcan mientras él no trata de acaparar protagonismo.
Sus charlas consigo mismo, su ambición, su carácter frente a las adversidades y su redención final son mucho más de lo que un actor sueña con poder recrear en una sola película y él no baja la guardia en ningún momento con lo que puedo decir que ofrece una interpretación redonda, que todavía da más buen rollo al saber que es un “comeback” en toda regla.
Opciones de triunfo: Va a ser un duelo al sol con Redmayne que puede caer de cualquier lado.
Eddie Redmayne por The Theory of Everything
Como pasaba con Emma Stone había ganas de nominar a Redmayne, porque con Les Miserables se quedó medio-medio, y ahora lo ha conseguido por la puerta grande con 33 años, que sí, que el pipilolo ya tiene 33 años. Aunque por su cara parece que acaba de ser elegido premio de estudio de COU.
Sobre el personaje poco queda que decir, da vida a Stephen Hawking de forma muy convincente y aprovechando todo lo que le proporciona el personaje para lucirse. Porque momentos tiene, y la película no escatima en ellos, ya que se recrea una y otra vez en la enfermedad. Algo en lo que, sin duda, Redmayne se ha puesto las pilas y es todo un prodigio el control que de su físico tiene en la película.
Yo, la verdad, veo exagerada tanta recreación en la segunda parte de la película y me quedo con el inicio; donde da vida a ese joven Hawking, con mucho carisma y que me convence de su forma de vida desde el minuto uno y de cómo reacciona a los primeros síntomas de la enfermedad.
Ante su nominación no tengo nada que objetar, porque la merece. Lo que me resulta más negativo es la película en sí, porque está hecha para ganar, de forma tan pretenciosa que echa para atrás. Pero claro, el chaval no tiene culpa de que le contrataran para esto y hace lo que le mandan y desde luego lo mejora.
Opciones de triunfo: Pues muchas, tantas o más, a estas aturas, que Keaton.
El favorito: Eddie Redmayne
Mi favorito: Michel Keaton
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